¿Te gusta el plan?

1.1K 61 13
                                    

-Por el amor de quien quieras, Emma. Me estoy muriendo.

Sonreí y tomé su corbata para atraerlo hacia mí y besarlo.

Luego lo aparté, empujándolo, y me alejé hacia nuestro cuarto.

-Eso sí que no. Regresa aquí.

Sonreí y corrí por el pasillo. Los vecinos me odiarían, pero ya que.

Rupert corrió detrás de mí y al trasponer el umbral de la puerta me besó aferrando mi cintura.

-Serás sólo mía. Te he echado tanto de menos...

Jadeé y acaricié su cabello.

-Y yo a ti.

Tanteó en la oscuridad y cerró la puerta con ímpetu.

Me aprisionó contra él, disfrutando de ver mi expresión de deseo.

-¿Qué quieres hacer conmigo, Grint?-Pregunté pasando un dedo por su pecho y abriendo su saco.

-Mejor dicho, qué quieres hacerme tú, Watson. Eres una chica engañosa. Y eso me excita.

Tiré su saco al suelo y comencé a abrir su camisa.

Él mordió mis labios suavemente y jadeó.

Sus manos buscaron el broche de mi vestido.

Lo bajaron de forma tentadora.

-Mmm... Esto es... Interesante.-Murmuró.

Quedábamos a la misma altura porque yo llevaba tacones, así que se rió y me pidió amablemente que me los quitara.

-Pequeñita te ves más tierna.

Sonreí y arrojé mis tacones a cualquier parte.

Rupert sujetó mi barbilla y la levantó hacia él. Sus ojos se detuvieron en mi escote, un poco revelador.

-Ese vestido se te ve bien. Muy bien. Hay que quemarlo.

Reí y dejé que me lo quitara. Sin embargo, no lo hizo. Y cuando luchaba con mi boca, se apartó.

-Tengo algo para ti.

Intrigada, asentí.

Estaba un poco molesta porque me había apartado en medio de la parte más excitante, pero sentía curiosidad por saber qué querría.

Me acerqué a él.

-No mires. Cierra los ojos.-Pidió.

Obedecí y apreté mis párpados con firmeza.

Oí el ruido del cajón cerrándose.

-Puedes abrirlos.

Abrí los ojos.

Rupert estaba arrodillado frente a mí con un anillo.

-Por todos los cielos.

-Em, sé que técnicamente dijiste que sí hace meses, pero este anillo nunca volvió a tu mano. Por eso quería preguntarte si aún te gustaría casarte conmigo.

-¡Sí! ¡Sí, claro que sí!

Me arrojé sobre él y lo abracé con fuerza.

-Te amo. Juro que te amo.

Él sonrió, aliviado.

-Si no quieres, puedo esperarte...

-¿Es chiste? Llevo meses esperando.

Él rió y me besó. Deslizó el anillo por mi anular y ladeó la cabeza.

Tomé su rostro y lo besé.

Recuérdame [Grintson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora