5

3.3K 531 225
                                    

Yoongi

— No sé ni por qué habré aceptado — Dije frío y cortante. Estaba en el sofá jugando nervioso con mis manos. ¿Por qué accedí a esto? ¿Cómo soy tan tonto de hacerle caso? En cualquier momento Taehyung llamaría al timbre y entraría, en mi casa, tendría que abrazarle y hablar...

— Yoongi, tranquilo, es uno de tus mejores amigos, le conoces desde años — Revolvió mi cabello.

— Lo sé.

— Es una visita normal, no quiero nada de gritos ni de histeria, y procura hablar.

Asentí. Parecía mi madre. Jungkook se sentó a mi lado y cogió mi mano. Miré nuestras manos y sonreí levemente sin que me viera: mis manos eran enanas comparadas con las suyas; entrelacé los dedos e intenté tranquilizarme, pero de repente el timbre sonó.

— Voy yo — dijo él y yo subí corriendo para huir a la planta de arriba — ¡Yoongi no! ¡Ven aquí!

No lo escuché y me quedé detrás de la pared sin que me pudieran ver ninguno de los dos. La puerta se abrió y oí la voz de Taehyung saludar a Jungkook. Se presentaron y estuvieron hablando.

— ¿Y Yoongi? — Oí decir a mi amigo. Me tensé.

— Está arriba, estaba peinandose... — se inventó.

— Oh, por fin está controlando esa horrible bola de cabello que tenía — Rieron los dos.

¿Ahora qué? ¿Bajaba? ¿Por qué mierda había yo aceptado esto? Suspiré hondamente y bajé lentamente.

— Hola — Susurré.

— Yoongi — Sonrió Taehyung y abrió los brazos y me rodeó con ellos — ¿qué tal te encuentras amigo?

— Bien... — Dije sin moverme ni un poco.

— Veo que te has quitado ese horrible nido que tenías por pelo — Sonrió al separarse.

— Sí.

— Venga siéntate — Le hice caso y miré a Jungkook quien me sonreía — Cuéntame, ¿cómo vas?

— Bien.

— Ya veo... — Hizo una mueca al ver que no hablaba — ¿Y cómo avanza?

Miré a Jungkook para ver que decía de mí.

— Bien— Sonrió — Se pone nervioso a veces pero es agradable estar con él.

Lo miré y él me miró sonriendo. Le gustaba estar conmigo... Sonreí sin darme cuenta.

— Vaya, vaya, que dos, no sabía yo esto.

Miré a Taehyung quien tenía una sonrisa pícara.

— No, no somos nada — Fruncí el ceño.

— Lo que tú digas hermano — Se rió.

— No somos nada — Le volví a repetir.

— Que sí... Te creo —Siguió sonriendo.

— ¿Eres imbécil o qué? Te lo estoy diciendo muy claro, no somos nada — Me levanté y me fui a mi habitación.

Me tiré a la cama. Sabía que no era buena idea, no tenía que haber venido. Jodido imbécil. Nada más llegaba a mí casa y me dejaba en ridículo delante de Jungkook.

—Lo siento — Oí decir a Jungkook.

— No, la culpa es mía, ¿qué le ha pasado?

— No lo sé totalmente, pero en lo poco que llevo... Su estado de ánimo cambia con facilidad y... Le dan muchos ataques de pánico.

drunk; ykDonde viven las historias. Descúbrelo ahora