5. Dance with The Devil. [Cap. 1].

472 50 2
                                    

Estaba sentado debajo del árbol, en donde encontramos el refugio & el Diario.

Mordía mi lápiz, mientras intentaba descifrar un acertijo. Maldita sea, ya llevo varios años tratando de descifrarlos, pero simplemente, no logro acercarme a la respuesta.

Me agobia.

Suspiré con pesar & cerré aquel Diario, para después, ponerlo a un lado.

Comencé a maldecir en mi interior, cruzándome de brazos.

Dipper: ¡Odio no avanzar! –Grité–.

Si esto fuese como mi primer verano aquí, Mabel ya habría salido –De no sé donde– & seguramente, me habría dicho algo como: ¡Wow! ¿Qué te ocurre cerebrito?

& antes de que le contestará, ella ya me estaría hablando de su nueva cita.

Negué divertido ante semejantes recuerdos.

Bill: Oh, si... –Río–. Que recuerdos...

Me sobresalté & antes que cualquier otra cosa, tomé mi Diario.

Me volví a ver a ese triángulo, el cual, no paraba de reír por mi reacción.

Bill: ¡Wow! Oye, tranquilo cerebrito. –Me hizo una seña para que me calmara–. Debes relajarte. Últimamente estás muy tenso.

Dipper: ¡Eso no ha de importarte, monstruo!

& de un segundo a otro, apareció detrás de mi.

Bill: Ya, relaja tus nervios. –Me volví a verlo molesto, mientras ocultaba el Diario–. ¡Vaya! ¿Aún sigues con ese estúpido libro?

Dipper: ¡No es estúpido!

Bill: Oh vamos, pequeñín, debes divertirte, ¿No crees?

Dipper: ¿Pequeñín? –Cuestioné verdaderamente molesto–. ¡Mírame bien, Bill! ¡Ya no soy un pequeñín!

Creo que nunca debí de haber dicho eso...

Aquel triángulo, me admiro de arriba a abajo.

Bill: Hmm... –Se toma su tiempo para examinarme–. ¡Eso me queda muy claro, sabelotodo!

Fruncí el ceño.

Dipper: ¡Basta, largo de aquí!

Bill: ¡Huy! Hace algunos veranos que no nos vemos, ¿& me pides que me vaya? –Dijo con tono dramático–. ¡Ah! No sé si pueda vivir con eso...

Dipper: ¡Esos veranos fueron los mejores! ¡No tuve ningún problema! Si tu apareces, los problemas también lo hacen.

Bill: Admite que me extrañaste. –Se me acercó-–. Vamos, Pino. –Me metió un leve codazo–. Admite que tus veranos son mucho más divertidos, cuando estoy yo.

Dipper: Eso no es verdad.

Bill: Que mentiroso.

Dipper: ¡Yo no miento! ¡No soy como tú!

De un segundo a otro, aquel triángulo tomó una forma humana.

Era un chico, con traje dorado, rubio, ojos negros & un parche en uno de sus ojos.

Lo mire con confusión, sin embargo, no le dediqué una gran atención, pues sabía que era eso lo que quería.

Bill: Los humanos también mienten, incluso más que los demonios. –Se encogió en hombros–.

Dipper: ¡Eso no es verdad!

Bill: Dipper, lo digo enserio, necesitas divertirte.

Dipper: ¡Nada es bueno, viniendo de ti! En especial ese absurdo consejo.

Bill: Sólo quiero ayudarte.

Dipper: Lo único que quieres es que deje mis investigaciones, para que tú, puedas hacer de las tuyas.

Bill: Al menos yo sí me divierto con lo que hago.

Dipper: Ajá.

& en un momento, aquel chico tenía el Diario en sus manos.

Bill: ¿Qué pasa si tomó tu querido Diario?

Se lo arrebaté & lo aprisioné contra mi cuerpo.

Dipper: ¡No vuelvas a tocar este Diario!

Bill: ¿O qué? –Cuestionó, retándome–.

Dipper: ¡Te voy a golpear!

Él río.

Bill: ¿Qué? ¿Me bailarás el Baile de la Oveja?

Me sonrojé ante su comentario, pero de ninguna manera, me dejaría ver débil. Eso es lo que él quiere: Que me descuide.

Lo mire con odio & tomé una gran bocanada de aire.

Dipper: ¡No quieres que lea este Diario, porque sabes que tu debilidad se encuentra en él!

Bill: ¿Mi debilidad? –Río–. ¡Oh, por favor, Pino! –Negó divertido–. ¡Vamos, comienza a ojear ese Diario! ¡Dime cuál es mi debilidad!

Me mordí el labio & comencé a pasar rápidamente las hojas de aquel libro. Leía con rapidez, tratando de encontrar algo, que hiciera que aquel demonio se fuera de una vez por todas.

Dipper: P-Pues yo... Eh... Yo... –Me vi interrumpido–.

Bill: P-Pues yo... Eh... Yo... –Me imitó–. ¡Vamos, Dipper! Acepta que no tienes mi debilidad allí.

Dipper: ¡No me dejas concentrarme!

Sin previó aviso, aquel libro se vio envuelto en llamas azules, para después, volar hacia las manos de Bill.

Comencé a saltar, para tratar de alcanzarlo.

Dipper: ¡Devuélveme el Diario! –Bufé–. ¡Bill!

Rodó los ojos & chasqueó los dedos, haciendo que el libro flotara. Yo, en cambio, seguía con mis inútiles intentos por alcanzarlo.

Sentí como tomaba fuertemente mi muñeca, manteniéndola arriba.

Me quejé.

Dipper: ¡Ya fue suficiente! –Cerré los ojos–. ¡Dámelo!

Bill: ¿Quieres saber cual es mi debilidad?

Lo mire confundido.

Dipper: ¡Ya la descubriré!

Bill: No hace falta, te la diré yo.

Reí a carcajadas.

Dipper: ¡Espera que te crea, inútil!

Con su mano libre, me sostuvo del mentón & se acercó a mi rostro.

Bill: Eres tú.

& me besó.

Panda&Polar Memories.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora