Draco se tomó unos segundos para acomodarle el abrigo a Hermione, que se encontraba suelto en su hombro izquierdo. La había ayudado a vestir cuando sintieron el suave descenso de la cabina.
Ella lo miraba con una delicada sonrisa en sus labios. Le causaba gracia ver cómo Malfoy arrugaba su frente y luchaba en vano por arreglar un poco sus rizos alborotados, los cuales con la actividad previa se encontraban mucho más esponjados y rebeldes que de costumbre. Le costaría un tiempo aprender que una vez su cabello tomaba libertad no habría nada que lograra componerlo.
El sonido de su estómago apartó la atención del rubio del rostro de Hermione quien bostezó. El rubio se tocó el estómago, recordando que no había comido nada después del desayuno con Hermione en su casa.
Al bajar, sintieron una oleada de frío y vieron danzar unos pequeños copos de nieve, arrastrados por el aire.
Tomados de la mano y pegados el uno al otro, se dirigieron al área de comidas. Todo era completamente desconocido para Malfoy, que se tocaba el cabello con nerviosismo, "Draco, eres un idiota, no se te ocurrió leer sobre la comida". La morena advirtió la mirada de desconcierto por parte del Slytherin y, sonriendo, lo miro y guiñó un ojo, para orientarlo a través de los puestos.
La castaña explicó con paciencia y de manera sencilla las diferentes opciones; ella se decidió por un hotdog y una soda. Draco se sintió cómodo escogiendo lo mismo para él. Hermione realizó el pedido, solicitando expresamente que no le añadieran cebolla, generalmente no tenía problema con ello, pero en esa cita no deseaba besar a Malfoy con ese aliento.
El rubio se apresuró a pagar la cuenta, sus padres tenían una reserva de dinero muggle. El no conocía su manejo ni entendía las cuentas, tampoco le preocupaba recibir mal el cambio; al fin y al cabo, tenía una gran fortuna que no se vería disminuida por ello. Lo que no toleraría sería permitir que Granger pagara ninguna cosa mientras estuviera con él; Hermione no debía preocuparse por nada.
Recibieron su orden y escogieron una mesa cerca de allí para sentarse uno junto al otro. A Malfoy, la mezcla de salsas con los ingredientes del hotdog, no le pareció mal en lo absoluto. Tomó un sorbo de esa extraña bebida burbujeante, tomando impulso para hablar:
— Preciosa, ¿puedo hacerte unas preguntas?
La miró con expresión inocente, dirigiendo su pulgar a la comisura de los labios de Hermione para quitar una gota de mostaza e introducir el dedo en su propia boca probándola. Ella contuvo el aliento ante el gesto y asintió pasando saliva, apenada.
— Creo entender que tú y la comadreja...no estaban viviendo juntos ¿verdad? — tanteó el Slytherin, en búsqueda de comprender un poco más a que se estaba enfrentando.
— ¡No! — contestó aterrada Hermione. — Yo...no quería tener ese tipo de relación. Al salir de Hogwarts me había acostumbrado lo suficiente a vivir sola cómo para no regresar a vivir con mis padres y quería valerme por mi misma; ya sabes, preparar mi comida, conseguir las cosas a mi gusto, tener mi propio espacio. Ronald nunca entró en mis planes.
La castaña le dio otra mordida al hotdog, no esperaba ahondar demasiado en el tema. Le resonaban en su cabeza las palabras de Malfoy, ¿en realidad Weasley tendría claro que habían terminado?
Draco no percibió el abrupto corte de Granger, estaba concentrado haciendo sus propios análisis mirando hacia las luces del parque.
— Puedo comprenderte, de cierta manera. — coincidió asintiendo de manera pausada y tranquila. — Cuándo mis padres se marcharon a Rusia, hace dos años, yo no quería acompañarlos.
ESTÁS LEYENDO
La invitación
Teen FictionDraco recibe una invitación para el evento mas desastroso de su vida. ¿Dejara que Granger se vaya con la comadreja? Escenas lemon asi que lean bajo su responsabilidad. Todos los personajes y escenarios son propiedad de J.K Rowling, yo solo juego co...