Vino el amor |Zerrie|

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Pisando el aeropuerto de Los Ángeles decidí llamar a Liam.

-¡Hey!- Saludé. -Hemos llegado.-

-Me alegra mucho rubia.- Corrí mis ojos. -Pronto nos volveremos a ver, no te librarás de mi tan fácilmente.-

-Era de suponer.- Reí. -Hablamos más tarde, debo buscar las maletas.-

-Bien, hasta luego.-

Colgué y comencé a caminar para buscar mis maletas. Esperé y las tomé, salí en busca de un taxi pero me era imposible debido a tantos bultos, a parte de tener a Iker. Choqué con alguien y conectamos las miradas.

-Discúlpame.- Dije.

-Lo siento, no fue mi intención.-

El chico era algo bajo, su pelo color rubio, tez blanca y ojos color café oscuro.

-No te preocupes.-

-¿Necesitas ayuda?-

-Por favor.- Dije sonriendo.

El sonrió y tomó los bultos.

-¿A donde ibas?-

-Iba en busca de un taxi.-

-No te preocupes, yo te llevo.-

-No te preocupes..- Callé al no saber su nombre.

-Justin.- Sonrió.

-Perrie.- Me presenté y tomó mi mano dejando un beso en mis nudillos.

-¿Es tu hijo?-

-Si, el es Iker.-

-Hola Iker.- Iker sonrió y recostó su cabeza en mi hombro.

-¿Nos vamos?-

Asentí y comenzamos a caminar.

-¡Perrie!-

Voltee y ahí estaba Zayn.

-Si quieres sigue, orita te alcanzo.-

El asintió.

-¿Que ocurre?- Pregunté.

-¿Quien es el?- Preguntó con el ceño fruncido.

-Es Justin.-

-Bueno no importa, vamos.-

Negué.

-¿Porque no?-

-No iré contigo, menos en el mismo auto que tu esposa.- La miré y ésta desvío su mirada. -Justin me dejará en el viñedo, despreocúpate y ve con tu familia.-

-No te irás con el.- Dijo serio.

-¿No?-

Negó.

-Mira como si lo hago.-

Salí corriendo mientras Iker reía.

-¿Todo bien?-

-Solo apurémonos, no quiero que Zayn se salga con la suya.-

El sin entender asintió y puso en marcha su auto.

Una hora y media después habíamos llegado al viñedo de mi padre.

-Gracias por traerme.- Dije.

-No hay de que, fue un gusto conocerte.- Sonrió y sonreí tímida por eso.

-Igualmente.-

-¿Me pasarías tu número?-