¿Nieto adoptivo?

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Julie, la madre adoptiva de Rupert, abrió la puerta con efusividad.

-¡Emma, cariño!

Tomó mis mejillas y sonrió.

-¿Cómo estás?

-Muy bien, gracias.

Ella sonrió.

-¿Cómo está el pequeño?-Preguntó tocando mi vientre.

-Mamá, no la molestes.-Dijo Rupert empujándome adentro.

Por unos segundos creí ver que se ruborizaba y sonreí.

-Está bastante bien. Gracias por preocuparse.

-Cualquier cosa por la...

Julie, al observar a Rupert, se calló. Fruncí el ceño, pero él fingió no haber visto nada.

-...amiga de mi hijo.-Dijo frunciendo el ceño.

-Rupert...-Dije.

-Vamos a saludar a papá. Luego puedes saludar a mis hermanos.

Me condujo afuera.

Julie corrió hacia la cocina. El padre adoptivo de Rupert, Mark, revolvía unas verduras en el asador.

-¡Emma! ¡Es un gusto verte!

Me abrazó con calidez.

-¿Cómo está mi nieto adoptivo?-Preguntó sonriendo.

Rupert rió. Sin embargo, algo en su risa fue forzado.

-Vamos, papá, Emma y yo somos cercanos pero tampoco para que la consideres tu hija.

Mark frunció el ceño pero no dijo nada.

-Está bien, muchas gracias.-Sonreí.

-Lleva a Emma adentro y dile a tu madre que casi acabo con las verduras.

Rupert asintió y me condujo hacia la cocina.

Para ser alguien que evidentemente estaba ocultando algo, lo disimulaba muy mal.

-¡Em!

Bonnie me vio y me abrazó.

-Es un gusto verte.-Dije.-Al fin un rostro conocido.-Susurré.

Ella rió.

-Lo sé. Demasiados hermanos y sus familias.

Los hermanos de Rupert, Domhnall, Chris, Alex, James y Oliver, estaban allí. Solos. Sin sus familias.

Sólo Domhnall estaba casado y tenía una hija y otra en camino. Oliver esperaba un hijo también, con su novia. Se casarían pronto. Chris estaba de novio con una muchacha que vivía en Malasia. Alex tenía dos hijos y una novia joven. James estaba soltero y Bonnie salía con Daniel.

Y después estaba Rupert.

-Buenos días.-Saludé acercándome a los hermanos de él.

Podría haber jurado que parecían entre sorprendidos y tristes.

-Justo a quien queríamos ver.-Dijo James mirando a Oliver con complicidad.

Eran gemelos. Y muy bromistas.

-La cuñadita. ¿Cómo estás?

Me sonrojé.

-Rupert y yo no somos novios.

Los dos rieron. Pero parecieron sorprendidos. Mi cabeza iba a explotar. No comprendía nada.

Y, sin embargo, había una molesta voz en mi cerebro insinuando algo...

-No, no, claro. Sabemos, sabemos. ¿Verdad, Rupert?

Rupert los ahuyentó con un gesto de la mano.

-Ustedes dos, piérdanse. No molesten.

Tomó mi cintura y me condujo hasta sus hermanos para presentármelos.

Sin embargo, me sentí demasiado confundida... Había algo que no me cerraba.

-Rupert, ¿por qué todos actúan como si yo te gustara?

Sus mejillas tomaron color.

-No... Debes estar confundida.

Hay algo, Emma, algo que te estás perdiendo. Trata de averiguar qué.

Luego de saludar a todos, nos sentamos a comer.

Julie cocinaba como los dioses.

-Está delicioso.-Dije sonriendo.

-Gracias, querida. Traté de hacer la comida liviana por tu embarazo. Te aseguro que no te traerá náuseas.

Sonreí.

-Eso es muy dulce, gracias.

Rupert sonrió y acarició mi rodilla con un gesto de familiaridad que no me incomodó para nada.

-Bueno, Emma, cuéntanos. ¿Cómo estás?

-Mejor. El médico dijo que quizás tarde unas horas más pero que recuperaré la memoria casi completamente.

-¿Casi?

-El momento del choque es el único que no recuerdo ni deseo recordar.

Todos asintieron.

-¿Qué hay de tu embarazo?-Preguntó Mark.-¿Cómo lo llevas?

-Bastante bien. Es un poco molesto porque no consigo recordar quién es su padre, pero sé que el bebé está bien.

Todos me miraban. Sus expresiones no se alteraron prácticamente, pero parecían preocupados.

-¿Qué hay de ti, hijo?-Preguntó Julie.-¿No piensas conseguir una novia o algo?

Todos rieron mientras Rupert se sonrojaba.

-He amado a la misma mujer desde el momento en que nos conocimos y hasta que no me muera no dejaré de hacerlo.

Eso era tierno. Me pregunté por un segundo si era yo... Al fin y al cabo, vivíamos juntos y siempre nos habíamos querido mucho...

Sólo que mi novio estaba en medio.

Agh. Odiaba ser yo.

-Dulce, hermanito.-Dijo Oliver.-Pero debes pasar a la acción. No puedes ser virgen por siempre.

-¡Oliver!-Lo regañó Julie, escandalizada.

-¿Qué?

-Nadie dijo que lo fuera.-Contestó Rupert restándole importancia.

Mi corazón se detuvo unos segundos. Él... Se había acostado con una chica... ¿Con quién?

-Suena interesante. ¿Quieres decirnos quién tuvo el honor?

-No.-Contestó Rupert.-Realmente no quiero.

Sus hermanos rieron.

-Vamos, Rupert, sólo...

-Cállense de una vez. No lo diré. No es asunto suyo.

Su mano comenzó a temblar sobre mi muslo hasta que la apartó.

Todos siguieron comiendo y parloteando alegremente.

Pero yo ya no quería comer. Rupert se había acostado con alguien. Y no sabía con...

-Fue la mejor noche de mi vida.-Susurró en mi oído, haciendo que mi piel se erizara.-Desearía repetirlo.

No podía ser yo. Lo recordaría. A no ser que mis recuerdos de él fueran ciertos...

La cabeza me dolía de tanto pensar. Sólo debía esperar y recordaría.

Recuérdame [Grintson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora