18. ¿Nos vamos?

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—¿Q..que haces aquí?— preguntó sorprendido el rubio dejando lo que antes hacía, bañar a su yegua.

—Vine por ti, hijo— resaltó la última palabra.— Vamos..hemos recuperado tu custodia— le sonrió sin bajarse del vehículo.

Pov Tomás

¿Que? No entendía nada, hubiera venido antes de que pudiera rehacer mi vida, ya es tarde. Pero lo dudo, ¿voy con él ? Retumbaba en mi cabeza una y otra vez, parecía chocar contra cualquier duda.
No sé , si me voy, posiblemente pierda a mi madre , y si me quedo, perdería a mi padre.
Ellos gritaban, se peleaban frente a mí ,pero no podía oírlos, estaba aturdido por mis dudas y pensamientos.
Tal vez llegue a escuchar uno que otro insulto pero no paso mas de eso.
Me hacían preguntas, me presionaban con que me viniera o con uno, o con el otro. Pero no podía, extrañaba todo de mi padre, pero había aprendido a amar esa mujer como a ninguna.
En estos momentos, es donde necesito a Julieta, si, la que se fue con el supuesto español.

Llegó un determinado momento en el que ya no me dejaban pensar.

—¿Y?— preguntó furiosa— ¿Con quién te quedaras hijo?— resaltó la última palabra

—¡Cállate mujer!—gruñó mi padre en respuesta.

—¿Por qué no mejor te ocupas de que tu novia no te clave los cuernos?— ironizó con un tono de burla

—Mejor cuida al tuyo— dijo refiriéndose a mi padrastro.

—¡A mi no me vengas a decir que hacer!— exclamó mientras encendía un cigarrillo frente a todos.

—Hipócrita—la insultó.

—Basta...— dije entre sollozos— mamá, necesito un tiempo a solas con papá— agaché mi cabeza —

Mi madre bufó y se largo de nuestras vistas volviendo dentro de la casa no sin antes voltearse a verme. No comprendí el mensaje en ese momento.

—Papá—comencé a llorar con todas mis fuerzas rogando que me sacara de aquella casa— en serio no quiero estar aquí, por favor ayúdame, me siento mal.

—sube entonces— dijo como si fuese lo mas obvio del mundo.

— no puedo— continúe llorando desconsoladamente— si me voy, perderé a mi madre—

— ella nunca ha estado para ti hijo, además, no confío nada en ninguno de ellos—bufó— tu madre es capaz de cualquier cosa— insinuó— yo que tú, me vuelvo a mi casa.

— está bien— asentí llorando mientras caminaba de regreso a la casa de mamá.

Tomé mis cosas bajo la atenta y furiosa mirada de mi madre.

—¿Qué te dijo para convencerte así de rápido?— rompió en silencio enojada.

—Nada—agaché la cabeza victimizando mi persona.

—bien— se marchó de el cuarto dejándome con mil dudas.

Solo me marché.

Algún Día © [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora