32. The Devil is my Obssesion. [Cap. 1].

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Nos encontrábamos fuera de nuestra casa. Ya teníamos el valor suficiente como para invocar a aquel demonio de los sueños.

Mi hermano tomó aire y comenzó a decir aquel conjuro.

Triangulum, entangulum. Veneforis dominius ventium. Veneforis venetisarium.

Nada pasó.

—¡Maldita sea! —exclamó Tyrone. —¡Esto es una estafa! Pensé que Stan no estaba con nosotros. —rodó los ojos.

Miré el Diario.

—Hm, aún te falta decir Olugnairt cinco veces.

Tyrone bufó y se colgó de mis hombros.

—¡Soy pésimo en esto, osa mayor! —exclamó con tono drámatico. —Mejor hazlo tú.

—Ni loca. —afirmé. —Mejor olvídemoslo.

—¡No! Lo dejamos a medias. —me miró. —¿No recuerdas que sucede cada vez que dejamos las cosas a medias?

—¿Nos castigan por otros tres meses?

—No, creo que sería por 1 mes. —asintió. —Cuando nos castigaron 3 meses, fue porque dejamos a medias nuestras clases de gimnasia.

—¿No fue porque dejamos a medias la sesión de la Ouija?

—¡No nos dejaron terminar! —exclamó. —Si nos hubieran dejado despedirnos, no habríamos que tenido que lidiar con qué las cosas comenzaran a moverse.

—Papá lo resolvió. —recordé. —Esa vez nos castigaron por llevar el tablero, ¿Recuerdas?

—¡Oh, cierto! En fin, pasan cosas malas cuando dejamos las cosas a medias. —se encogió en hombros.

—¿Pero no crees que al menos haya algo pasado al decir la mitad del conjuro?

Tyrone miró el Diario.

—Meh, tienes razón. —lo lanzó hacia algún lugar. —Mejor vayamos a comer algo y a ver la televisión.

—Si, es mejor.

Ambos reímos y entramos a la casa.

Panda&Polar Memories.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora