26.¿Nuevo comienzo?

10 0 0
                                    

Al final, aunque costó, su madre nos aceptó.
No se cuando, no se como, pero decidimos empezar de cero, juntar dinero, y volver con nuestras familias.

Pero con el paso del tiempo, el dinero fue cada vez mas difícil de conseguir, y eso, rompió nuestros sueños en mil pedazos.

3 años después

Había llegado al país donde conocí a Tomás, siendo otra persona, con mi unica compañía, Valentina.

Lo primero que hice al bajar del bus, fue ir a la playa mas cercana, tal vez ahí decidiría que hacer.

Hice a Valentina a un lado, pues ella tenía asuntos que resolver.

Decidimos no buscar mas a nuestras familias y quedarnos como uno mas de aquel aburrido y descolorido pueblo.

Ya habia crecido, mi altura superó la que antes era de Tomás, o sigue siendo.

Mi pelo habia crecido . Mi pensamiento había cambido, y mi corazon se habia endurecido.

Al pisar la arena, leves recuerdos de mi familia volvieron como una estampida de rinocerontes.
Decidi ignorarlos y pararme junto al mar. Tal vez a pensar, o tal vez solo a mirar.

No me decidia si volver al pasado o construir mi futuro.

Despues de tanto dolor, mi corazon dejo de sentir, y para mi, de latir.

No era capaz de revivir ese dolor tan intenso que te quema el pecho.
Pero aunque nunca admita, extraño a Tomás, y espero que él ya no lo haga.

Aunque me duela prefiero que encuentre a alguien mas, pero alquien que lo entienda como yo lo hacia, que estuviera a su lado cuando el mundo se le cayera a pedazos, que disfrutara sus alegrias, y llorara en sus tristezas.
Aunque nunca se me dio la oportunidad, me gustaria poder malcriarlo, comprarle lo que él quiera.

Y aunque no estaba dispuesta a darle todo, le daba mucho, quizá demasiado.

Lo amo como ya nadie ama.

Mi mente me decía que no fuera, pero mi corazón me guiaba hacia él.

—No sé si volver— le confesé al viento—No se si me quiera volver a ver—me corregí en un suspiro.

Una lágrima comenzó a recorrer mi mejilla al imaginarme a Tomás con alguien más.

—Tal vez lo mejor sea no volver—suspiré pesadamente— y dejar todo atrás.

Mis ojos se fijaron en un punto muerto.

—O tal vez deba— Giré la cabeza sin quitar la vista y entrecerré mis ojos— tal vez me extrañe— mi corazón se alegró—,y si no lo hace, igual me gustaría saber que fue de su vida.

No dudé mas. Me arme de valor, y fui directo a la clínica donde habían internado a Tomás la primera vez que nos vimos.

Recordaba el camino solo desde ahí.

—Bueno pies, prepárense para el sufrimiento— encogí los hombros con valentía.

Fueron largos los minutos, quizá horas, que caminé sin descanso. Sin embargo, llegué.

El jardín —si es que a dos árboles y 4 pastos se les llama así— estaba crecido, intacto, parecía una jungla.

—Ya sé donde traer a mis monos— Mi subconsciente habló—cuando tenga claro.

Algún Día © [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora