La nieve crujía bajo mis pies. Miré a mi alrededor. Estaba rodeada de árboles asi que sospeché que me encotraba en el bosque.
Sin pensarmelo dos veces, me puse a correr sin rumbo alguno entre las ramas y los troncos que se ponían en mi camino hasta que llegué a una pared de hojas cubierta con nieve. Estaba en el claro de James. Todo estaba igual, solo que el suelo anteriormente verde, estaba total mente blanco y la cascada estaba congelada.
Giré la cabeza para mirar al roble del columpio, este no estaba nevado y el suelo a su alredor era verde.
De detras del árbol salió James con su típica sonrisa la cual incluso en la más fria estación me derretía.
Llevaba un traje de boda blanco. Me miré la ropa y llevaba un vestido de novia del mismo blanco. En el pelo un largo velo que me caía por la espalda. Me quité el velo tirandolo al suelo junto a los tacones que anteriormente no había sentido y recogiendome el vestido corrí hacia él.
Todo a mi alrededor iba a cámara lenta y yo intentaba correr más rápido.
Al fin llegué y me avalancé hacia él abrazandole. Me abrazó también. Subí la cabeza y miré sus ojos verdes antes de besarle. Cerré los ojos mientras nos besamos. Nos separamos y abrí los ojos para mirar los suyos de nuevo, pero solo me encontré con unos ojos azules con motas amarillas. Era Edmond. Me alejé de él rápidamente. Él también llevaba un traje de novio solo que este era negro.
James apareció por detrás de este y Edmond se giró. Un gemido de dolor salió de la boca de James.
-¡James!- grité. Edmond me miró y se fue.
James estaba tendido en el suelo al rededor de una mancha carmesí.
Corrí hacia él, pero no llegaba, se iba alejando más y más.
-¡James!- volví a gritar aún más fuerte.
Noté que algo cálido se deslizaba por mi mejilla.
-¡Estoy aquí Cyn!- me gritó James según abría los ojos rápidamente.
-James, James, James- murmuré sin poder creermelo. Le abrazé temblando.
-Tranquila- me susurró dulcemente en el oído mientras me rodeaba con los brazos y me acariciaba el pelo suavemente.
Me tumbó en la cama y me limpió la cara pasandome sus pulgares por debajo de los ojos.
-¿Qué hora es?- le pregunté en voz baja.
-Las diez de la noche-respondió desanimado.
La habitación estaba sumida en la oscuridad asi que no le podía ver bien.
-Enciende la luz- le pedí.
Se levantó y encendió la luz. Al principio me costó acostumbrarme y me tapé los ojos con el brazo.
-Ayudame a ir al baño- me levantó y me cogió por los hombros mientras intentaba andar poco a poco.
Mis piernas no me sostenían el cuerpo y temblaban, asi que me llevó al baño cogida, me puso al lado de la encimera para que pudiese sostener y se quedó detrás mia para sostenerme por las caderas.
Miré al espejo. Mis ojos estaban rodeados por una mancha morada y tenían bolsas bajo los parpados inferiores. Mi piel estaba más pálida de lo normal y mis labios estaban agrietados y secos.
-¿Volvemos ya?- me preguntó al oido. Asentí con la cabeza. Me volvió a coger y me llevó a la habitación tumbandome de nuevo en la cama.
-Estaré a tu lado en el cambio- me intentó animar.

ESTÁS LEYENDO
Instinto
Loup-garouCuando me advirtieron de que el amor mataba, nunca creí que fuese a ser literalmente. Me definiría como una chica solitaria y enamorada de un LOBO llamado James y muerta, literalmente MUERTA gracias a Edmond, mi estúpido exnovio MURCIÉLAGO vampiro...