Deberíamos irnos lejos. – Le susurró el viento en una tarde de verano.
- ¿Tanto le odias? – Preguntó NamJoon mientras servía el desayuno.
- Lo odio porque lo amo; algo caótico, pero supongo que entiendes. – Contestó Min mientras revolvía con desgana los huevos de su plato.
- Después de vivir con mi abuelo, por supuesto que lo hago. Creo que tengo calvicie prematura por el estrés que causó ese anciano en mí.
Se reían al unísono. Volverse a unir no había sido un problema, las paredes de YoonGi eran débiles ante el cariño de NamJoon, su mejor amigo y probablemente su alma gemela. NamJoon había estado ahí para él; no todo el tiempo, no siempre con las mejores palabras. Pero simplemente su persona era capaz de reconfortarle.
Se habían alejado después del viaje a Australia de Kim sumado con el propio encierro de Min; pero no importaba, ellos seguían tan unidos como si no hubiera pasado un día.
La amistad era real, real y maravillosa; YoonGi lo sabía cuando veía a Nam.
Ni siquiera el bastardo de August podía tener algo en contra de Kim
"Debiste enamorarte de él, serías más feliz" Le dijo su desgarbado doble en una ocasión.
- ¿Piensas hablarle en algún momento?
- Por más que quiera, no puedo hacerme humo y desaparecer. ¿No? Sin contar que deje todas mis mierdas están en el departamento. Ugh. – Si algo había recuperado al estar con NamJoon era su humor liviano de antes. Quizás debieron reencontrarse mucho antes.
- ¡Vaya pero qué es esto! ¡Min YoonGi siendo un adulto responsable!
- No puedo teñirme el cabello cada que me siento mal.
- ¡Que orgullo! Mi hijo adolescente gótico ahora es un adulto deprimido.
- Así somos todos NamJoon. Ahora, ve a correr 3km para tener esos ¡GLUTEOS DE ACERO!
- Por supuesto que sí, mira estas armas. –La mente del mayor parecía haberse ido a pique en el último año, pero vivir con su mejor amigo le había devuelto la sonrisa. La mejor versión de Min YoonGi parecía llegar en cualquier momento.
- Nos vemos, cielito. ¿Te traigo algo?
- Trae tu trasero devuelta antes del almuerzo, no pienso calentar comida. Sabe a tristeza.
- Cómo ordena comandante.
Dicho esto, el menor salió tal como hacía diario. Cuerpo sano, mente sana; o así es como se mentira el moreno para alejarse de su adicción al trabajo.
El peliblanco aprovechaba su mañana pintando; decidió volver a sus viejos hobbies de juventud y parecían estar dando frutos, porque había logrado vender algunas de sus obras y manualidades por internet. Si no fuera por su corazón moribundo o el reflejo que lo mostraba como un fraude, YoonGi se declararía completo. Tan completo como no lo era desde su infancia.
- ¡MIN YOONGI!
El muchacho se heló al creer que ese grito era una jugarreta de su mente. JiMin no podía estar ahí.
- ¡Min YoonGi abre la maldita puerta!
La voz del menor era inconfundible, una vez: distracción, se mintió ¿dos veces? definitivamente el contrario estaba ahí. Y no parecía de buen humor en lo absoluto.
Min considero quedarse en absoluto silencio, no mover ni un musculo, ¿Se podía apagar el corazón? Porque el suyo parecía hacerse oír en todo el lugar.
Él se irá, no durará más de 10 minutos. Pensó en un intento de tranquilizarse.
- Sé que estás aquí, sé que llevas mucho tiempo aquí ¡Pero no puedes ignorarme más!
JiMin tenía cierto derecho a reclamar, llevaba meses intentando contactar con su ¿Novio, ex novio? Pero este parecía haber desaparecido como el polvo. Si no fuera por el texto que le había enviado NamJoon diciéndole que estaba con él, Park lo hubiera reportado como desaparecido.
Y es que ya no era nada como antes; ojeroso, de piel enferma, insomnios interminables. ¡Era un hombre nuevo! Claro, uno que parecía estar pudriéndose. Hasta parecía que los papeles de invirtieron.
- ¡Te ignoraré todo lo que quiera! Tú me engañaste por mucho más tiempo.
- Sabía que estabas ahí adentro. ¡Ábreme la puerta Min min! – Las lágrimas y respiraciones histéricas se habían apoderado del menor; escuchar a su pequeño ángel, incluso si era furioso; le había devuelto un sorbo de vida. – Necesitamos arreglar esto.
- No quiero abrirte, no hoy, ni mañana... Probablemente nunca – El mayor se había levantado con todas las agallas que tenía su pequeño cuerpo, pero el tan sólo escuchar a su adorado niño de esa forma, lo había logrado destruir. Si no fuera por la mirada inquisidora de August recostado en la pared, YoonGi estaba seguro de que esa puerta estaría abierta y JiMin en sus brazos siendo consolado.
- No sé qué ideas tienes. Pero tenemos que hablar. ¿De acuerdo? ¡Arreglar esto! ¡Arreglarnos!
Una risa histérica acalló las suplicas ajenas, en un inicio el mayor miro a Agust sólo para darse cuenta que estaba solo. Él era el de la risa histérica.
- ¡¿Qué ideas tengo?! Puedo no conocer todo, pero no soy un imbécil JiMin.
- Necesito que hablemos, ¿De acuerdo? Pero no así, Min min, no así.
- Una semana. – Habló fuerte y claro el mayor.
- ¿A qué te refieres?
- Alquila una cabaña en Busan, nos vemos ahí en una semana. – Dicho esto, Min procedió a encerrarse en su improvisado estudio. Su obra maestra estaba por nacer mientras él moría.
- ¡MIN YOONGI!
Rojo
- ¡HABLAME!
Negro
- ¡NO ME DEJES ASÍ!
Azul
- ¡VUELVE!
Un asesinato de colores en un lienzo.
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Sweet Lies •Jimsu•
FanficDonde JiMin le miente a su lindo novio acerca de su trabajo. YoonGi sabe lo que esconde; JiMin ya no es el niño bueno de antes, pero se tragará cada una de las dulces mentiras de su; pues le profesa más amor que a cualquier persona.