XI.- El valor de Sho

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POV TETSUYA:

Sho, mi pequeño, se encontraba frente a mi su cabeza sobre mi pecho, pequeños sollozos salían de sus boca.

- Sho, dijiste que Taiga vendría, ¿cómo lo sabes? - le pregunté

Sho se despego de mi pecho, limpió sus lágrimas con fuerza para después mirarme con seriedad a l parecer había madurado bastante desde que me fuí.

- Hace unos días escuche a oto-san hablar con el señor Akashi, por lo que alcancé a oír, él ya había encontrado tu paradero pero era muy  arriesgado rescatarte en ese momento por lo cual oto-san le pidió que lo entrenara para que él viniera así que confió en ese idiota además los pequeños están a salvo a su cuidado después de todo es nuestro oto-san - me dijo confiado 

- Me alegro que te hayas quedado con tu oto-san, creí que jamás lo aceptarías como tal - le dije con sinceridad 

Sho desvió la mirada avergonzado.

- Al principio fui muy frío con él pero poco a poco comenzó a demostrarme el gran hombre que era hasta aceptó a los gemelos como si fueran sus hijos propios, él es un gran hombre puede ser muy idiota pero creo que jamás conoceré a alguien como él, cuando lo veas no le puedes decir nada de esto ¿de acuerdo? - me dijo 

- De acuerdo - le respondí esbozando una gran sonrisa

- Hola Sho-kun - le saludó Hika 

Sho lo miró de arriba a abajo causando que Hika se pusiera nervioso pero aunque no lo quiera admitir él heredó eso de su oto-san, él también solía examinar a las personas.

- Así que tu eres mi ojisan, creía que tendrías un aspecto diferente pero a pesar de todo eres igual que mi oto-chan - comentó sorprendiendome a mi y a Hika 

- ¿Cómo sabes que es tu ojisan? - le pregunté confundido 

- Oto.chan no solo Akashi-san puede hackear y conseguir toda la información que necesita, yo también se algo sobre eso además es básico cuando quiere encontrar a alguien - me dijo con una gran sonrisa 

Mi pequeño ha crecido demasiado en mi ausencia, jamás creí que cambiaría tanto.

En ese momento la puerta fue abierta dejando ver al bastardo de mi padre, Sho al verlo se puso en guardia pero dos guardias lo tomaron en brazos inmovilizando casi de inmediato.

- Hijo mío no pude apagar ese brillo en tus ojos torturándote así que verás a tu pequeño sufrir lo que tú - me dijo con una sonrisa maniática 

- ¡NO! - grité con todas mis fuerzas 

Hika trato de acercarse a Sho para liberarlo pero uno de los guardias lo golpeó dejándolo en el suelo mientras la sangre corría por su cabeza.

De un momento a otro Sho estab atado de pis a cabeza y mi padre comenzó a torturarlo tal y como me lo había hecho a mi unas horas antes. 

Sho se mantuvo quieto, no se movía, mordía su labio y no dejaba que las lágrimas corrieran por sus mejillas, me volteó a ver y esbozó una débil pero hermosa sonrisa para tranquilizarme.

Su tortura duró demasiado tiempo, más de lo que duran las mías pero él jamás grito ni lloro, al final se terminó desesperando dejándolo y yéndose de la habitación no sin antes dejarme libre.

Al irse fuí directamente hacía mi bebé pero caí al piso, me encontraba demasiado débil así que Hika lo desato y comenzó a curar sus heridas, al acabar lo acercó a mi, depositandolo con cariño sobre mis piernas. Él me miró.

- Lo...logre oto-chan...soy más fuerte que él... - dijo antes de caer inconsciente 

Mi pequeño fuiste muy valiente ahora solo queda esperar por ti Taiga, mi amor llega pronto, no se cuanto pueda soportar nuestro pequeño.


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