Las repisas de madera causaron un estruendo en el suelo, los libros y vidrios viniéndose hacia abajo, haciéndose pedazos. Cada porta-retrato de la pared cayó en picada, a través del cristal las fotos se cortaban, la perfecta imagen no era tan visible como antes, la ingenua alegría se desprendía.
Subió las escaleras con discontinuidad, sus piernas flaqueaban por un dolor extenuante del que no fue capaz de reconocer; abrió la primera puerta que apareció ante su vista y acabó con todo lo que hubo dentro, pasó a hacer lo mismo con las habitaciones restantes. Ropa, objetos de valor, juguetes, hechos un destrozo por doquier, incluso se ensañó con los televisores, consolas y lámparas.
Se paró en seco al frente del pequeño armario que significaba más que logros de vida, albergaba sin duda, las posesiones más valiosas de todas las que pudiera haber en la casa.
Arrojó contra la pared a varias estatuillas, comenzando con ese "rookie del año" y seguidamente con las ligas mayores: "artista del año", uno de los daesangs (premio mayor) que les habían dejado conservar. Los estrelló una y otra vez hasta que se les desprendió cada incorporación metálica, dejándoles sólo la superficie que los sostenía; la pared se hundía y corrompía de tanto golpe. Acabó con cada emblema de reconocimiento, finalmente se hizo una pila de estos.
Pasó a cortar los cables de electricidad y abrió las ventanas para no quedarse ciego al caminar. Ya le quedaba poco, no gastaría mucha energía en lo último que debía hacer. Se metió con la instrumentaría que tenían los productores estrellas en el pequeño estudio del primer piso: computadoras, aparatos MIDI, instrumentos musicales y micrófonos.
Como acto final, estiró sus hombros y se desplomó en el sofá. Observaba la catástrofe que acababa de ocasionar con un ardor prominente en el pecho, más no estaba arrepentido.
Es lo poco que merecen. Se auto-convenció.
Se incorporó tirando su chaqueta sudada al piso, recobrando la respiración e intentando pasar entre tanto vidrio fragmentado, se dirigió a la puerta principal, la abrió y al salir botó las llaves en una alcantarilla.
Estaba abandonando.
Era hora de hacerlo.
Y ellos sabrían que no volvería otra vez.
Jamás.
Yo tengo mi karma, y ustedes tendrán la suya.
Parece una mentira.
Pero honestamente, ¿ya qué importa?
Defendió a Taehyung de tantas personas, pero aun así nada contó.
Todo resultaría lo mismo.
Exactamente lo mismo.
Jungkook no pensaba racionalmente, la cordura se le escapaba por las fosas de sus orejas y la sed de venganza incrementó a magnitudes, no lograría sentirse bien o lleno, darían igual cualquiera de las cosas que hiciera.
Así resultó.
[ ... ]
Su pulso era un manojo de corrientes eléctricas, quería llegar rápido y escuchar la siguiente cinta que le aguardaba en los bolsillos de la cazadora junto al Walkman del que era inseparable.
Las cosas en Busan no resultaron como lo ansió, Baek lo trajo a Seúl al día siguiente, estaban en términos medios, de tal modo, el trabajo del castaño no era ir a juzgarlo o sermonearlo, aún se preocupara en demasía por el pelinegro; una preocupación extraña y sin fines, pues no compartía un lazo bien formado con Jungkook, sólo apareció en el momento en que iba a caer.
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Tae's Reasons→BTS/AU
FanficEl mundo de la farándula en Corea del Sur conmociona cuando el joven integrante de BTS, un grupo potencialmente relevante, muere el 03 de diciembre del 2016, en un motel de Gangnam. Kim Taehyung deja una serie de cassettes grabados, a la incógnita...