05.

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3ra persona pov

     Una honda y rasposa risa se pudo escuchar en aquel lugar, Mugman miraba su alrededor con algo de miedo y paranoia. Todo lo que esté podía ver eran las paredes hechas de rocas volcánicas al igual que la lava que estaba bajo sus pies, pues tan solo estaba parado en una gran piedra plana que flotaba en medio del aire. El menor ya sabía donde estaba a lo que empezó a hiperventilar mientras trataba de buscar algún tipo de salida, pero para su decepción no había nada, tan solo él, la roca en la que estaba parado y la lava ardiente.

     Otra risa se pudo escuchar antes de que algo saliera de la lava haciendo que Mugman se sobresalto ante esto, lo que salió de aquella lava no era nada más ni nada menos que el mismo diablo con su típica sonrisa desquiciada. —ah Mugman~ ¿me extrañaste?— cuestiono el demonio de gran tamaño que a estos momentos usaba la lava como un gran jacuzzi. —¡Déjame en paz!— grito Mugman con un tono de enojo, pero el resto de él presentaba el miedo que poseía. El demonio de pelaje negro no pudo evitar el soltar una leve carcajada —¿y por que debería hacer eso? Es divertido verte actuar como alguien rudo— decía el más alto mientras usaba una de sus largas y puntiagudas uñas para mover la flotante roca en la que la taza estaba parado, esto hizo que Mugman se empiece a tambalear mientras trataba de no caer a lo que terminó caído en sus rodillas y manos —Todo sabemos lo cobarde que eres... Eres como un pequeño bebé— continuaba hablando el mayor.

     Mugman permaneció en silencio, pues no sabía que responder, cada vez que decía algo el gran demonio terminaba diciendo algo aún más doloroso. Le decía la verdad, y todos sabemos que la verdad era dolorosa. —sabes, aún sigo impresionado con el hecho de que tu hermano siga a tu lado— comento el demonio mientras continuaba moviendo la roca de un lado al otro, pero esta vez con delicadeza, pues no quería hacerle nada a la taza. Por ahora.

     Mugman mantuvo son cabeza agachada queriendo ignorar sea lo que sea que aquel desquiciado diablo iba a decir. —El ya debe de estar cansado de ti, solo imagina estar durmiendo y que todas las noches Llege tu pequeño e ignorante hermano a llorarte, si fuera yo ya te hubiera botado de la casa— decía el diablo mientras expandía su sonrisa. —Pero tu no eres Cuphead ¡él no haría eso!— dijo Mugman a su defensa lo cual hizo que una carcajada se le escape al peludo diablo. —¿y que te hace creer eso con exactitud? Él solo actúa como si le importara tus problemas, pero ambos sabemos que él esta cansado de ti, él no te quiere cerca suyo, él tan solo te tiene por que le prometió a tu abuelo en cuidarte— respondió el demonio mientras sonreía con malicia. —¡claro que no, El se preocupa por mi tanto como yo me preocupo por él!— Respondió la taza algo irritado, pues ya no quería seguir siendo molestado por aquella criatura.

     El gran diablo rodo sus ojos ante las ridículas frases del menor. —seamos honestos Mugman, das asco, solo mírate, una pequeña e indefensa taza que no puede defenderse por si sola por que todo lo que sabe hacer es temblar y llorar con simples palabras. El jamás te amara— dijo el diablo mientras continuaba jugando con la roca flotante. Mugman sintió como un nudo se formo en su garganta ante aquellas palabras. El demonio pareció haberse dado de cuenta a lo que volvió a posar su típica sonrisa desquiciada. —¿que? ¿acaso crees que no sé lo que pasa por tu cabecita? Sé todo lo que piensas, y sé muy bien sobre esos asquerosos sentimientos que tienes por tu hermano mayor. Por favor, ¿que te hace creer que Cuphead seria pareja de su propia sangre?— decía el demonio haciendo que el corazón del menor duela con cada palabra, pues era la pura verdad, ¿por que el mayor haría tal cosa?

     —ya me lo puedo imaginar; Cuphead mirándote con puro asco ante tu confesión— decía el demonio antes de soltar una carcajada —sería tan gracioso estar presente para verte llorar ante el rechazo— continuaba hablando el demonio hacia si mismo, pues Mugman por su parte se abrazaba a sí mismo con su mirada baja, este trataba de contener sus lágrimas mientras pensaba en todo lo que su enemigo decía, cada palabra haciendo que su cabeza se llenará de negatividad. No podía responder a nada de lo que el contrario decía pues sabía que había una gran posibilidad de que todo lo que dijera se hiciera realidad.

     —oh, no me digas que vas a llorar— decía el diablo acompañado de una risita —adelante llora como el bebé que eres— continuaba hablando mientras que Mugman cubría su oídos imaginarios —¡cállate!— grito el menor mientras las lágrimas que tanto trato de sostener se escapaban cayendo a la roca en la que se encontraba arodillado. El diablo río a carcajadas ante tal escena pareciéndole patético lo que veía. Mugman trataba de ignorar las risas al igual que detener las lágrimas, pero todo parecía estar presionandolo.

      La taza cerro sus ojos con fuerza sintiendo un tipo de escalofrío en su cuerpo a lo que abrió sus ojos con rapidez estando algo sobresaltado. En vez de ver al diablo riendo se encontró con el techo de su habitación, La luz del amanecer entrando por la ventana al igual que el tic toc del reloj. La taza estaba confusa antes de darse de cuenta que su conclusión principal había estado correcta, tan solo había sido otra de aquellas pesadillas. Este tomó su almohada para así pasarla sobre su rostro y dejar salir un fuerte gruñido. Ya estaba cansado de aquellas pesadillas, estaba cansado de aquel demonio que gobernaba dentro de sus sueños, cansado de como le escupía la verdad en la cara. Ya no quería seguir teniendo esa voz que lo hacía más débil cada día, tan solo quería volver a tener sueños normales ¿acaso era mucho de pedir?

Al parecer sí.

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     Creo que tengo una obsesión con hacer a mi Husbanso llorar (??? :'v

     Se suponía que hubiera actualizado este libro ayer pero se me olvido :'v opus

Nightmares |CupheadXMugman|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora