Una endemoniada chica muerta

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Nunca, por nada, había derramado una lágrima, ni por Elizabeth lo hice, pero ahora, al tener el cuerpo sin vida de Isabella a mis pies, con las palabras temblorosas de este cuaderno frente a mí. Es imposible, lloré mientras tomaba a mi hija en brazos, aferrándome a ella.

- y pensar que haría las pases - estrujé su cabello en un puño, soltando mi voz rota, mojando su rostro con mis lágrimas - el muerto habría sido yo -

Ella me odiaba, mi hija me aborrecía al punto de creer matarme, la maltraté, la dejé sufrir, permití que unos imbéciles la lastimaran, siendo yo quien debía cuidarla y protegerla desde que estaba en el vientre de Elizabeth. Dejé morir a su madre, nunca me dí cuenta del daño que le había hecho, tanto fue su problema que...terminó matando a Sebastian.

- no puedo dejarte así Isabella, mereces estar con tu madre -

Me duele verla ahí, tendida en este sucio suelo, ni siquiera la dejaron quemar su diario, la mataron en la celda, terminaron con su vida, y por eso se merecían morir así o más dolorosamente en mis manos, no me importa mancharme las manos por ella. Es lo menos que puedo hacer después de todo el daño que he hecho.

Ya no hay vuelta atrás, por más que me aferre a ella, no volverá a abrir sus ojos.

Una endemoniada chica muerta yacía en mis brazos, mi propia hija. Soy el ser más despreciable, la corrompí mentalmente, mató a todo aquel que le hizo daño, ella misma lo confesó en estos escritos.

La cargo en mis brazos, no estoy dispuesto a dejarla un segundo más tumbada, con pasos firmes paso por encima de los cuerpos de los hombres que he matado hace unos minutos antes. La llevaré a la mansión, su hogar.

•••

- una disculpa es estúpida ¿verdad? - un maldito mes, su cuerpo yacía enterrado en la tierra, a un lado de su madre - Isabella Phantomhive - leí por quinta vez, sé que ya no tiene caso venir todos los días y lamentarme por todo, ya no hay vuelta atrás.

- o eso es lo que quieres pensar Ciel - esa voz, la reconocería donde sea. Ángelo, un ángel del cielo. Por primera vez me he visto obligado a ver a alguien, sin apartar la vista de la lápida me levanté y giré - hay una salida - fruncí el ceño, ¿él? ¿Ayudándome?

- no la hay -

- sí que la hay, Isabella tiene alma, una hija de mi señor y de tu señor, una criatura nacida del bien y el mal, Elizabeth le ha dado esa parte pura, pero tú...digamos que la contaminaste. Ahora que Isabella ha muerto... - cerró sus ojos frustrado, sin creer lo que diría - su alma vaga por el bien y el mal, dividida, perdida y mi señor te da la ayuda para que la salves, tú, su padre -

- ¿cómo sé que no me engañas? Hace unos años tú y yo nos encargamos de dejar en claro nuestro odio, ¿quién me garantiza que esto no es sólo una asquerosa trampa? -

Frunció el ceño.

- estamos hablando de tu hija Ciel, creí que harías lo que sea para tenerla de nuevo contigo, o sólo que prefieras dejarla sola de nuevo, perdida... -

Debo estar loco.

...

Ángelo me dió la respuesta, no pienso perder más tiempo. Si es necesario viajar al pasado por ella, lo haré. Dejé que él me atravesara con su espada, sintiendo un desgarrador dolor al mismo tiempo de ser rodeado por una luz brillante, segundos después el suelo desapareció, caía por un vacío sin fin hasta atravesar una barrera invisible, con mis manos logré cubrir mi cara, cerrando mis ojos por reflejo, pero cuando los abrí me topé con las manos de un chico de once años. Pero mi caída siguió hasta toparme con una luz aún más segadora.

' si no eres capaz de cruzar esa barrera no podrás llegar al pasado y tu alma se evaporará '

Maldito ángel, y sabiendo que tres años atrás lo pude haber matado. Tuve control de mi cuerpo, corriendo como nunca a esa luz, sintiendo pesadez en cada paso, pero todo valía la pena, valdría la pena, lo sé.

•••

Abrí los ojos agitado. Mi respiración era acelerada.

- ¿habrá funcionado? - pregunté para mí, mi voz, mi cuerpo, la habitación... - ¡funcionó! - salí de la cama de un brinco sin importarme que estuviese descalzo.

(Un espejo, espejo, espejo)

Era de once. Mi ojo morado por el contrato con Sebastian. Ahora que lo pienso... ¡Maldito! Isabella lo llegó a querer como padre, que bueno que lo mató.

_ hey tranquilo, te recuerdo que ese demonio la cuidó por mucho tiempo en vez de tí, gracias a él ella no murió de hambre después de la muerte de su madre_ la voz de Ángelo invadió mi cabeza.

_ ¿y tú quieres ayudarme? ¿Por qué rayos ....?_

_ me necesitarás, hay algunas cosas que cambiaron en tu viaje, no todo es igual como sucedió en tu vida original_

_ ¿a sí?_

_ comienza por tomar el cuaderno de tu despacho, lo necesitarás y quieras o no, yo soy el único con quien puedes contar ahora mismo_

Caminé a mi despacho, sin toparme con nadie, según Ángelo algunas cosas cambiaron, por lo visto, por mi ojo, el contrato con Sebastian no cambió.

- ¿qué hace levantado my Lord? - genial Sebastian.

- necesito ir a mi despacho - y sin más entré, en el centro de la mesa de madera un cuaderno. Mis manos temblaron al tocarlo, sentirlo, abrirlo y ver esas letras.

( Isabella ) una lágrima se me escapó sin poder evitarlo. Mi hija.

- ¿señor? - Sebastian apareció por la puerta, seguí dándole la espalda mientras leía las últimas palabras.

Por mi alma corrompida y sucia.

Isabella Phantomhive.

Con el pulgar sentí el papel en el que fueron escritas estas palabras.

- ¿cuándo vendrá Elizabeth? - hay que comenzar lo más pronto posible, esta vez estoy decidido a hacerlo bien. Me voltee, encontrándome con un Sebastian confundido.

- pero... No conoce a ninguna Elizabeth señor - ¿no conozco a Elizabeth?

_ no, no la conoces_

_ pero... ¿Cómo?_

_ tú y ella nunca se han conocido, la reina jamás los ha presentado_

¿dónde puedo encontrarla?_

_ fácil, que no te conozca no quiere decir que no siga siendo la misma_

_ en ese caso_

- Sebastian prepara el carruaje, vamos al jardín de la reina - con pasos firmes y decididos comencé a dirigirme a la puerta principal.

- pero... ¿No desea cambiarse primero? - mierda, es verdad, ¿cómo puedo dar una buena primera impresión en pijama?

- escoje el traje más elegante -



La Hija de Ciel PhantomhiveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora