"Cambiaste mi mundo de una forma tan dastrica,
Llegaste de la nada y ya lo eres todo,
Antes no significabas nada, ahora no puedo vivir un segundo sin ti...
Sin tu amor."
NOTA: algunos de los personajes son del musical de Hamilton.
🚫Adaptaciones...
-"Qué ha de ser pues de mi vida Sin libertad y sin amor Por la libertad me juego la vida , Y no hay vida sin amor" -Escribía Helen en su cuaderno bajo su sauce favorito en su lugar favorito. Hacía poco que América ganó la libertad , y no le hacía más ilusión a ella que expresarlo, eso sí, a su manera...
Helen era una muchacha de 19 años; pelo y ojos castaños, piel blanca como la nieve y de una personalidad bastante peculiar. Ella era reservada, pocas veces se podía decir que estaba conversando con alguien, o " aprovechando el tiempo" , como decía su familia. Ella era poeta , no una cualquiera, la pluma no era rival para su mente.Ese era el problema. Podía escribir cualquier cosa, desde poemas hasta novelas de más de 1000 páginas. Es una pena que nadie la pudiese comprender. Los jóvenes de hoy en día son todos cuadriculados y no salen de lo convencional. Por eso nunca había enseñado a nadie sus escrituras ni libros. No quería ser la próxima flor que la sociedad aplastase. Ella no.
En su familia, la tomaban como loca, incluso sus padres antes de morir , le dijeron que no escribiera poemas sobre su tristeza o su muerte, se negaban rotundamente, como mucho, que pasase a poner flores de vez en cuando. Pobre Helen, nadie la quería por lo que era y hacía , su familia se avergonzaba de ella.
Ya que se negaba a abandonar su hogar y sus libros, se quedó sola viviendo allí , pero teniendo la educación de una muchacha normal, la única preocupación de su familia respecto a ella, a parte de proporcionarle suministros para que subsistiese. Helen llevaba una vida relativamente normal , si pasarse más de 10 h diarias bajo un sauce al rededor de un bosque y un lago encantadores leyendo y escribiendo poemas os parece normal. Su única compañía era la soledad. Todos los días la recibía al nuevo día, y el anochecer se despedía de ella dejándola estallar sus lágrimas en las almohadas de seda.
Por suerte para Helen, una persona estaba a punto de dar un giro de 360º a su vida.
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