— A veces aún lo veo cuando cierro los ojos. — Tyler resopló, recostándose sobre mi regazo. — Charleston. Como si todavía no pudiera creer que nos hubiéramos ido.
Parpadeé, como si el tiempo se hubiera detenido repentinamente. Podía escuchar los latidos de mi corazón resonar en mis oídos.
— ¿Lo extrañas alguna vez? — solté finalmente, ahogando un suspiro. El frío parecía poder colarse a través de las ventanas, dándome escalofríos.
Sonrió.
— No lo sé. Quizás sí, quizás no. — alzó los hombros ligeramente, para después mirarme directo a los ojos. — No me arrepiento ni un minuto de haberme ido de ahí, si es lo que estás preguntándote. Lo supe desde el momento en el que llegaste al vecindario. Tú nunca ibas a pertenecer a ese lugar de mierda. Tú buscabas algo más grande que ese estúpido pueblo. Lo supe desde el momento en el que te escuché hablar. Y después de que los años pasaron, no estaba sorprendido cuando me dijiste que ibas a irte. Sabía que te seguiría a dónde quiera que fueras.
Sonreí ampliamente, secando con mi pulgar las últimas lágrimas de su rostro.
— ¿Ahora vas a besarme? — Rio, haciéndome soltar una carcajada.
El sonido del timbre invadió la sala, haciéndome dar un salto.
— ¡Ya voy! — Tyler gritó desde la sala, incorporándose lentamente. — ¿Quieres que vaya?
— No, quédate aquí. — bufé, poniéndome de pie — Iré yo.Bajé las escaleras tranquilamente, escuchando el sonido del timbre por segunda vez.
— ¡Ya voy, mierda! — abrí la puerta rápidamente, casi golpeándola con la pared.
Jack estaba recargándose sobre el marco de la puerta, fumando uno de los cigarros que me había arrebatado la vez pasada.
— Oh, hola. — dijo, arrojando el cigarro y dándose la vuelta después de lo que pareció una eternidad.
— Hola.
— Hola. — repitió, riendo nerviosamente. — Yo... necesitamos hablar.Bajó la mirada, haciendóme ver sus notables ojeras. Miré su rostro detenidamente, parpadeando. Su piel lucía completamente pálida.
— Jack, ¿Estás bien?
— Sí, maldita sea, ¿Puedo pasar?Tragué saliva, recordando la escena en la que Tyler lloraba desconsoladamente.
— Jack, no creo que ahora sea un buen momento.
— ¿Porqué no?
— Simplemente no es un buen momento. — solté. — Yo... ¿Te llamo después, de acuerdo?Metió ambas manos dentro de sus bolsillos. La expresión en su rostro podría ser la perfecta definición de incredulidad.
— ¿Porqué? — preguntó, tratando en vano de esquivarme. — ¿Quién está adentro, Thomas?
— Nadie. — bufé, evitando su mirada a toda costa. — Puedo explicártelo, lo prometo. Sólo que no ahora.Restregó su rostro con la palma de su mano.
— Honestamente, ya no sé que creer, Thomas. ¿Todavía no confías en mí, después de tanto tiempo? ¿Es en serio, Thomas? — soltó un suspiro, pasándose lentamente una mano por el cabello. — Ya ni siquiera sé si esto realmente vale la pena.
Apreté la mandíbula, cerrando ambos de mis puños.
No me importaba. No me importaba Jack. Nada de lo que dijera me importaba en lo más mínimo.Pero en serio, ¿Era realmente necesario decir eso?
— No te necesito. — mentí, sorprendiéndome a mí mismo al no titubear. — Si te parece una pérdida de tiempo, entonces puedes irte a la mierda.
Jack levantó la mirada, haciendo que me encontrara directamente con sus ojos marrones.
Palideció, inclinándose ligeramente hacia adelante. Podría haber jurado que iba a besarme, pero no lo hizo.
— Adiós, Tommy. — revolvió mi cabello por última vez antes de darse la vuelta y comenzar a caminar hasta perderse de mi vista.
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Entonces, era el día. Mañana sería lunes, y al otro día sería martes, como si los días aún pasaran desapercibidos, y todo siguiera siendo completamente normal. Pero no lo era.
No estaba ni cerca de ser normal, y un escalofrío me recorría cuando pensaba que nada volvería a gla normalidad nunca.
— Mañana será, entonces. — Tyler suspiró suavemente, mirándome de reojo. — ¿Cuánto tardarán en responder después de que les enviemos la carta? ¿Dos días? Tal vez tres.
— Podrían responder inmediatamente y no serviría de nada si no nos admitieran.Tyler resopló, dejando caer sus manos sobre sus rodillas.
— Eso no me ayuda mucho, Thomas. — dio un trago a la lata de soda sobre la mesa. — ¿Puedo preguntarte algo?— Ya lo estás haciendo.
— ¿Puedo hacerte más preguntas además de esta? — sonreí, asintiendo con la cabeza.Tyler tragó saliva ruidosamente, suspirando de nuevo.
— ¿Tú lo amas, Thomas? A Jack.
Mierda.
« ¿Así que lo escuchaste todo? »
Dije, dentro de mi cabeza, estando a punto de preguntárselo, pero era obvio que resultaba estúpido.— No. — tragué saliva. — ¿Porqué mierda preguntas esto, Tyler? Que se joda Jack.
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Me dejé caer sobre la cama, cerrando los ojos casi instantáneamente, aunque estaba perfectamente consciente de que no podría dormir si aún era de día.
Escuché el teléfono, sonando desde la sala. Cubrí mis oídos con ambas manos hasta que pareció detenerse, pero fue inútil, porque volvió a sonar instantáneamente después.
— Tyler, el teléfono está sonando. — dije sin tener respuesta alguna. — ¡Tyler!
Maldije entre dientes, poniéndome de pie.
— Que sea rápido. — dije, tomando el teléfono rápidamente.
— Thomas, escuché tus mensajes. — escuchar la voz de Cara al otro lado hizo que sonriera involuntariamente.
— Aún no puedo creer que llamaras.Reí, negando con la cabeza.
Cara guardó silencio.— Si aún quieres hablar, te esperaré mañana. Y Thomas, si no tienes nada bueno que decir, no me hagas perder el tiempo.
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¡Holaaaaa!
1. Perdón si el capítulo tiene errores, tuve que hacerlo en otra aplicación y al parecer Wattpad no maneja el mismo tipo de formato.
2. Perdón por la tardanza, ya sé que siempre tardo miles de años, pero es que esta semana tuve unas estúpidas competencias en la escuela, así que sí.
Lo siento muchísimo.Gracias por existir.
xo
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boys.
Teen Fiction« Cupido es un hijo de puta, haciendo que te enamores de personas a las que no puedes tener. »