Capitulo 4

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Las horas de clase se le hicieron interminables. El profesor no termina de explicar el tema y el reloj juega en su contra. ¡Maldito día! Natalie no sabe qué hacer. Sigue con el lío mental. Quiere a William con todo su corazón, pero el tiempo puede hacer maravillas en un hombre y quiere ver a Christian de nuevo, habían sido grandes amigos de niños. De niños. Ahora, era una adolescente y con un chico un poco celoso. Sale del instituto y ve a su chico que la espera sentado en un banco. Se acerca a él y le da un beso en esos labios que la traen loca desde hace dos meses:

-          ¿Qué tal las clases, Nat? – Pregunta el chico.

-          Bien pero aburridas. Quiero poder elegir lo que estudio de una vez, Will. – Se queja la chica.

-          Tranquila pronto podrás hacerlo. Vamos a tu casa, tengo que contarte algo, princesa. – Dice William seguro que su chica lo va apoyar en todo.

-          Miedo me das, cariño. – Contesta riendo la castaña.

Llegan a casa de Natalie y la chica grita para ver si hay alguien dentro, pero no. Sus padres están trabajando y no llegaran hasta tarde. Natalie está preparando algo para merendar, cuando nota que los brazos de su chico le rodean la cintura y su voz llega a sus oídos:

-          Princesa, deja eso y ven a sentarte. Hay algo que tengo que contarte.

La chica obedece y deja la merienda para más tarde. Se sientan en el sofá, acurrucados como la pareja que son. William inspira profundamente y se lanza a la piscina:

-          Natalie, sabes que quiero estudiar ingeriría mecánica pero aquí, en Doncaster, no puedo hacerlo. – Empieza a explicar. – Así, que he pensado que cuando terminemos nos podemos ir los dos a otra ciudad y estar juntos.

-          Pero, William… - Pero él la interrumpe.

-          Natalie, princesa, piénsalo. Podrás estar conmigo, no habrá nada ni nadie que nos separe. – Dice muy contento y entusiasmado.

-          ¡William Taylor Thompson, escúchame! Yo aún no he decido que hacer con mi vida después del bachillerato y no quiero irme a otra ciudad. – Contesta la chica harta de que su chico nunca la escuche.

-          ¿Por qué no? ¿No quieres estar conmigo? ¿Para siempre? ¿Cómo siempre hemos dicho? No lo quieres, tranquila, no hará falta. – Dice muy cortante él. Toda la ilusión se ha roto.

-          William, no es que no quiera estar a tu lado. Sabes que te quiero muchísimo, pero no quiero dejar Doncaster, me gusta mi ciudad. – Intenta explicarse Natalie, pero él ya no la escucha.

-          Está bien, haz lo que quieras. No te necesito para nada, Natalie. Habrá millones de chicas que querían estar conmigo y lo sabes. – Dice William.

-          ¿A qué viene este cambio de tema? – Pregunta sorprendida ella.

-          El tema es que lo dejamos.

Esas palabras dejan a Natalie sin aliento. William se levanta del sofá y desparece por la puerta principal. No hay más relación, se ha roto como las ilusiones de Will. 

Todo lo malo vuelveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora