-Emma.
-Vete al diablo.
-Emma, escucha.
-Vete.
Sollocé y enterré mi rostro en mis rodillas.
-Em.
-Largo.
Él suspiró.
-Emma, te quiero. Mucho. No quiero verte sufrir.
-Si eso es lo que quieres lograr, pues entonces lo estás haciendo terriblemente mal.
-No. Escucha. Si te enteras de lo que pasó, tendrás que aceptarlo en tu vida. ¿No has pensado en eso? Si te enteras quién es tu novio, tu prometido o quien sea, tendrás que aceptar que te ama. Que quiere su vida junto a ti. ¿Podrías jurar, en este momento, que amas tanto a ese hombre que, quienquiera que sea, le prometerás tu vida?
Pensé un rato en sus palabras. Tenía razón.
-No. Porque ni siquiera lo recuerdo.
-Exactamente. Además, vas a tener un hijo con él. Si sabes qué pasó tendrás que aceptar la situación en la que estás y este no es el momento para hacerlo. Estás nerviosa y tensa.
Suspiré. Rupert tenía razón, desgraciadamente. Abrí la puerta y dejé que entrara.
-No llores. Me destroza verte llorar.
Rupert me abrazó.
-Calma.
Sollocé. No quería a ningún novio ni a ningún prometido ni a ningún padre de mi hijo. Lo quería a él. Quería que él fuera mi pareja y no que fuera un hombre cualquiera al que ni siquiera recordaba.
Rodeé su cuello con mis brazos y lo miré. Estábamos a escasos centímetros.
-¿Por qué me besaste?-Preguntó.
Me sonrojé.
-¿Por qué me correspondiste?
-Yo pregunté primero.
-No lo sé.-Mentí.-No lo recuerdo.
Él rió y besó mi sien suavemente.
-¿Por qué quieres acostarte conmigo?-Pregunté.
-¿De verdad crees que hay alguien que no querría?
Fruncí el ceño.
-Tienes que explicarme mejor qué ocurrió.
Suspiró.
-Fuimos a un bar a cenar. Cometí la imprudencia de llevarte a una discoteca después...
Pausó su discurso, tratando de recordar mejor.
-Bailamos por horas. Me sentía atraído por ti, porque estabas tan guapa... Y entonces te invité un trago. Y luego otro. Luego te ofreciste a pagar otro y otro. Y luego yo. Y cuando llegué al trago número veinte ya perdí la cuenta. Estabas muy hermosa, ese vestido te quedaba muy bien... Demasiado... No estaba sobrio del todo... Y volvimos a bailar...-Suspiró.-Me alteraba sólo estando cerca de ti. Te deseaba. Jamás había deseado así a nadie.
Mi mente comenzaba a recordar algo similar. Muy similar.
-Y entonces regresamos y cuando traspusimos el umbral te besé. No podía soportarlo más. Te deseaba, deseaba hacerte cosas que jamás había soñado...
Mis memorias coincidían... Recordé mi cuerpo junto al de Rupert en la discoteca. Su alteración. La forma salvaje en que me había besado al llegar al apartamento...
-Me correspondiste al beso y me estrechaste contra ti. Recuerdo que pensé que estaba borracho pero no me importaba. De alguna forma tu vestido quedó en el camino y mi camisa también, y nos movimos hasta mi cuarto.
Recordaba eso. Recordaba los labios de Rupert en mi cuello y... Allí todo se volvía aún más confuso, producto del alcohol.
Pero juraría que el recuerdo seguía en la cama.
-Te besé el cuello varias veces y me quitaste el pantalón y entonces pensé en... Que tu novio me iba a matar. Sin embargo, no me aparté y sólo murmuré qué le parecería a él... Quería asegurarme de que no harías nada sólo porque yo te lo dijera... Y me abofeteaste. Pareciste reaccionar. Me apartaste gritando insultos y te metiste en tu cuarto.
Mi mente trató de recordar eso pero no pudo hacerlo. Insistía en mostrarme imágenes que no coincidían con lo que él contaba. Imágenes candentes, salvajes, eróticas...
-A la mañana siguiente estabas más tranquila pero enfadada porque me había aprovechado de tu estado. Y no me hablabas... Cuando ocurrió el accidente, al día siguiente, seguías enfadada.
Suspiré.
-No logro recordar eso. ¿Qué más sabes sobre mi novio?
-Estuvo aquí muchas veces pero no pude verlo. Sé que asegurabas sentir por él algo muy fuerte y profundo. Ojalá supieras...-Se calló.
-¿Ojalá supiera qué?
-Nada, nada.
-Rupert.
-En serio, no es nada.
Suspiró profundamente y apoyó su frente en la mía.
-No debería decírtelo, pero eres la mujer más caliente que conozco.
Mis mejillas ardieron.
-Y me gustaría mucho pasar contigo aunque fuera una noche. Pero eso arruinaría nuestra relación y no puedo dejar que eso pase. Es todo lo que tienes que saber.
Sus pulgares acariciaron mi rostro caliente y miró mi boca.
-¿Prometes que ya no vas a ocultarme nada?
Sus ojos dudaron por una fracción de segundo.
-Lo prometo.-Dijo al final, parpadeando mientras lo decía para no verme a los ojos.
Rupert seguía ocultando algo.
Y yo iba a averiguar qué.
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Recuérdame [Grintson]
Hayran Kurgu"-Recuérdame, Emma. Yo sé que no me has olvidado." ¿Qué le está pasando a mi vida? Acabo de despertar en un hospital sin recordar cómo llegué ahí. Al parecer tengo amnesia postraumática, un tipo de amnesia especial que afecta recuerdos importantes e...