Capítulo 30.

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  -¡Suéltala!- la voz de Christian retumbo por toda la oficina.



Yo sentía que iba a recaer en cualquier momento. Me sentía muy débil y sin ganas de nada.



-Que escena tan conmovedora.-me sujeto fuertemente por el cuello y seguía apuntando con la navaja en mi abdomen.-Tu marido a venido a buscarte. Que tierno, ¿no?




Cada vez me daba miedo estar con ella, no sabía si de esto iba a salir viva. Definitivamente ella era una persona loca y que quería ver destruida a mi familia. Bueno, parte de mi familia la había destruido yo misma.



-Suelta a mi esposa, por favor.-Christian intento acercarse y ella estaba a punto de clavarme la navaja.



Iba a distraerla, tal vez funcionará.


-Yo no se porque te empeñas en hacer daño a mi familia.-unas cuantas lágrimas salieron de mis ojos.



-A tu familia no, digamos que solo a ti te quiero ver muerta.- no me sorprendía su respuesta, ya nada de ella lo hacía.



Dejamos de prestarle atención a mi marido y de un momento a otro, la navaja de ella se cayo al suelo y la secretaria de él la detenía. Respiré tranquila cuando ya no sentí su agarre ni que mi vida estaba corriendo peligro.



-Estas loca, lamento que tu vida sea asi, llena de envidias y que no sepas disfrutar nada.-me senté en el sofá, mientras que mis manos temblaban. Por un momento pensé que ese sería mi ultimo dia de vida.



-De esta nadie se va a salvar. ¡Suéltame!- grito desesperada y queriendo zafarse.



-¿Estás bien?- mi marido se puso de rodillas a un lado mío y me miro con preocupación.


-Estoy bien, gracias.-le sonreí y tome su mano con cariño. Ya nada entre nosotros iba ser igual, muchas cosas cambiarían.




Unos minutos después se habían llevado a Lucia de aquí. La iban a trasladar a un hospital psiquiátrico. Iban a ver primero como estaba mentalmente y nosotros lo mejor era contratar seguridad.



-Escuche tus gritos y temí lo peor.- Christian manejaba tenso de regreso a casa. Aquel capitulo nos había dejado un poco nerviosos y no era para menos. Lucia prácticamente estaba loca, nunca pensé que ella se iba a atrever hacer eso.



-Gracias a que tu llegaste y tu secretaria. No paso a mayores.- todo esto era demasiado triste.



Llegamos a casa y nos dedicamos a cenar, mis hijos estaban ya dormidos pues iban a la escuela. Tome mis medicamentos y fui directo a la cama. Esta vez no hubo cariños ni muestras de afecto. Nada entre nosotros iba a ser igual. Solo entre sueños sentí como el colchón se hundía y Christian se quedaba dormido. Una solitaria lágrima viajo por mi mejilla y por instinto coloque una mano en mi abdomen.




Nunca dejaría solos a mis hijos, aún asi ya no este con Christian. Ellos eran el motivo por el que estaba aquí. Ser madre era algo maravilloso, la oportunidad que nos daban para crear, era simplemente sensacional.




Al dia siguiente me levante temprano para hacerles el desayuno a mis hijos. No se que tipo de esfuerzos podía hacer, pero estar todo el dia en la cama me desesperaba. Tomé una bata y baje las escaleras, ya se escuchaba el agua. Indicación que ya se estaban bañando y preparando. A estas horas de la mañana se sentía muy fresco.



Hice unos huevos revueltos junto con pan tostado. Leche, jugo, café y un poco de fruta para aquel que quisiera. Mi marido no sabía si estaba, pero era algo que pronto tendría que dejar de importarme.




-Buenos dias, mamá.- el grito de mi hija me saco de mis pensamientos.



-Buenos dias, mi amor. Desayuna que ahorita te voy a llevar a la escuela.- le guiñe el ojo y como ya todo estaba en la mesa, se dispuso a devorarlo.




-Hola ma, buen dia.- Matt me abrazo por la cintura y me dio un beso en la mejilla.




-Buenos dias, cielo. Desayunen ya porque si no se les hará tarde.- yo no desayunaría con ellos, pues hambre mucha no tenía. Me dispuse a lavar lo que había ensuciado.



-Buenos dias.-aquella voz de mi marido, resonó por toda la cocina.



Yo no conteste y en cambio seguía lavando los trastes.


-¿Ustedes nos llevarán a la escuela?- mi hijo pregunto, como siempre con la boca llena de comida.



-No, la seguridad que contrate lo harán. Al igual que se quedarán ahí cuidándoles.



No vi las caras de mis hijos, pero tal vez estaban un poco desconcertados.



-¿Su madre ya desayuno?- pregunto mientras que yo daba un pequeño brinco.




No hablaba con el ni pensaba contestarle a lo que me dijera.



-No, creo que no tiene hambre.- Clara contesto y yo solo quise negar con la cabeza.




Sus manos tibias rodearon mi cintura y me beso en la mejilla. En esa posición se quedo mientras yo terminaba de lavar.




-Desayunáremos juntos, entonces.-susurro en mi oído y los vellos se me pusieron de punta.



-Tu tienes que irte a trabajar.- fue lo único que de mi boca pudo salir.




-No, si no quiero.- con eso zanjó el tema y me siguió abrazando.




-Bueno, nosotros ya nos vamos a la escuela.- mis hijos ya estaban de pie y con sus mochilas en las manos.




-Los dientes-dije segura de que no se los habían lavado.


Ambos me pusieron los ojos en blanco y subieron a lavárselos.



-Ahorita tenemos que hablar tu y yo.- me dio un beso en los labios y se sentó en el sofá del pequeño salón.



Su comportamiento cada ves me desconcertaba mas.




Bajaron corriendo, me dieron un beso en la mejilla y salieron de la casa. Mis niños tan lindos, como los quería yo.




Me gire a mirarlo y vi como se me quedaba viendo.



-¿Qué me ves?- pregunte cruzada de brazos y en la mitad de la entrada.



-Lo hermosa que eres.- este hombre cada ves me desconcertaba mas.




-Juro que no te entiendo.-dije mientras me dirigía de nuevo a la cocina. El me siguió y se recargo en el marco de la puerta.-Me dices que yo soy la indecisa, que no confió en ti. Que estas harto de que no te de un voto de confianza y la pregunta aquí es, ¿qué haces para que yo desconfíe de ti? ¿que me ocultas? Porque no eres el único harto y si mi matrimonio se esta yendo al carajo, es por los dos.




Estaba esperando una respuesta y el solo se pasaba las manos por el cabello.  



Pff cuanto tarde para que la inspiración fluyera. Gracias por la paciencia, el estar aqui y jamas dejarme. Unos cinco capitulos mas y termina la novela. No se si tendrá final feliz, mientras tanto disfruten.


Besos y nos leemos pronto. No prometo estas semanas pues me voy de viaje, pero haré lo posible por subir. Las quiero.


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Matrimonio a cambio de Engaños II (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora