¿Por qué me odian? || Rubelangel (PAUSADA)

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-Recuerda que vendré por ti a las 8 -me dijo Adam pasando a mi lado en su patineta- ¿Estarás bien?

-Seguro. Solo seremoh nosotros ¿Qué podríamoh hacer? -Adam me sonrió.

-Lo se, a veces olvido que ya no tienes cinco años -Adam decía todo con nostalgia- incluso me olvido que tu no eres como yo y no haces ciertas cosas.

-¿Cómo cualeh? -¿Hacer ciertah cosas? No lo entendía, seguíamos siendo nosotroh. ¿No eh asi? Adam había crecido pero algunas cosas no cambian  ¿verdad?.

-Bueno...no puedo decirtelo en realidad. Quiero que seas diferente.

¿Qué tanto había detráh de lo que eh Adam ahora? Tengo miedo, sea lo que sean las cosah que hace deben de ser tan malas como para que no pueda decirme.
Aunque ahora he pensado en que momento Adam cambio, porque lo hizo. Recuerdo que cuando cumplió 12 dejo de jugar conmigo, a los 14 comenzó a salir con suh amigos y mis padreh dejaron de quererlo como antes, ahora descubría que ha hecho cosas extrañah como para no decirmelas y ha comenzado con loh secretos. Seguía muy preocupado pero no podía hacer nada. Sólo debía de pensar en la fiesta, al menos por hoy. Quizáh pronto descubra que es lo que le está pasando a mi hermano.
Al llegar a la casa de Lizz la primera en recibirme fue Ainhoa, dándome un gran abrazo.

-Gracias por traerlo Adam -le dijo antes de que entraramoh a la casa- estaba por pensar que no vendrías.

-Lo siento, hubieron algunoh problemas pero no te preocupes -le sonreí. Ya tendría otro día para explicarle todo.

-Bien, vamos que Lizz nos espera -Ainhoa me llevo hasta el patio de la casa, donde habían dos mesah,  una llena de comida y la otra donde estaban sentados nuestroh amigos y otros chicoh.

-¡Vino Miguel! -exclamó Luisa al verme, Antonio y Max le siguieron.

-Hola Lizz, feliz cumpleañoh -la abrace y le entregue su regalo, algunah cosas de maquillaje, Adam me había ayudado a elegirlo.

-Gracias Miguel. Me alegra que estés aquí -Lizz me sonrió antes de volver a su lugar, alado de Luisa y Eric.

-Agradeceme a mi -dijo Ainhoa dándome un lugar a su lado, Max también estaría a mi lado-de no ser por mi no estuviera aqui.

-Muy bien, gracias Ainhoa -Lizz río
al decirlo.

Lizz siguió una platica que tenia con dos chicah que no conocía, Luisa y Eric intentaban tener una conversación con otro chico. No era que me desagradará, pero me sentía incómodo al estar cerca de elloh, quizáh era porque no parecían ser iguales a nosotroh; una de ellas incluso tenía el cabello pintado.
Pero ninguno de mih amigos parecía estar incómodo con ellos, tal vez sólo eran ideas mías. Debía de dejar de preocuparme tanto y dihfrutar de la fiesta ¿cierto?

(...)

-¿Han dado ya su primer beso? -pregunto Norman, uno de loh amigos de Lizz. Ahora sólo estábamos, la otrah amigas de Lizz; Valentina y Hannah, Eric, Max y yo.

-No en realidad -contesto Eric, Lizz se había sonrojado -¿y ustedes?

-Solo yo -contesto Norman sonriendonoh -¿Les parece jugar un poco?

-¿A que jugaremoh? -¿Acaso Lizz tenía una consola? Hace años que no jugaba con una.

-Con esto -Hannah tomó una botella de refrehco vacía ¿Qué clase de juego era?- todos en un círculo.

Max y yo noh miramos antes de sentarnos, Valentina se había encargado de darnoh un lugar; era Max, luego seguía Hannah, Norman, Lizz, yo y por último ella. Este juego era extraño y ni siquiera había comenzado.