Capítulo 37.

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  Simplemente no podía creer que esto ahorita me estuviera pasando a mi. La rabia empezó a subir por toda mi cara y al respecto no sabía el como sentirme en esta situación.

Delante mío estaba mi hija Clara y Christian. Sonrientes como si nada pasará y como si todo estuviera bien entre nosotros.

-Mamá, te extrañamos mucho y decidimos darte una sorpresa, ¿te gusto?- preguntó mientras me abrazaba y yo seguía parpadeando y sin reaccionar.


-Si, si, cielo. Claro que me gusto.-sonreí a medias y después lo miré a él. Tenía unas notables ojeras abajo de sus ojos y la mirada cansada.


-Hola.-saludo para después darme un beso en la mejilla. Claro, no sin antes revisar lo que llevaba puesto.

Cerré los puños asi evitando darle un golpe que se mereciera. Apreté la mandíbula y trate de respirar profundo.


-Rosa, lleva a mi hija a su habitación y pide ayuda para que suban las cosas.- ella asintió y segundos después otras tres personas aparecieron en mi campo de visión.


Antes de que mi hija pudiera subir, aparecieron Matt y Damián a mi vista. De inmediato sentí los brazos de mi marido alrededor de mi cintura. Esto se iba a poner algo tenso.

-Ma, ¿en las tardes puedo ir a la casa de Dam? Me quiere enseñar a jugar tenis.- mi hijo ni siquiera se molesto en saludar a su padre, pero si noté cara de confusión en ambos.


Ambos podíamos jugar este juego.

-Claro que si, solo ponte de acuerdo bien con el.- chocaron sus manos y después un silencio reino en la casa.-Te presento a Christian, el padre de mis hijos.-sonreí algo incómoda en la situación.


-Un gusto, supongo ya escuchaste como me llamo.- estrecharon sus manos y cuando sentí que ya había retirado aus manos de mi cintura. Tomé a mi hija de los hombros.


-Ella es Clara, el otro pedacito de mi corazón.-le besé su mejilla y ambos hombres mayores se me quedaron mirando maravillados.


-Un gusto, pequeña.- ella solo le sonrió y no dijo nada más.-Bueno, pues ya me retiro. Tengo que hacer un par de cosas antes de irme por mis hijos.- se despidió de cada integrante de la familia y se dirigió a la puerta.


-Te acompaño.-fui tras el y abrí la puerta de entrada.-Una disculpa por el momento incomodo, no creí que fueran a venir.- me recargué en la puerta y lo miré.


-No te preocupes, son cosas que pasan. Gracias por el desayuno y te espero en mi casa para cenar.- se acercó a mi mejilla y depósito un lindo beso en ella.


-Gracias a ti por aceptar quedarte. Nos vemos mas tarde.- mi sonrisa era tímida, pero a la ves me agradaba mucho su presencia.


Un último saludo de mano y cerré la puerta, sonriendo y negando con la cabeza ante tal situación. Cuando giré, vi a los tres mirándome.-¿Qué?- me encaminé para estar mas cerca de ellos.


-Nada, nada. Me agrada mucho él.-mi hijo fue el primero en decirlo y yo no supe que decir ante eso.


-Pues a mi no, se me hace muy creído y que no tiene las mejores intenciones.- las palabras de mi hija me llamaron mucho la atención, no imagine que algo asi podría decirme ella.


-Bueno ya, no estamos aquí para discutir a quien le cae bien o no. Suban a su habitación y ayuda a tu hermana a acomodar sus cosas. Comeremos fuera.- ambos niños me obedecieron y subieron las escaleras.


Matrimonio a cambio de Engaños II (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora