Su madre llegó por él a las 7.30 pm del otro día.
Su última noche en la casa, fue la peor.
Tenía insomnio con lenta tortura a sus brazos que eran dibujados lenta, y dolorosamente.
Así pasó toda la noche, lamentándose de vivir.Cuando por fin llegó a su nueva casa, tuvo un inexplicable mal presentimiento.
En ese momento, donde su mente estallaba por culpa de los pensamientos que chocaban entre sí intentando encajar, deseó que su padre lo viniera a rescatar.Pasaron los días en los que Tomás solo comía mínimas porciones de comida para sobrevivir, mas que eso no le importaba, dejo de sentirle gusto a todo.
Su mente estaba enteramente sellada, y en el colegio, le iba mal. Seguía con sus buenas notas pero últimamente estaba muy distraído.Su madre se aferró a su corazón tratando de sanarlo, pero era imposible, él no mejoraba.
Fueron semanas las que estuvo yendo al psicólogo después de que su padrastro lo pillara fumando.
Tras esas visitas, le diagnosticaron trastorno obsesivo compulsivo.
Después de aquella " horrible" noticia, su madre apenas se le acercaba por miedo a que este le hiciera daño.
Aún así, él la amó como nadie.
Su playlist de música poseía solamente melodías tristes y deprimentes.Meses después, su madre decidió echar un vistazo a su cuaderno de dibujos que tenía gracias a su tía. En este, vio lobos, muchos lobos, pero tristes.. y algunos caballos que cabalgaban libres por los inmensos pastos verdes.
Un lobo no conseguiría , ¿pero que tal un caballo? —pensó —Y así fue como su madre paso meses buscando el equino perfecto para su hijo.
Tras una larga búsqueda, encontró la perfecta.
Una yegua no mas alta que él, tal vez unos 1.60 a la cruz, muy buena , de color alazán (rojizo, con sus tonalidades claro, oscuro,dorado,cobre , tostado pelo de vaca), con tres patas blancas que iban del talón a la rodilla, y una que llegaba solo al espolón .Un domingo a la tarde se la regaló junto con la montura completa (que esa parte había sido obsequiada por su padrastro).
Primero, envolvieron todas las partes del recado en papel de regalo y los colocaron sobre la mesita del patio haciendo que Tomás las abriera antes de ver la yegua.
Al principio, este se sintió triste al pensar que su madre solo le había regalado la montura para usarla con otros caballos que la familia tenia en unos campos muy lejos.
Se enojó por la supuesta broma, pero el enojo desapareció cuando se fue corriendo para el frente de la casa llorando y se topó con una hermosa yegua, que al verlo pegó un pequeño respingo.
Desde ahí, todo cobró sentido, ¿que clase de persona iba a dejar ahi un caballo con un moño dorado sobre su cabeza? No le cabía duda que eso, era para él.
No supo cómo reaccionar y solo regresó para abrazar a los responsables de esto. Les agradeció enteramente el obsequio, que aún no creía que era de él, y luego de que la ensillaran, montó en ella y sus días nunca mas fueron tristes. Su depresión y pocas ganas de vivir habían desaparecido dejando como remplazo un Tomás que madrugaba todos los días con tal de pasar horas al lado de su mejor regalo —que él consideraba una hija— antes de ir al liceo.
Todo parecía ir bien, sus actitudes habían mejorado dejando el hábito de fumar atrás debido a que su tiempo se vió afectado debido a la gran responsabilidad que ahora llevaba en el hombro—cosa que no le molestaba—, todo era de color rosa ( en su caso azul bebé) hasta que su padre reapareció en su vida, despertando cada uno de los sentimientos que había enterrado y que —ahora su nueva familia— lo habían ayudado a tapar.Llegó como si nada en su auto, con su hermana. Según ellos a buscarlo por que habían recuperado la custodia del rubio, pero era su decisión. No iba a admitir que extrañaba todo de su antigua casa.
¿Acaso iba a arriesgar todo lo que había formado por volver a una tortura segura?
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Algún Día © [PAUSADA]
RomanceLos líos no acaban aqui. #912 en realidad 🤷🏻♀️ #369 en romance adolescente ❤️🤷🏻♀️ #141 en internet