Alma Gemelas ❜ Nammin ﹙ 𝗔𝗱𝗮𝗽𝘁𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻 ﹚

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--Será mejor que vuelvas a tu casa, cogerás un resfriado-dijo NamJoon, Jimin se le encogió el corazón al escuchar el tono de preocupación de NamJoon.

-No, no quiero ir a esa casa -negó Jimin- por favor, vamos a tu casa-suplicó

-Jimin, no lo sé...

-No quiero, no puedo volver a esa casa- sollozo Jimin- me da miedo- susurró y estiró los brazos a NamJoon

-Está bien, está bien

Jimin se despegó de él con una sonrisa y NamJoon le sonrió tiernamente. Ambos chicos comenzaron a caminar, y por pura inercia se cogieron las mano. Al mínimo tacto, rayos comenzaron a caer a lo lejos.

-Es hermoso, pero más hermoso es él-pensó Jimin.

Gotitas comenzaron a caer, y seguido una lluvia inmensa que parecía que se iba a acabar el mundo. Ambos caminaron cogidos de la mano, riendo y siendo felices. NamJoon paró enfrente de un edificio enorme y elegante, caminó por la puerta y se adentró en el, todavía tomado de la mano de Jimin. La recepcionista los miró extrañada, hasta que reconoció a NamJoon y le sonrió amablemente. Tomaron el ascensor y marcó la planta 8. Un silencio incómodo se formó en el ambiente, pero era agradable.

-Todo con Jimin es agradable-pensó

Las puertas se abrieron, dejando ver un largo pasillo que se dividía en varios cada tres puertas. Caminaron hasta la puerta 103. NamJoon colocó las llaves y la puerta abrió silenciosamente dejando ver un hermoso departamento enorme, una mesa en la sala de estar rodeada de sillones negros moderno, una escalera de tres escalones que subían hasta la cocina totalmente limpia, un TV de última generación, al lado de una biblioteca. Era todo muy elegante, paredes de ladrillo y el piso de madera clara.

-¿Esto es tuyo?-preguntó sorprendido Jimin

-Si, vivo solo-apoyó las llaves en la mesa de vidrio-Mis padres me lo pagan, ellos viven en otra ciudad y yo rogué tanto quedarme aquí que me compraron un departamento-sonrió

-Tu vida es tan fácil-susurró mientras recorría los libros con la punta del dedo. NamJoon se sentó pesadamente en el sofá que daba al gran ventanal que ocupaba la pared. Observó a Jimin tan concentrado viendo los libros como si fuese la cosa más fascinante del mundo, se mordió el labio al imagina cómo se sentirían sus suaves manos en su piel blanca. Inconscientemente Jimin se relamió el labio y eso encendió a NamJoon.

 -NamJoon, ¿me puedo bañar?-NamJoon salió de su trance y asintió varias veces.

-Si, si

NamJoon se levantó del sofá tragando saliva y le señaló la puerta del baño, Jimin asintió y le susurró un gracias muy cerca de su oído. Eso terminó de encender a NamJoon. Una vez Jimin entró al baño NamJoon miró la entrepierna y su despierto amigo. Se maldijo mentalmente una docena de veces y se tocó el pelo nerviosamente, Jimin no podía verlo en este estado. Y su mente no ayudaba, imágenes de Jimin bañándose, las gotas de agua recorriendo su delicada espalda, no venían para bien. Se mordió el labio fuertemente y gimió bajo, se estaba excitando a más no poder. Se sentó pesadamente en el sofá y prendió la televisión, para su bien. Pasaron canales para mayores 18 y bufó otra vez.

-Pero maldita sea, ¿el universo conspira en mi contra? joder- escuchó la puerta abrirse y nerviosamente apagó la televisión.

-NamJoon...no tengo ropa-susurró tímidamente Jimin.

-Demonios, mil carajos, joder-pensó NamJoon

-Eh, si, ahora voy-NamJoon pasó por el lado de Jimin que se encontraba asomado en la puerta del baño y corrió a su cuarto. Busco un bóxer, una playera negra y unas bermudas. Nada interesante. Cuando NamJoon giró se le cortó la respiración. Estaba Jimin, con una toalla blanca -que NamJoon usaba- enredada en la cintura. Observó su -muy bien formado- abdomen y sus brazos también formados. Era la gran cosa para cualquiera, pero para NamJoon era más que magnifico.

-Aquí est-está-estiró su brazo para alcanzarle la ropa y inconscientemente Jimin le rozó la mano; No, no, no lo hagas-suplicó mentalmente, pero no funcionó. Jimin se volvió a relamer los labios.