Sueños.

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Desperté en el hospital, sin saber que había pasado, sólo recuerdo el último tramo de la carrera, una enfermera informó a mis padres que ya había despertado.
La primera persona en entrar a la habitación fue Honoka, quien me abrazó con mucho cariño y preocupación, y me preguntó sobre mi estado, le dije que me encontraba confundido; pregunté a mis padres que habia ocurrido y me respondieron que me había desmayado antes de llegar a la meta. Honoka me dijo que Hatsoko había ganado el primer lugar y yo el segundo a pesar de mi caída. Miré al lado mío y se encontraba un trofeo enorme con dos medallas. Hatsoko entró a la habitación y me dijo que yo fui el ganador, que el trofeo es mío y él se quedará con el segundo lugar.
-Lo hicimos- dije en voz alta con una enorme sonrisa.
Así pasaron los días, salí del hospital después de rehabilitación y volví a la escuela.
Entrando a mi taller de teatro, todos fueron a abrazarme y me preguntaron que me había pasado.
-Un problema en el pulmon- dije con el rostro mirando hacia abajo, mientras recordaba como la enfermera decua: -Tú pulmón se hinchó y no pudo oxigenarse de manera correcta-.
¿Jamás podré volver a correr?.
En la salida, fui ala pista, me senté en el centro y luego me acosté, miré al cielo y volví a hacerme la misma pregunta.
Pasé días queriendo volver a correr pero no podía por el dolor que esto provocaba.
Semanas después, en mi habitación,  Honoka entró y se sentó en mi cama a mi lado.
-Ya te recuperarás, lo se, por que por algo pasan las cosas- dijo para animarme.
-El viento en mi rostro, la velocidad, la adrenalina corriendo por mis venas, todos eso quiero por que es lo que amo hacer, no poder hacerlo me hace sentir mal- dije serio con un nudo en la garganta.
Entonces, Kaiv y Tiwa entraron a mi habitación con un enorme pastel de chocolate con fresas que ellos mismos habían horneado para mi.
-Lo hicimos todos juntos- dijo Tiwa con su dulce e inocente voz.
-Te queremos hermanito, y extrañamos que no seas tan enérgico como siempre- dijo Kaiv al abrazarme.
-Yo también los quiero- los abracé con mucha fuerza.
Mis padres nos llamaron en la cocina y fuimos para saber para que nos necesitaban.
Al llegar, toda la cocina estaba decorada con fotos mías,de mis amigos y familia.
Y ahí estaban, mis amigos y mi familia juntos para levantarme de mi caída.
Y así siempre ha sido.

Ángel caído en la oscuridad. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora