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-...ayuda a mi amigo a dejar de pensar en cosas impuras -era la tercera vez que Ainhoa rezaba por mi, yo la acompañaba pero no veía alguna mejora- ¿Te sientes diferente? -yo negué y Ainhoa puso cara de fastidio- tenemos que buscar otra alternativa -Ainhoa se levantó y comenzó a caminar.

-Ainhoa -ella se volteó, yo seguía en el suelo arrodillado- ¿Podríah ayudarme?

-¡Es verdad! -Ainhoa se acercó a mi- perdón, lo había olvidado.

Hace dos díah que nuestra excursión había pasado, como era de esperar ninguno de loh dos pudo ir; y la mejor excusa que se le ocurrió fue que yo me había lastimado y ella, como una gran amiga, hizo que me rompiera la pierna para que fuera creíble. Ademáh de que eso también impedía que yo siguiera jugando fútbol, ya que decía que lah tentaciones estaban ahí; yo agradecía que no tenía que ver a Oliver por un tiempo.

-Tal vez te sientes atraído por los chicos porque no has encontrado a la indicada -dijo sentándose en su cama, yo me senté alado de ella- piensa ¿Cómo sería la chica ideal para ti?

Lo pensé, aunque ninguna chica se venía a mi mente. Pensé en alguna actriz pero todah me parecían la misma cosa. Luego pensé en Oliver y en el chico del coro; elloh tenían algunah cosas en común, como que ambos tenían máh edad que yo, también que su cabello estaba siempre ordenado y que parecían siempre estar felices. Pero Oliver no tenía la melodiosa voz del chico y él a su vez no tenía la linda sonrisa de Oliver. No sabía ni siquiera que clase de chico era mi tipo.

-¿Tienes alguna idea? -Ainhoa me observó, sabía que entendía lo que estaba pensando. Simplemente negué con miedo a que ella se molestará- está bien, intentemos otra cosa ¿Cómo es tu chico ideal?

-No lo sé, siempre tienen diferenciah.

-Muy bien pero ¿Qué es lo que te ha gustado de ellos?

-Bueno...han tenido una sonrisa...o suh ojos son...y, eso.

-Puedes decirlo Miguel, está bien -Ainhoa me sonrió dandome confianza.

-Está bien...su sonrisa, es algo que me ha gustado dehde siempre, pero no una sonrisa tonta, aquellah que te dan confianza-recordé cuando conocí a Oliver, dehde ahí había visto que su sonrisa era la más linda de todah- loh ojos con vida, al igual que una voz armoniosa. C-como la de loh chicos del coro de la escuela -a mi mente vino el chico del coro, la primera vez que lo vi estaba en el coro cantando una canción que era perfecta para su voz. También la primera vez que me lo topé en loh pasillos y pude ver suh ojoh oscuros- no me gusta que tengan su cabello alborotado -pero a Oliver le quedaba bien cuando esta jugando, aunque al terminar siempre se lo acomoda- y tampoco que sean máh altos que yo, siempre me tratan como su hermanito -era lo único que odiaba de Oliver, aunque eso ayudaba a no sentir tantah cosas por él- c-creo que es todo.

-Definitivamente describes a chicos -Ainhoa se dejó caer en su cama- esto será difícil ¿Cómo le haremos?

-No lo se. Sólo no quiero seguir siendo gay.

-Tranquilo, tenemos mucho tiempo para ayudarte.

(...)

-La doctora dijo que tendrás el yeso tres meses -dijo mi madre mientrah comíamos- no podrás jugar fútbol hasta la siguiente temporada.

-Está bien -dije poniendo mi mejor cara de tristeza, y se que lo logré cuando vi que mi hermana se entristecía por mi.

-También sabemos que no pudiste ir a tu excursión con tus compañeros -comentó mi papá- nuestro grupo irá a una, la que siempre vamos nosotros...

-Es mucho más grande que a la que iría tu escuela, pero va con el mismo fin -mi mamá me sonrió- estábamos pensando, que podrías ir con nosotros está ocasión...

-Así no te perderías de la experiencia - mi papá me dio un folleto que elloh siempre tenían, el lema "Por una familia normal" estaba en casi toda la hoja.

-Gracias -dije sin saber que máh decir. Mi mamá me sonrió al igual que mi papá, Elena sólo observo a todos sin saber muy bien de que hablábamos.

La comida terminó con normalidad, Elena me ayudó a subir lah escaleras mientras mih papás recogían la mesa.

-¿A dónde irán? -Elena me preguntó una vez estuvimoh en mi habitación.

-Son marchah, como a lah que siempre van papá y mamá -dije sin dar muchos detalles, Adam era mejor en estas cosas que yo.

-¿Por qué yo no puedo ir?

-Aún eres muy pequeña -me senté en mi cama mientrah Elena intentaba descifrar lo que decía- quizáh en unos años máh todos podremoh ir a Madrid.

Elena me sonrió satisfecha con la respuesta que le di, aunque yo ehperaba que nunca conociera como son todas estah cosas. Tomé el folleto que mih padres me habían dado, y comencé a leerlo; aunque nada de lo que estaba ahí me convencía de que era lo mejor.
Todah y cada una de ellah no me parecían la mejor manera de tratar con ellos, algunah llegaban a ser algo crueles aún tratándose de ese tipo de gente. Hace tiempo que no sabía cómo eran aquellos desfileh y marchas pues yo era muy pequeño y a Adam no le gustaba hablar sobre esas cosah. No me parecía lo correcto pero quizáh esa era la manera en la que yo podía curarme.

¿Por qué me odian? || Rubelangel (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora