¿Qué demonios está pasando?

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-Recuérdame, Emma. Yo sé que no me has olvidado.

Bostecé y abrí los ojos confundida.

¿Dónde estaba?

Me dolía la cabeza. Traté de recordar mi nombre. Emma. Emma Watson.

¿Qué había pasado?

Una luz agresiva golpeó mis ojos y volví a cerrarlos. Me acostumbré un poco más a estar despierta y traté de moverme.

-Emma. ¿Emma?

Bostecé y abrí de nuevo los ojos. Un pelirrojo se hallaba en una silla a mi lado, sosteniendo mi mano, y me miraba.

Mi mejor amigo, Rupert Grint, estaba sentado junto a mí.

Sonreí. Siempre tan caballeroso.

-Hola, Rupert.

Mi voz sonó seca y pastosa.

Había lágrimas en sus mejillas.

-¿Qué pasó? ¿Dónde estoy?

-En el hospital. Tuvimos un accidente.-Dijo.-Yo estoy bien pero tú te golpeaste la cabeza.

-Pero...

-¿Recuerdas quién soy?-Preguntó estirando su brazo para acomodar un cabello detrás de mi oreja.

Su roce contra mi piel me produjo un cosquilleo en el estómago.

-Claro. Eres mi mejor amigo.

Rupert parpadeó fijamente unos segundos.

-Tu mejor amigo. Sí. Eso es.

Pareció decepcionado y muy triste pero, aunque quería, no podía saber por qué. Me costaba recordar qué había pasado y comprender en qué situación estaba...

-El médico dijo que tienes amnesia postraumática y a corto plazo... Has olvidado los días previos al accidente y algunas cosas importantes. Desaparecerá en veinticuatro horas, quizás un poco más. ¿Recuerdas el nombre de tus padres?

Traté varias veces, y me esforcé mucho, pero ni siquiera los recordaba a ellos. Había una laguna negra en mi mente.

Sollocé, desesperada.

-No.

¿Cuánto más había olvidado?

-Tranquila. Calma.

Apretó mi mano y la acarició dulcemente.

Eso desató un recuerdo. Su mano sobre la mía y su suave voz diciendo algo a mi oído.

No comprendía lo que podía querer decir.

Suspiré.

El médico ingresó a la sala.

-Muy bien, señorita Watson, visto que ha despertado, procederé a hacerle algunas preguntas...

Me hizo un par de interrogantes y asintió frente a cada respuesta aunque no fuera prometedora.

Me sentía terrible cada vez que no lograba responder pero al menos no me culpaban por eso.

-Bien. La memoria principal ha sufrido cierto daño pero al parecer en datos puntuales, sus padres, su dirección... Eso tiene arreglo. Y en cuanto a los días previos, me temo que no los recordará por ahora, pero que irá recordando fragmentos. Incluso sus familiares o amigos pueden ayudarla a recordar. Este tipo de amnesia por lo general desaparece al cabo de veinticuatro horas, puede que dos o tres días, no es permanente. Y no se preocupe, su bebé no sufrió ningún daño.

Fruncí el ceño.

No. No, no, no. Definitivamente no olvidaría si tenía un hijo. O un esposo, o un novio.

Mi mente quería, pero no conseguía recordar nada.

Rupert miró al médico y le hizo una seña que no comprendí. Él pareció sorprenderse.

-Usted... Está embarazada, señorita Watson.

Mi cabeza iba a explotar.

¿Estaba embarazada? ¿Cómo era posible? No recordaba haber tenido sexo con nadie. ¿Cómo iba a estar embarazada?

Rupert apretó mi mano con más fuerza y comenzó a temblar. Como hacía cuando estaba nervioso.

-Dime quién es mi novio, Rupert, por favor.

-No lo sé. Nunca quisiste decírmelo. Ni a tus padres ni a tus amigos. Sólo tú lo sabes.

No podía ser posible. Sollocé. Iba a tener un hijo y ni siquiera recordaba con quién.

-Tranquila, de seguro vendrá a buscarte cuando se entere sobre el accidente.-Dijo Rupert.

Sollocé y me dejé caer sobre la camilla, envuelta en la más completa desesperación.

-Llamaré a sus padres.-Dijo el médico.

-No. No pueden verla en este estado, se morirán de conmoción. Es mejor si esperamos unas horas a que responda mejor a los estudios. Los padres de Emma ya han pasado por suficientes sobresaltos y el corazón de ambos está en carne viva.

El médico asintió. Al parecer estaba de acuerdo.

Recuérdame [Grintson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora