Capítulo IV: Mi caso especial.Jagger.
Siempre he sabido que el juego mental influye mucho en una persona. Por lo que me he dedicado a comer en completo silencio mi hamburguesa mientras observo a Dakota retorcerse sin apenas tocar la suya. Su cuerpo envía señales de nerviosismo, ansiedad y desesperación. Creo que es la primera vez que no la veo serena y controlada. Es interesante a decir verdad.
Mi celular vibra y lo saco para leer un mensaje de Maddie.
Maddie: Te estoy viendo. Linda chica. No parece tu tipo. Demasiado dulce para ti.
Jagger: Me gusta lo dulce.
Maddie: pobre chica.
No puedo evitar reír y dejo mi celular sobre la mesa, veo hacia un lado y efectivamente Maddie se encuentra en una mesa con dos chicos. Asiente hacia mí y finge arrojarme un beso.
Vuelvo mi atención a Dakota, quien ahora también la observa, cuando se da cuenta que lo noto, sus mejillas se sonrojan un poco y se encoge de hombros tomando una de sus papas fritas.
—No faltaré a mi siguiente clase, es en una hora y quince minutos, y aún no me dices nada.
—Yo no soy quien debe hablar, eso te toca a ti. No puedo ofrecer mis servicios cuando no conozco el problema —informo. No pretendo ser pesado, pero necesitamos que avancemos a más allá de su típica frase: necesito un favor.
—Tienes razón.
Presiona sus labios y parece pensativa. Normalmente no hago nada formal para cerrar un trato, consiste en que ambas partes seamos responsables y está listo. Pero por alguna razón sentí la necesidad de inquietar y tocar a Dakota, razón por la que inventé un beso para cerrar el trato. Nada grave, nada duradero, ni muy ardiente. Pero algo que me dejó con ganas de incluir un poco más de movimiento y lengua.
Vuelve de nuevo su vista a Maddie, por lo que también llevo mi vista ahí, ella está distraída ahora riendo sobre algo, sonrío. Maddie parece nunca poder dejar de reír, incluso por la cosa más tonta ríe, pero cuando se cabrea es mejor esconderse.
— ¿A ella no le molesta? —pregunta tras un largo momento de silencio.
— ¿Qué tiene que molestarle?
—Que estés aquí conmigo.
—Estamos almorzando, no te estoy besando, manoseando o siquiera lo suficiente cerca para tocarte —Sonrío para restarle seriedad a mis palabras—. Y quizá, de hecho, tú le agradarías, siempre está diciéndome que tengo que rodearme de mejores mujeres.
—Tan buena novia.
—Yo no tengo novia desde hace mucho. Veo que los chismes de mí no te llegan frescos. Ese bello dolor de culo llamado Maddison, ha sido como mi hermana desde hace diez años. No novia, no follada segura, no amiga con beneficios. Incluso lo veríamos como incesto.
»Podría inclinarme en este momento para besarte y ella solo se encogería de hombros esperando que seas una buena chica que pudiera darme algo de control.
— ¡Vaya!
Sonrío porque toma una profunda respiración y luego dejo de sonreír porque ella lame sus labios y es tan inocente pero tan sensual a la vez. Dakota es alguien muy curiosa de ver, muy diferente a los depredadores que se encuentran en la universidad.
—Entonces, Dulce, dijiste que no podías faltar a la siguiente clase y aún no comienzas a cantar.
Tomo la botella de agua para jugar con ella, soy un chico paciente lo cual ayuda a lo que me dedico.
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Contradicciones (#1 El Negocio)
RomanceDakota Monroe no es una chica mala, no es una nerd, no es la chismosa, no es la zorra y no es la maliciosa. Entonces ¿Quién es Dakota? Respuesta fácil. Dakota es la chica universitaria buscando solución al problema en el que se ha metido su hermana...