Capítulo 4 En busca del dinero

106 12 2
                                    




Después de despedirme del dueño de la caravana emprendí el reconocimiento de la ciudad.

Antes de establecer algún posible negocio fui alrededor de la ciudad, buscando los lugares donde se vendían los bienes más caros, allí encontré el objeto que buscaba.

El "Papel" era claramente un producto de lujo. A lo cual una sonrisa tomo mi rostro, yo actualmente poseía este material y en abundantes cantidades, pero antes de establecer cualquier negocio debía hacer algo previamente, y eso era saber el precio del mercado.

Actualmente apenas había papiros de cortezas con precios alrededor de 50 monedas de plata.

Tras revisar distintas tiendas ese era el precio estándar por los comerciantes.

No se actualmente el valor del dinero en este mundo, pero claramente la plata es la moneda más usada.

Existen monedas de cobre pero solo las personas con ropas demasiadas desgastadas las usaban.

En conclusión la moneda común para la clase baja es el cobre, la plata es para los de clase media y por último y aunque rara vez se ve, el oro estaba siendo gastado por personas de extravagante apariencia.

– Así que el oro es de la clase de los ricos mmm...

Lo mejor que podía hacer era vender mis pertenencias al precio del oro, pues estos bienes son el resultado de más de 2000 años de prueba y error del conocimiento en mi mundo.

Por lo que empecé con mi primera venta en otro mundo, ya sabía el precio por antelación, pero esta era la tienda más grande del distrito comercial, así que podría sacar el mayor provecho posible.

– ¿cuánto cuesta una hoja de papel?

– ¿de qué tamaño?

– más o menos de este tamaño.

Con mis manos mostré una estatura promedio de las hojas que aún tenía en mi mochila.

– Bueno creo que ese tamaño te saldrían alrededor de 50 monedas de plata

– ¿Es demasiado caro no es así?

– En realidad es el más barato, fabrican poco y es difícil mantener la calidad.

Aunque las hojas que me había ofrecido claramente eran de muy baja calidad y poseían bordes completamente desiguales el precio era ridículamente alto.

Bien ya no tengo más arrepentimientos, vendamos al más alto precio posible.

Y así empezó la negociación más difícil en la vida de aquel comerciante.

– Sabes comerciantes traigo un producto de la más alta calidad, ¿te interesa?

– Muchacho no sé lo que traigas, pero tengo a los mejores distribuidores, no me interesa lo que quieras venderme.

Yuki pensó en ir a otra tienda, pero era demasiado problemático, y aunque el comerciante lo había rechazado igualmente saco las hojas de su mochila sin importarle aquel comentario.

Poseían una textura totalmente blanca y tamaño uniforme.

En este mundo sacar productos exactamente iguales era imposible, pues aquí no había tecnología,

El comerciante puso una mirada atónita en ese momento, había trabajado con distintos bienes en toda su vida, pero era la primera vez que veía un artículo de tan alta calidad, al inicio despreciaba a Yuki por su rara apariencia, su ropa era extraña además estaba muy sucia, no pensó que alguien así tuviera esa clase de objetos.

– ¿Cuanto?

Aunque la voz tratase de sonar desinteresada, los ojos le temblaban al comerciante.

Una persona normal tal vez sería engañada por el comerciante, pero Yuki poseía la habilidad de ver a través de las personas, había estudiado antes sobre la psicología humana, pues muchas veces había sido engañado, por lo que aprender de los mentirosos era una necesidad en su mundo.

y así Yuki le dijo.

– Te daré 40 hojas por 30 monedas de oro

El precio que pedía Yuki era extremadamente alto, pero aun así era un objeto muy raro para el comerciante, por lo cual no dejaría escapar aquella oportunidad tan fácilmente, pero debía reducir el costo al precio más bajo posible pues era parte de su trabajo, comprar barato y vender caro, es lo que un comerciante debe hacer para llamarse verdaderamente un comerciante.

– Aunque preguntaste por papel antes, sabes que el precio es 50 monedas de plata por hoja, si me ofreces a ese precio no podre obtener ganancias.

– sabes que este producto es único ¿no es así?, el precio que te ofrezco en este momento es el más barato del mercado.

– Aun así es más de 50 monedas de plata por hoja.

– Bueno tal vez sea cierto, pero este producto no será visto más durante mucho tiempo.

Todo lo que Yuki decía era cierto, ya que no habría más de ese producto, pues aunque los héroes supieran el método de elaboración, no tendrían tiempo para desperdiciarlo en banalidades ya que estarían dedicados en su entrenamiento y Yuki no pretendía saturar el mercado con un objeto que solo usaba ocasionalmente la nobleza.

Con una mirada realmente fría Yuki agarro las hojas de papel y las introdujo devuelta en su mochila.

– Bueno creo que mejor debería ofrecerlos a otro comerciante.

– ¡Espera...!

El comerciante detuvo a Yuki antes de que se diera la vuelta para salir del establecimiento.

– 28 monedas de oro, es todo lo que puedo pagar.

En ese momento una sonrisa maliciosa se mostró en el rostro de Yuki, el comerciante no lo vio por su puesto.

– 28 y 2 juegos de ropa de tus ayudantes y también quiero información acerca de cómo comprar esclavos.

– A pesar de que eres un niño eres realmente codicioso.

Con una leve sonrisa, Yuki simplemente contesto.

– Si no lo fuera yo ya sería un esclavo.

Esa era la primera vez que aquel comerciante tuvo una transacción tan difícil en su vida, nunca antes había cedido tan fácilmente ante las peticiones de otros por lo que al terminar.

Entre sonrisas maliciosas, los dos al final llegaron a un acuerdo.

Al finalizar los términos Yuki recordaba su recorrido por el distrito, ya había sacado en su mente el valor del dinero en ese nuevo mundo, preguntando el costo por una noche en una posada de buena calidad.

La comida y el alojamiento le dieron el estándar necesario pues 12 monedas de cobre alcanzaban para una comida de clase baja y 1 moneda de plata le costaría el alojamiento por un día, a lo cual llego a la conclusión que 50 monedas de plata eran el salario mensual de una persona, Yuki actualmente había obtenido una extraordinaria suma de dinero pero eso no le alegro ni lo sorprendió en lo más mínimo, pues era algo que ya había predicho que pasaría.

Yuki había recolectado el oro que inicialmente se había propuesto y ahora era tiempo de comprar un esclavo.


El coleccionista de otro mundoWhere stories live. Discover now