boys.

(11)

El resto del día, Jack y Tyler parecieron haber desaparecido. El estómago me daba vueltas, pero traté de ignorarlo.

Encontré a Cara al final del pasillo.
Solté un suspiro. Mis dos mejores amigos parecían estar molestos conmigo, una de ellos sin ninguna razón aparente.

No tener a nadie de mi lado era estar claramente en desventaja.

— Cara. — dije, tocando su hombro antes de poder darme cuenta de que su amigo raro estaba con ella. Se volvió hacia mí.

— ¿Sí?
— ¿Podemos hablar? — Dije, lanzando una mirada fugaz hacia su amigo, que no pareció querer mirarme. — A solas.

Cara me miró a los ojos, con la cabeza en alto.

— Cualquier cosa qué quieras decirme, puedes decirla frente a Frank.

Rodé los ojos. Estaba usando la técnica Thomas. La que yo suelo usar con Tyler.

Aparté la mirada. Comenzaba a perder la paciencia, y Cara lo sabía. Sonrió triunfante, pero terminó acompañándome a otro lugar después de mi insistencia.

— ¿Así que vas a decirme porqué estás molesta? — pregunté, haciendo crujir mis nudillos.
— Porque corriste esa estúpida carrera. Thomas, no quiero que lo hagas nunca más. No me importa que digas que vas a estar bien. Yo sólo... — sus labios comenzaron a temblar. — Yo sólo no quiero que mueras.

Cuándo comenzó a llorar, lo único que pude hacer fue abrazarla. Estaba demasiado claro que yo nunca merecería a una amiga como Cara.

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Cambiaba los canales de la televisión mientras me ponía de cabeza sobre el sofá, cuándo Tyler tocó la puerta.

— Está abierto. — grité, y Tyler entró con las manos vacías, sentándose a mi lado.
— Hola.
— Hola. — respondí.

Tyler me dirigió la mirada.

— ¿Así que vamos a hablar sobre lo qué pasó?
— No. — respondí de vuelta, casi instantáneamente. — Dejémoslo así. No lo arruinemos tan rápido.

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Cuándo Cara y Frank aparecieron inesperadamente en la sala, se me revolvió el estómago de nuevo. ¿Qué mierda?

— ¿Qué pasa? — pregunté, quitando el cigarro de mi boca. Frank hizo una mueca. Idiota.
— Tyler me dijo que Mikey canceló la carrera, Thomas.

Continué caminando, buscando las llaves de mi auto.

— Ah, ¿Y no te dijo porqué?
— Creo que estás a punto de saberlo, Thomas. — dijo, dejándome completamente confundido. — Jack está esperándote abajo.

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Cuándo abrí la puerta, Jack estaba caminando en círculos, fumando un cigarro.

— Hola. — dije, haciendo que se detuviera en seco. — No sabía que fumabas.
— La verdad, lo detesto. No sé cómo te gusta esta mierda.

Sonrió levemente, pero yo me mantuve inmóvil.

— ¿Porqué estás aquí? — solté de repente, y el pareció tragar saliva.
— Tenías razón. Me comporté como un idiota. — dijo, bajando la mirada.

¿Lo había llamado idiota? Sí, lo había hecho. Le dirigí la mirada. No me gustaba como sea veía. Frágil.
No quería lastimarlo.

— Lo siento. — dije, balanceándome sobre mis talones.
— No. — arrojó el cigarro y lo pisó con la suela de su zapato. — Dije muchas idioteces porque en serio estaba molesto.

Pareció guardar silencio por un momento, hasta que soltó un suspiro.

— Hablé con Kourtney. — dijo. — Las cosas se solucionaron... creo que volveremos a salir. Supongo que en realidad si la quiero. — continuó. — Gracias, Thomas. Todo es gracias a ti.