Tape #11/ Cassette #6/ Side A

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Yo soy el siguiente.

Un cuarto para las once marcaba el rolex en su siniestra; gran ironía que empezara el principio de su fin con aquellos dos dígitos, de pronto, estaban pegados a su ser como una entidad demoníaca, parecida a la misma que era el recuerdo de Taehyung.

Vistió decente; pantalones de mezclilla, camiseta de botones blanca y timberlands clásicas; no se había visto tan bien en un tiempo, fue un desafío, totalmente. Verse presentable y quitar cada mancha de desasosiego de su rostro le tomó rato. Limaría asperezas entre su yo interno y su yo externo para conseguir un funcionamiento temporal, lo ayudaría a razonar, mejor de lo que lo había estado haciendo. Venía con dichas ideas repasadas en su mente, ante todo, ser firme y condescendiente era lo primordial.

Ingirió un multivitamínico en cápsula y continuamente un largo lingotazo de cafeína se deslizó por su paladar; contó hasta diez en su mente y borró cualquier inseguridad. Una decisión estaba por concretarse, era ahora o nunca, y la palabra nunca le era un significado para nada banal.

Terminemos de dar todo por sentado.

[ ... ]

















Jin siseó una maldición al avistarlo, su capuchino doble casi vuela de la mesa cuando se apeó para aproximarse. Jungkook no se inmutó a los fuertes brazos que lo estrecharon, se sentía igual de vacío, en su pecho no había ningún sentimiento; divisó al resto de los muchachos y tuvo que sobre-apretarse los puños para no mandar a medio mundo al hospital.

La cafetería era la misma en donde se había citado con Namjoon, esta vez cerrada al público general, la única clientela estaba sentada en una mesa de cinco sillones beige, se preguntó cómo y cuánto pudieron mover para que esto fuera así.

Un camarero llegó con una pequeña bandeja de panecillos, cafés y cigarros. Puso el contenido en la superficie y acomodó un par de ceniceros en el centro.

—Es para ti —el mayor en el grupo apuntó un vaso de caramel macchiato al susurrar—. Pensamos que no vendrías —sus palabras quedaron en el aire pues no hubo respuesta, ni siquiera una contemplación por Kook.

—Jungkook —pronunció Namjoon, hizo un gesto con la cabeza y los ojos del pelinegro se ubicaron en el lugar vacío que indicaba el líder—. Es un alivio que estés aquí...

Jeon se abstuvo de mirar a los demás, una mueca de superioridad atravesó su rostro al denotar la distancia palpable entre Yoongi y su noviecito Jimin, o a decir por conclusiones previas: ex noviecito. Se sintió conforme, tenía sentido para él, ellos acabaron con su relación, era justo que él acabase con la suya. Buscó otra silla, quedando en un frente completo a los chicos, negándose ante la sugerencia de Namjoon a sentarse en ese lado, ese lado en donde estaba Jimin.

¿Crees que sigue siendo uno de mis mejores amigos?

Se preguntó si ellos seguirían pensando que se hallaban en el mismo pedestal de siempre.

No son mis hermanos.

Sintió repulsión bajo la máscara de la que se obligó a portar.

—Y bien... Siento que hay mucho que discutir —comenzó el líder—. Estamos en un constante limbo desde que pasó lo que pasó; no se han puesto cartas sobre la mesa en absolutamente ningún momento y nosotros no hemos tenido la potestad para hacerlo, no sin una parte importante: Tú, Jungkook. Eres la pieza que falta para reconstruirnos, eres nuestra única esperanza de que volvamos a ser lo mismo, hasta mejor —a continuación tomó una gran bocanada de aire, Jungkook observando como la misma vieja cantaleta que era—. No sé si logren comprender esto, pero... Es el trabajo de nuestras vidas, no sólo un trabajo: nuestras vidas. ¿Cuánto no hemos tenido que dejar? ¿Cuánto no hemos tenido que luchar? ¿Todo eso se va a ir a la basura como si hubiese sido en vano? —sus ojos apacibles imploraban.

Tae's Reasons→BTS/AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora