Jungkook
— ¡Me has engañado! — Me dijo, bueno, más bien me gritó.
— Venga Yoongi ¿qué te cuesta? — Suspiré empujándolo hacia la puerta.
— Mucho, y lo sabes — Se quejó y se dio la vuelta. Se apartó de mí y se sentó en el sofá.
— No te he mentido, no hay café, hay que comprar.
— Ya pero no has mencionado la parte en la que yo iba contigo — Gruñó.
Suspiré, llevo tres meses sin salir a la calle y Yoongi incluso más, el único viento que nos ha dado ha sido el del jardín.
— Yoongi por favor... Necesito viento en la cara, salir, oír el ruido de la naturaleza.
— ¿Qué naturaleza? Si sólo hay coches — Alzó una ceja.
— Por favor Yoongi...— Supliqué pero él se cruzó de brazos y miró a otro lado — Bien, como quieras, quédate aquí — Suspiré decepcionado.
Cogí las llaves y salí dando un portazo. Di unos cuantos pasos para ver si se arrepentía y venía conmigo pero no fue así. Ahora claramente no iría al supermercado, que se jodiera. Anduve hasta el Starbucks más cercano y una vez allí pedí un café y una galleta.
"¿Dónde estás?"
"Lo siento mucho, dime dónde estás".
"Jungkook, no me ignores, me sale el tick azul".
Sonreí y respondí a los mensajes:
"Estoy en el Starbucks, el de la esquina".
"Ahora voy para allá" Recibí como respuesta.
Extrañado guardé el móvil. ¿De verdad iba a venir hasta aquí?
Cuando me llamaron para recoger mi pedido fui y cogí el vaso.
—Gracias — Sonreí a la chica morena que estaba detrás de la barra.
—Un placer servir a chicos con tan hermosa sonrisa — Me guiñó un ojo, la chica miró si había alguien a quien atender y al no haberlo se quedó conmigo — Y dime nene, ¿hay alguien contigo?
— No, pero ya llegará.
— ¿Tu novia? — Alzó una ceja sonriente.
— No, es sólo un amigo, no tengo novia.—Realmente esta chica no me interesaba pero el hecho de que yo siempre era agradable con todo el mundo y de que me aburriría hasta que Yoongi apareciese, hizo que me quedara.
— Oh, eso es genial—Sonrió coqueta.
El sonido de unas campanitas anunció que un cliente había entrado. Miré a la susodicha persona y sonreí al ver que era Yoongi con un gorro y gafas de sol. ¿Qué cómo le había reconocido? La camisa, más fea no podía ser. Yoongi al verme sonrió leve.
— Perdón tengo que atender — Yo asentí y fui con Yoongi a la par de la chica de la cual desconocía el nombre.
— Perdóname conejito (él había comenzado a llamarme así de vez en cuando) me he comportado como un imbécil — Me abrazó y correspondí ante aquel gesto tan tierno.
— No pasa nada — Sonreí — me alegra que hayas venido, es bueno para la terapia y me gusta estar contigo —Me puse nervioso al notar lo que había dicho — Claro, es mejor que estar solo — tartamudeé leve.
— Seguro — Sonrió.
— Así que este es tu amigo — Dijo la camarera.
—Sí — Sonreí — ¿Qué vas a tomar? — Miré a Yoongi.
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drunk; yk
Randomsu familia, sus amigos y sus fans se preocupan por aquél chico que antes solo sonreía y que ahora ni sale de su casa. su madre harta de esta situación decide mandarle un psicólogo pero no cualquier psicólogo, uno que de verdad lo cure y lo haga caer...