CAPITULO V
A estas alturas del año ya debería haberme acostumbrado a la inexplicable forma de ser de Sam, impredecible, algo alocado, sarcástico, con un humor negro pero en el fondo es preocupado y sabe llevar a las personas. Decirles los que quieren oír... Espera ¿eso era una ventaja o una desventaja?
Como era de esperarse el resto del primer semestre nos volvimos muy amigos, ya no había problema, escuchábamos música juntos, me quedaba en su casa y él en la mía estudiando. A mi madre le agradaba, yo no tanto a sus padres. Sobre todo a su padre que intentaba hacerme sentir fuera de lugar.
Las veces que me quedaba y por las mañana nos iba a dejar me llenaba de preguntas, sobre quienes eran mis padres, mi madre, que hacían, de dónde era. Siempre respondí con sinceridad pero admito que sabía también jugar con las palabras decirle la verdad sin decirle toda la verdad.
Por ejemplo sabía que mi mamá trabajaba en un restaurant pero no sabía exactamente en cual y de que. Vivir una vida llena intentando pasar inadvertido te transforma en un buen mentiroso de alguna forma.
Y es una ventaja ¿supongo? En eso al menos Sam y yo nos parecemos.
Solo que él miente mejor, y sabe mejor lo que la gente necesita o quiere oír.
Como fuese las notas de Sam subieron alcanzando un promedio 5.8 como calificación final, el mío era un 6.5 que pretendía mantener el segundo semestre intentando que Sam alcanzara el seis.
Un poco antes de salir de vacaciones a principios de Julio, aquel chico alto me había invitado a pasar el invierno con su familia en Valle Nevado, a unos kilómetros de Santiago.
Mi modestia obviamente me hizo decirle que no, no tenía la ropa, ni los zapatos, ni el dinero como para hacer un viaje hasta allí.
Pero Sam si...
Eso explica porque ahora yo estaba con la mitad de las botas que me quedaban grandes metidas entre la nieve, viendo como Sam se preparaba para esquiar. Deporte que intenté practicar pero resulté ser más malo de lo que ya esperaba ser.
Pero él disfrutaba cada momento arriba de eso palos, desde que se subía hasta cuando se caía ocasionalmente. Su padre también parecía pasarlo bien, como su madre y sus hermanos. Había conversado un poco con todos y siendo sinceros el único que me agradaba de aquella familia era Sam.
Y por eso estaba aquí.
-¡Eres muy malo! –le grité mientras me miraba con una risa antes de lanzarse otra vez, yo corrí, me entretenía correr solamente por la nieve, el notar como mis pies se perdían allí. No la conocía y ciertamente cuando la toqué por primera vez fue particularmente muy raro, pero agradable, como raspar una hielera. Algo que suelo hacer en verano
Jugamos con la nieve, la cual dolía a pesar de lo que yo creía y lo que dijo Sam '' es como que te golpeen con algodón'' justo antes de que me diese con una en la cara como para derribarme. Me alegraba estar con él, aun sabiendo que mi amor no era correspondido. Aceptaba eso, no intentaba cambiarlo pero poco a poco se volvía más notorio.
Tal vez por eso no le agradaba a su familia.
Se perdió de mi vista poco a poco mientras bajaba por esa colina de nieve a toda velocidad. Ladeé la cabeza y sonreí. Aunque poco me duró la sonrisa cuando vi su cuerpo volar por los aires y caer directo a la nieve de golpe.
-¡SAM! –grité antes de correr por él.
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SUPONGAMOS
Teen FictionBenjamín es un chico de una situación económica bastante ajustada y que ha vivido ocultando su homosexualidad para su familia. De pronto tras su madre al enterarse de que su hijo es victima de maltratos en su escuela, decide con la ayuda del padrino...