boys.

(18)

— ¿Necesitas ayuda con eso, amigo? — dijo él, mientras se recargaba sobre el costado de mi auto. Había olvidado su nombre.

Después de mirarlo varias veces, y darle vueltas en mi cabeza, el nuevo novio de Cara parecía un buen tipo.

— No, creo que puedo. — dije, levantando ambas cajas, alejándome lentamente de él.

El auto de Tyler estaba estacionado junto a la pista, pero no veía a Tyler o a Cara por ningún lado.

— ¿Thomas, estás bien? — el novio caminó hasta mi dirección. Lo observé de pies y cabeza.

Era alto, casi tanto como yo. Tenía el cabello rubio, y tenía perforadas ambas orejas. Si lo veías de cerca, podías notar que era simplemente... ridículo.

Asentí con la cabeza.

— Estoy bien. — respondí, en automático.
— Ah, de acuerdo. — sonrió, alejándose demasiado despacio. Rozó el dorso de mi mano con la suya, haciendo que me ruborizara casi instantáneamente.

Me giré, buscándolo. Pero ya estaba dentro de su auto. Lo fulminé con la mirada, pero ni siquiera lo notó. Podría jurar que sonreía.

Parpadeé un par de veces.
Esto no acaba de pasar.

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— ¡Mierda, es cierto! — grité, girando rápidamente el volante. — ¿Porqué no me crees? ¡Mierda!
— Thomas, probablemente es tu mente haciéndote una mala jugada. — respondió Tyler, y tenía que admitir que lo que decía tenía algo de sentido.

Callé por unos minutos, pero en ese momento me parecía prácticamente imposible.

— ¡Cara terminará con el corazón roto por culpa de ese idiota! — exclamé, haciendo que él rodara los ojos. Insistir sería inútil, Tyler no me creería.

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El novio de Cara estacionó su camioneta sin decir una palabra.
Aunque estuviera en el asiento trasero, el simple hecho de estar a menos de cinco metros de él me molestaba.

Abrí la puerta, y bajé rápidamente, mientras Cara y él simplemente se miraban como unos completos estúpidos.

El amor es una mierda.

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— ¿Thomas? ¿Me dejarías hondear la bandera? — escuché, pero hice caso omiso, mirando algún punto en el cielo mientras el público alrededor parecía hacer más ruido. — ¡Tierra a Thomas! ¡Thomas!

Sentí el suelo sobre mis pies y asentí rápidamente, haciendo que Cara sonriera. Cuándo sentí la mirada de su estúpido novio encima mío, simplemente me alejé de ahí.

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Cuando ganó la carrera, insistí en que no lo hiciera, pero Tyler era un hombre de palabra.

Miré a mi alrededor, y no sabía si en el departamento habían más personas o más botellas de vodka barato a mi alrededor.

Tyler parecía estar realmente borracho, por lo que decidí mantenerme sobrio para que evitar que cometiera alguna estupidez.

No había rastro de Cara y el idiota de su novio por ningún lado, y en el fondo, eso me daba escalofríos.

El ruido de una puerta azotándose en el pasillo hizo que casi saltara del susto. Mi cabeza comenzaba a doler, y estaba deseando quedarme dormido.

Kourtney salió furiosa desde el fondo del pasillo, acomodándose los tirantes de su blusa sin mangas con una mano y sosteniendo sus enormes zapatos de tacón con la otra.

Me fulminó con la mirada antes de cerrar la puerta de entrada y desaparecer por completo.

Jack apareció repentinamente a mi lado, tenía el cabello despeinado y la camiseta mal puesta.

Me dieron náuseas de sólo pensar en que fue lo que había pasado, pero el se limitó a soltar un suspiro antes de dirigirme la mirada.

— De acuerdo. — dijo, dejándose caer el el sofá junto a mí. Debió adivinar la expresión en mi rostro, respondiendo incluso antes de incluso hacerle la pregunta. — Se acabó. Kourtney y yo terminamos.

Tragué saliva. Me había tomado completamente por sorpresa.

— ¿Porqué? — pregunté, haciendo que bufara.
— ¿Cómo que porqué? Tú perfectamente sabes la respuesta.

Me giré, dándole parcialmente la espalda. Soltó un suspiro, comenzaba a perder la paciencia, pero no me importaba.

— Mierda, Thomas. — dijo. — ¿Sabes que estoy enamorado de ti, verdad?