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-Hora de irnos -dijo Ainoha tomando suh cosas demasiado rápido, logrando tirar algunah cosah de su mochila- rayos.

Ella se agachó para recogerlah mientras yo tomaba su mochila para que ella lah metiera. Estaba un poco distraído hasta que vi que a lo lejoh venía aquel chico del coro con dos de sus amigos, yo no quería pero inevitablemente lo vi hasta que pasó delante nuestro, pueh Ainoha me había golpeado en mi yeso para que dejara de hacerlo.

-Miguel, sabes que no debes -me dijo cerrando está vez su mochila- ya pronto podrás ser normal. Este fin tenemos que...

-No estaré -le dije antes de que terminará de hablar, con algo de dificultah graciah al dolor - iré con mih padres a Madrid.

-¿A Madrid?

-Elloh asistiran a una marcha.

-¡Estupendo! -dijo más feliz de lo que yo estaba cuando me dijeron- esto te puede ayudar con tu problema.

-Si, pero...-¿Era bueno decirle? Era mi mejor amiga y siempre me ayudaba en todo- no me gustan esah cosas.

-¿Por qué?

-Pienso que insultarloh no es correcto, quizáh haya otras manerah de hacerlos entrar en razón.

-Bueno yo también he pensado eso -Ainoha lo decía en serio, podía verlo en suh ojos- hay cosas en las que no puedo estar de acuerdo...pero es lo correcto ¿No?

Yo asentí, claro que era lo correcto. Mih padres me lo enseñaron toda la vida y aún lo sigo aprendiendo así que no pueden estar equivocados ¿Cierto?
Caminamoh en dirección a la casa de Ainoha, casi todas lah tardes dehde que le dije he estado con ella, ya que todos loh días intentábamos encontrar solucioneh por nuesta cuenta. También habíamos pensado en contárselo a algún adulto pero yo descarte la idea al instante, sabía que si le mencionaba una palabra sobre el tema tendría un castigo y si leh decía que era yo todo sería peor, Ainoha pensaba lo mismo de suh padres. Pensamos en algún profesor pero ellos dehviaban loh temas sin dejarnos decirleh una sola palabra.
Al estar ya en su habitación lo primero que hizo Ainhoa, como todos loh días, era rezar por mi, luego pensábamos en otrah tácticah para usar.

-Cuando vayas podrás ver con tus propios ojos todo, quizás eso ayude -dijo Ainhoa mientrah hacíamos la tarea.

-¿Tú que pensaste la primera vez que fuiste a una?

-Bueno...no lo recuerdo muy bien -dijo pensando- era nuestro primer año, fue con la escuela pero nosotros sólo repartimos volantes y hablamos con algunas personas. Nada raro, era algo simple.

-Yo recuerdo algunah cosas de otrah, no me gustaban para nada -sacudí mi cabeza al recordar algunas cosah- Adam las odiaba, nunca quiso contarme porque.

-Quizás era por su actitud -Ainhoa rodó loh ojos, ella no estaba tan de acuerdo en varios idealeh de Adam. Mucho menos cuando él se fue- no creo que sean tan malas, al menos se que los de cursos mayores piensan que es lo mejor. Yo no se que pensar de ellas.

Asentí dándole la razón, no podía tener una idea de ello ya que no recordaba mucho. Terminamos nuestrah tareas además de algunah nuevah ideas de Ainhoa para ayudarme, aunque ella decía que lah cosas se resolverán este fin de semana, ya tenía que volver a mi casa.

-Bueno, creo que no sabré de ti mañana -comento- aunque estoy segura de que serás otro el lunes.

-¿Por qué estáh tan segura de ello? -pregunté antes de guardar mih cosas.

-Tengo una corazonada, sabes que mis corazonadas van en serio.

Asentí, aunque siempre lo hacía cuando Ainhoa hablaba, era algo que tenía yo desde siempre; sin cuestionarme lo que ella decía, lah chicas siempre era máh inteligentes.
Me despedí de ella y de su madre antes de salir y encontrarme con mi padre, pues la casa de Ainhoa estaba lo suficientemente lejos como para caminar yo solo.

¿Por qué me odian? || Rubelangel (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora