Jungkook salió a la vía pública sin pensar un poco en que no era ni de cerca la mejor opción para una persona la cual se había vuelto un "odiado viral". Le valió un comino salir a la calle, claro, pensamiento que quedó deshecho al observar la gran cantidad de acoso por parte de la gente que se iba encontrando, de hecho, había estado en peligro de ser agredido dos veces. Veía toda mercancía que reflejase su cara en distintos contenedores de basura, incluso tirados en la acera. Carteles de promoción pintoreteados de spray con blasfemias hacia su persona.
Su imagen repudiada era como el signo de los tiempos, nadie lo hubiese concebido en un pasado, menos creíble que la muerte de V por más duro que sonara. Su reputación pasaba el subsuelo, agradeciendo méritos propios claramente.
En la compañía deben de estar enloqueciendo.
Una sonrisa triste se asomó por sus labios al caminar, chocaba con algunos transeúntes y sentía que su propio cuerpo le pesaba demasiado, como si ya no tuviera fuerza para cargar consigo mismo.
Aquel callejón oscuro cruzó por su negruzco mirar, pudo vislumbrar que al fondo se hallaba una mata de cabello perturbadoramente interesante, la curiosidad le picó como un mosquito a la piel; esa ancha espalda le recordaba a la perfección a alguien.
Indagando, dio unos cuantos pasos para aclarar la visión, luego mandó todo a la mierda al acercarse completamente a dilucidar a esa extraña figura.
El perfume de Taehyung inundó sus fosas nasales y su corazón dio un vuelco masivo. Estuvo a centímetros de tocar su hombro cuando de la nada, desapareció; y lo único que avistó fue un cutre lugar que albergaba nada más que bolsas y cubos de basura.
—Jungkook —escuchó a sus espaldas.
Una voz extraña.
Pero al volverse, lo vio a él; iluminado por la luz de una farola como si fuera índole celestial.
—T-taeh-hyung... —ese nombre le quemaba el paladar.
La silueta se aproximó al pelinegro, portando un aura tranquila y preocupada a la vez.
—No, Jungkook-ah... Soy Baekhyun, mírame bien —dijo con pesar el castaño.
Byun Baekhyun era un senior para él, lo que significaba el término sunbaenim en coreano, alguien al que le debía respeto. Era un cantante, actor y bailarín estrella, otro ídolo, de otra exitosa agrupación, quienes ahora y veía como el único futuro que prometía algo. Era un muchacho de unos veintitrés años, un tanto alto y armoniosamente delgado; no eran muy cercanos, sólo había intercambiado algunas palabras con él y en ocasiones específicas, y todo por alguien llamado Kim Taehyung, su mejor amigo; a estos dos junto a Jung Daehyun (otro amigo de la industria) les decían la familia "Hyun", por ser tan pero tan idénticos. Sus rasgos eran más que similares, podían confundirse fácilmente para quien no los conociera.
En un programa de variedades llamaron a Baek la mamá, a Dae el papá y a Tae como era el menor, su pequeño hijo. Lo rememoraba perfectamente.
Jungkook trastabilló alejándose. —¿Baek-khyun? —no lo creía, así de fácil lucía como otra de las malas bromas que el mundo le tenía preparada.
Baekhyun asintió, mirándolo con lástima. No conseguía ni un rastro de lo que había sido el Jungkook anterior, ese hombre que parecía sacado de revista todos los días, cuyo talento y porte deslumbraba en cada presentación en la que lo había apreciado. ¿Esa era su competencia? Y no lo pensaba de una manera despectiva, más bien con impotencia y rabia.
Estaba demacrado. Sus ojos inyectados en sangre, su piel asemejaba a un tono grisáceo y casi escamoso, con ojeras de mapache, tics en ambas manos ¡o más bien! en todo el cuerpo, marcas violetas en su cuello y clavículas... Nada que decir de cómo iba vestido.
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Tae's Reasons→BTS/AU
FanfictionEl mundo de la farándula en Corea del Sur conmociona cuando el joven integrante de BTS, un grupo potencialmente relevante, muere el 03 de diciembre del 2016, en un motel de Gangnam. Kim Taehyung deja una serie de cassettes grabados, a la incógnita...