JiMin se lo ha llevado a dar un paseo, el doctor Lee le había recomendado intentar salir más a menudo.
Era la tercera vez en la semana que lo intentaba; YoonGi no paso de la puerta del apartamento en las ocasiones pasadas, sin avisar llegaba esa opresión en el pecho y comenzaba a tener dificultades para respirar, el sonido en su cabeza lo volvía loco y terminaba a nada de desmayarse. El pelirrojo se quedaba a su lado intentando darle palabras de consuelo; no solucionaría sus engranes descuadrados, pero al menos era un respiro para su pobre corazón.
- ¿Quieres dejar de intentarlo por esta semana? – Le pregunto el menor.
- Deseo, pero no lo haré. En algún momento tengo que enfrentar las cosas, ¿no? – YoonGi seguía temblando un poco; pero al menos sentía que su corazón se quedaría en su pecho y sus piernas en tierra. JiMin sonrió un poco enternecido y mantuvo su mano en la espalda del mayor.
- Es tu elección, mi valiente príncipe. – YoonGi dejo salir un poco del aire; todo se sentía un poco mejor junto a Park.
- Aquí vamos. – "Uno, dos, tres. Has podido con peores cosas Min YoonGi; esa puerta no es nada"
Min lo logró; todos los que alegaban que su cabeza dura sólo le traería problemas, estaban levemente equivocados. "Esa cabeza dura" lo ayudó a salir a dar una vuelta y hasta comprar dos leches de banana para él y su novio. ¡Ah, pero es que era maravilloso!
El doctor Lee estaría encantado, y aún mejor. El azabache volvió a saborear la independencia y normalidad.
Con todo su buen ánimo; planeaba volver a casa, darse un baño caliente, quizás comer algo, y acurrucarse en el pecho del pelirrojo. Pero la vida nunca es tan amable con Min YoonGi, y hoy tampoco será la excepción.
Después de cerrar la puerta y acomodar sus zapatos; el celular de JiMin comenzó a sonar, no su teléfono normal, no. Ese especial, el de su oficina que tenía un tono horrible y disparaba alertas en su mente: JiMin se tendría que ir.
Se miraron en silencio, con un aire de melancolía pesada en el ambiente; no era la primera o última vez que algo así ocurría.
- Buenas noches, Ah. Hola señor Choe. – YoonGi sentía el júbilo del hombre al otro lado de la línea, le daba escalofríos. – De acuerdo, lo veré ahí en una hora.
Park corto la llamada y se acercó con gracia a su frágil príncipe; su príncipe de cristal.
- Tengo que irme cariño, una tonta cena de negocios. – Rodo los ojos, y acunó el rostro del pelinegro intentando guardar su tacto tanto como fuera posible. – Lo lamento, pero no tardaré. ¿Está bien? Aún podemos tomar un baño juntos, y volveré antes de que te duermas.
Cualquier mentira podía salir de sus labios, pero el brillo en sus ojos y el calor de las manos en su rostro le aseguraban que todo estaría bien. ¿Muy tonto creerle a esa voz?
Tal vez, pero prefería eso.
- No te preocupes, te esperaré.
Un beso colmado de ternura y unas palabras dulces eran un boleto directo al corazón mayor; pero claro sólo si venían de parte de Park JiMin.
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Sweet Lies •Jimsu•
FanfictionDonde JiMin le miente a su lindo novio acerca de su trabajo. YoonGi sabe lo que esconde; JiMin ya no es el niño bueno de antes, pero se tragará cada una de las dulces mentiras de su; pues le profesa más amor que a cualquier persona.