LA ÚLTIMA LLUVIA SOBRE MI CABEZA

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CAPITULO VII

Las clases llegaron con bastante rapidez, tan rápido, que no pude darme cuenta como ya había pasado un mes desde que entramos esa semana en agosto.

Las fiestas patrias estaban a la vuelta de la esquina, ese momento perfecto dónde mamá me conseguía trabajo en el restaurant que pasaba a ser una fonda más para gente de todo tipo.

Aunque siendo sincero más que el dinero era la protección que debía brindarle a mamá, los hombres alcoholizados suelen olvidarse de que son hombres y actúan como cerdos.

Y si eso incluye a mi padre que quien sabe dónde cresta pueda estar.

Mientras guardaba las cosas en mi mochila y Sam me esperaba mirando por la ventana del salón intentando disimular que era a mi quien esperaba.

Tenía que admitir que hace unas semanas, las cosas ya no se estaban tornando tan calmadas como acostumbraban, había cierta apatía en mostrarse amable conmigo como lo hacía antes. Bien supe era por los rumores que empezaron a circular por la escuela sobre nosotros dos.

Y claro, nadie se atrevería a decírselo en la cara a Sam, que probablemente le rompería la nariz a quien se atreviese a fastidiarle. Esa amistosa relación sin limitaciones fue siendo más y más cortante y por ende más limitada. No quise tocar el tema porque claramente parecería una novia celosa y molesta. No lo era, no éramos nada antes de aquel beso y seguimos siendo nada.

O eso se suponía.

-¿Qué opinas de la Cata? –Preguntó moviendo la cortina para mirar hacia el patio, tenía su bolso cruzado por el pecho y solo la camisa puesta, el chaleco estaba afirmado en aquel bolso.

-¿Qué Cata?

-La Cata, nuestra compañera. Me han dicho que está interesada en mí. No me parece una chica fea

-Es una puta. –respondí desde mi molestia, sonrió de forma sarcástica.

-Me costará menos llevarla a la cama. Últimamente he pensado que me vendría bien volver a salir con chicas, ya sabes estoy mucho...

-¿Conmigo? –Me miró y asintió. -¿Es algo malo?

-No, sólo es para que la gente no me meta en esos rumores de mierda sobre que tú y yo, ya sabes.

-En realidad no. –agregué.

-Somos novios. Que follamos

-Estamos en una escuela homofóbica, dónde todos me odian en mi cara y los que no, lo hacen por detrás así que ¿importa lo que digan de nosotros?

-Sé que no parece importante para ti.

-No quise decir que no sea importante, pero en verdad crees que alguno de ellos sabe algo sobre nuestra amistad.

-No quiero que me traten como si fuera un maraco, no me gusta. Y no estás ayudando.

-¿Y ahora es mi culpa?

-Me confundes Ben, lo admito. Pero me gustan las chicas, no los hombres. La sola idea de estar contigo de esa manera me parece a lo menos repulsiva.

-¿Repulsiva?

-No lo digo para que te ofendas, intento simplemente no ser como tú.

-Estás siendo un auténtico imbécil ahora mismo, deberías preocuparte más por eso. –Cerré mi mochila. –Que por si alguno de ellos decide etiquetarme una vez más. –Y crucé la misma por mi espalda y me retiré. Me alcanzó afuera y me zafé, todos estaban viendo aquella escena que parecía una discusión de pareja.

Me miró, estaba molesto y yo también lo estaba. No dijo nada porque eramos el blanco de todos, nos miramos y se fue.

Esa tarde aunque mi molestia era enorme, poco a poco me fui poniendo en su lugar y asimilando lo que acababa de ocurrir.

Me pregunté si yo en verdad quería a Sam, porque si lo quería entonces lo entendería y no querría que sufriese todo lo que sufrí desde niño.

Pasaron tantas cosas por mi cabeza. Tal vez estaba celoso. Pero que digo, claro que estaba celoso. Samuel estaba planteando empezar a salir con chicas, chicas que no le hablaban al inicio porque consideraban que era peligroso. Pero era amable conmigo y todo el mundo entonces lo empezó a ver de otra manera.

Tal vez ni siquiera tenía que ver con cómo lo veían, si no como se veía a sí mismo. Porque si pensaba este chico que estaba ahora, siendo mi amigo no era el mismo del inicio. Tal vez por eso deseaba escapar, porque en el fondo yo fui el único que le habló cuando nadie quería hacerlo y ahora que todos lo hacían, tenía más opciones. Había nuevos amigos, amigos como él, que hablarían de chicas, de culos, de tetas y no de dramas sobre madres trabajadoras y padres que te dejan.

Tal vez al final era eso, que yo no pertenecía a su mundo, al mundo de nadie en general de allí y que ese semestre que pude ser yo en verdad con alguien, no fue más que un regalo que me dio la vida, una tregua para apaciguar mi fastidio de ser yo. Como aquel libro, la tregua.

Me volvía a compadecer de mi otra vez, y todas las dudas empezaron a reaparecer. Me estaba haciendo muy dependiente de la presencia de aquel chico rubio de ojos adormilados y despreocupados.

Esa noche me dormí con la preocupación en los bolsillos.

Al otro día supuse que todo se solucionaría, pero por primera vez en todo estos meses Sam no se sentó conmigo, si no al otro lado, en otra fila con sus nuevos amigos y entre ellos Catalina. Para hablar con ella.

Me tuve que morder la lengua para no decir algo, para no reclamar, para no llorar, para fingir que no importaba. Pero aunque intenté sonreír todo el tiempo, no me sentía feliz.

Y llegó el día siguiente

Y el siguiente del siguiente

Y el siguiente del siguiente del siguiente...

¿Significaba eso que nuestra amistad había terminado? ¿Tendría que asimilar que Samuel no era más que un semestre de mi vida que terminaba?

Yo sabía que nuestra amistad terminaría, solo que no me di cuenta de que no sabía lidiar con ello.

¿Y ahora que se suponía que hacía?

¿Ahora tendría que fingir durante seis meses que no importaba?

¿Por qué me estaba haciendo sufrir así?

¿Fue por aquel beso?

...

Fue entonces la primera vez que me arrepentí de aquello, no porque no me gustase si no porque lo estaba alejando, si no es que ya lo había hecho.

Esa misma noche dormí abrazando mis rodillas como cuando era un niño y me quedaba solo en casa mientras mamá salía a trabajar.

Esa noche volví a tenerle miedo a la obscuridad y me volví a sentir vulnerable.

Esa maldita noche lloré hasta quedarme dormido.

Esa maldita noche lloré hasta quedarme dormido

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PD: Cata no me mates por ponerle cata al personaje, no tiene nada que ver contigo. Era el nombre que se me ocurrió en el momento. i'm sorry :c in my heart

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