Capítulo 15 Inico de la aventura

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En una silla de madera se encontraba un niño de cabello dorado y ojos negros, él estaba revisando algunos libros que había tomado de los estantes de la gran biblioteca en el reino, unos ojos vacíos y una expresión taciturna se apoderaban de su pequeño rostro, nadie pensaría que este niño era el dueño de la tienda que había llamado la atención de muchos nobles, el nombre de este niño era Sasahara Yuki, él había gastado demasiado tiempo en cosas inútiles según su percepción, ayudar a los demás no era parte de su filosofía a menos que le trajera beneficios, el había sido traído a este mundo por casualidad y sin ningún talento o trampa logro abrirse un pequeño camino en ese mundo, en esos momentos Yuki había hecho muchas cosas, tales como llegar a una ciudad, conseguir ropa, dinero y finalmente camuflarse como un ciudadano común.

Ya que su cabello se distinguía del resto, uso una peluca todo el tiempo desde su llegada, ni sus esclavos sabían que Yuki tenía el pelo de color negro, el no confiaba en nadie por el momento, solo pensaba como avanzar su camino sin estorbos, por tal razón empezó a comprar personal, el primero fue un hombre de mediana edad mal herido, Yuki sabia como curarlo con simples tratamientos y decidió comprarlo, además descarto la posibilidad de comprar compañeros inútiles, y aunque fue su primer esclavo solo lo necesitada para ser una pantalla, tener un guardaespaldas fuerte y masculino rebajaría las miradas de posible acosos, así pensó Yuki, realmente era un tipo simple pero servicial, cumplió todas las ordenes que se le había dado sin protestar a lo cual fue ganando puntos favorables en la opinión de Yuki, después vino la adquisición de otras 2 esclavas, a Yuki no le interesaban que fueran niñas, mientras fueran útiles que más importaba, para encadenar más la libertad de la que le parecía más útil decidió concederle su deseo, curar a su hermana enferma.

Gratitud había sido enmarcada en ambas, Yuki les dijo abiertamente que ambas solo eran herramientas para él, ya que si en un futuro descubrían que era usadas por él podrían levantarse en su contra, si no hay engaños no hay resentimientos esos eran comportamientos normales en los humanos, desde un inicio sabían que le pertenecían y debían hacer lo que él quisiera, Yuki les compro ropa nueva, les dio camas separadas y las alimentaba adecuadamente, no eran tratadas como esclavas en lo más mínimo, tampoco las hacia trabajar por mucho tiempo, ambas cambiaban de turno en horas pares para su descanso, también estaban exentas de preparar las comidas ya que siempre compraban comida preparada de las posadas cercanas a su tienda, una vida feliz podía ser descrita por ambas y sin darse cuenta que se estaban volviendo dependientes de Yuki, a lo cual el simplemente veía esto de manera positiva y negativa al mismo tiempo.

Los días pasaban sin más mientras Yuki adquiría más dinero y conocimiento, todo parecía trabajar según sus planes sin embargo siempre habrá ratas en cualquier parte del mundo, estos eran los nobles que habían estado investigando a Yuki, sabían que el dueño de la tienda ganaba exorbitantes sumas de dinero, no había en ningún otro reino que vendiera cristal o ese material según sus fuentes, al inicio pensaron en secuestrar a todos los miembros del local, pero desistieron de aquello, después de descubrir que el hombre más adulto era un simple esclavo, podía ser que también el niño que actuaba como gerente era otro, un movimiento en falso y su pequeña mina de oro podría esfumarse es lo que pensaban, por esas razones investigaron más a fondo sobre el origen de cada integrante de esa tienda.

Pasaron alrededor de casi 5 meses para concluir que el único dueño era aquel mocoso, por lo cual aunque fuera una trampa dejaron que acumulara mayor cantidad de bienes y dinero para sí mismo un plan se había formado entre la unión de dos nobles codiciosos y los miembros que los apoyaban.

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Después de terminar el tratamiento la recuperación final tardaría por lo menos 2 semanas en la nueva esclava, mientras ella era atendida por su hermana gemela el mayor tiempo posible.

El coleccionista de otro mundoWhere stories live. Discover now