El canto de los grillos con las últimas estrellas daba su buena fe y esperanza. Antes de que entre a su casa, no dudé en palpitar sus delicadas manos y me dirigí hacia ella.
- ¿Qué pasa Samuel?- me dijo.
- No sabía si decirte esto, pero tenía miedo de arriesgarme. Bueno, desde hace un tiempo...
El sonido del celular me desconcertó. Podía ser Penélope y... ¿Qué pasaría con lo que iba a decir?
- Discúlpame.
- Descuida, y atiende la llamada. Puede que sea importante.
- Y si, se trataba de Penélope.
- Samuel, espero no interrumpirte.
- No te preocupes, dime ¿Qué sucede?
- Mañana mis padres vendrán a la ciudad para la propuesta de matrimonio luego de la cena. ¿Te parece bien?
- ¿Mañana? ¿Cómo es posible?
- No creí que te enfadarías tanto. Acuérdate que ya hablamos de esto.
- Escúchame, yo...
- No digas nada. Algo me decía que no te agradaba la idea, pero tómalo con calma. Piensa en nuestro futuro, en o que construiríamos juntos.
- Ahí estaré temprano para preparar todo.
- Te amo. Te veo mañana.
Colgué antes de responderle, no había razones para decirle lo mismo. Ya no estaba enamorado de ella como antes.
Me fijé en Catalina la vez en que me salvó. Si no hubiera sido por ella, no estaría así, soñando innumerables veces con su amor.
Justo ahora me envuelvo en un dilema no muy fácil de resolver. Y de vuelta al momento, le mencioné lo siguiente:
- Era Penélope. Hay un asunto por arreglar.
- Ok, ¿y qué fue lo que ibas a decirme?
- No es nada. Solo que ha sido una gran noche y espero salir otra vez contigo.
- Claro, eso me gustaría.
Adiós, Samuel.
Volví derrotado a mi hogar. No alcancé a decirle que la amo desde ese día. Y apenas entrecerré los ojos, el dormir era inútil.
Solté una lágrima porque en verdad la amaba y lo peor, no se enteró nunca de ello. Pensaba y pensaba cuál sería mi decisión, no quería hacerle daño a Penélope, mientras ambicionaba el estar con Catalina. Me repetía en voz alta, cuando ella dormía:
"No voy a perderte. Me encontraba en una utopía hasta que te vi, y me enamore de ti, como nunca de una mujer en mi vida. Te amo, con todas mis fuerzas.
Te amo".
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Prohibido No Enamorarse (Cuento)
Romansa- ¿Qué eran las luces que me envolvían a cada instante? Eran tus pupilas, eran esos hermosos ojos que no lograban verme con amor. - Catalina Bloom, una joven periodista conoce a Samuel, un sensato abogado. Él tiene una bella vida además de su enamor...