CAPITULO XII
Esa mañana me desperté en el cuarto de Pablo, viendo su perfecto culo redondo y las calugas más marcadas que yo haya visto en directo.
-¿Cómo te sientes?
-Bien... creo. –Admití estirando mi cuerpo, había un dolor en todo mi cuerpo, como si me hubiesen apaleado o algo, tenía algunos moretones debido a la succión en el pecho. -¿Qué hora es?
-Las diez de la mañana.
-¡Mierda! Tengo que ir al campamento, me van a matar.
-No hay prisa, te voy a dejar en el carro. Tengo que ir al hospital de paso.
-¿En que trabajas?
-Soy pediatra.
-¡Wooo! Perdí mi virginidad con un médico, eso me deja en la cima de popularidad de un solo golpe. –El muchacho soltó un par de carcajadas y comenzó a vestirse.
-Puedes usar el baño si quieres, sólo apresúrate.
Sabía bien, que no volvería a ver a ese chico nunca más, pero al menos se mostraba amable inclusive cuando el acto sexual ya fue terminado. Había escuchado hablar a las chicas de tíos que luego de follarselas, las mandabas a la mierda. Eso era una ventaja, eso y que tenía la sensación de que todavía tenía a dentro a aquel médico.
Me cuestioné a ratos dentro de la regadera si haber tenido sexo con él fue una buena idea. Claro ese sentimientos de arrepentimiento me seguía a todas partes pero algo dentro de mi estaba agradecido de lograr armarme de valor para arriesgarme un poco, podría haber fracasado. Pero valía la pena intentarlo.
Aunque fuese en contra de mis propios principios. Ahora entiendo porque la gente dice que nunca se termina de conocer a las personas. Hace algunos días, que digo, hace algunas horas habría estado en contra y jamás hubiese pensando siquiera en hacer eso. Y ese es el tema. No pensé, si lo hubiese hecho habría llegado a la conclusión de que no debía acostarme con él y si lo hubiese hecho, tenía que cuidarme.
¿Siempre iba ser así? Tendría sexo y luego me cabrearía por haberlo tenido a pesar de lo mucho que me gustó. O simplemente era porque estaba hablando de mi primera vez. Cosa que quedó clara por la sensación de estar con él dentro incluso cuando me dejó en el campamento.
Esa mañana no pensé en Sam en ningún momento, sólo platique con aquel médico durante todo el trayecto al campamento, me dejó allí se despidió con una sonrisa y simplemente se fue como si hubiese hecho una gran hazaña, yo estaba extrañamente contento, aun cuando todo estaban susurrante sobre mí.
Jamás me había importado tan poco que hablaran de mí.
Había conocido un médico que era abiertamente homosexual, de alguna forma era todo lo que quería conocer, tener una referencia de alguien que había llegado lejos simplemente siendo él.
Como era de esperarse nadie me habló, ni cuando fui a empacar mis cosas, ni cuando me subí al bus, ni en el trayecto. Simplemente nadie aunque yo era el tema de conversación.
Excepto cuando un chistoso me invitó a darle una chupada a su pene, momento dónde aunque no lo hizo muy obvio, Sam lo empujó para que dejase de fastidiarme, inclusive cuando me defendió no me miró y tampoco lo hizo en todo al viaje de regreso.
¿A estas alturas importaba aquellos ácidos comentarios que salieron de la boca de Sam? Al final yo sabía que era un buen mentiroso y sabía exactamente que decirle a la gente.
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SUPONGAMOS
Teen FictionBenjamín es un chico de una situación económica bastante ajustada y que ha vivido ocultando su homosexualidad para su familia. De pronto tras su madre al enterarse de que su hijo es victima de maltratos en su escuela, decide con la ayuda del padrino...