Capítulo XIV: ¿No lo eres? Yo tampoco

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Capítulo XIV: ¿No lo eres? Yo tampoco.

Dakota.


La casa de Jagger es horriblemente intimidante. Él está sosteniendo mi mano y cargando mi mochila mientras le responde a una mujer que fue presentada cómo de la familia y que se dedica a los quehaceres del hogar; ella le recita las opciones para el almuerzo, asegurando que hoy le da el privilegio de elegir. Observo embelesada lo cariñoso que es Jagger al responder antes de que ella se retire.

Estoy bastante nerviosa sobre estar aquí, creo que es una de las cosas más locas que he hecho en mi vida y creo que me hará bien respirar un poco de aire lejos de Rose y el problema.

—Tu casa es grande —digo, cuando estamos solos, por no decir enorme.

—Es la casa del abuelo, él no hacía las cosas a medias...Y hablando del abuelo, algunas de las habitaciones no están en condiciones en este momento y Jamie está ocupando una de las pocas libres, así que nos vamos a mi habitación con la bendición del viejo.

Bueno, dime si Jagger no es astuto y veloz. Libero mi mano de la suya y me cruzo de brazos a la altura de mi pecho.

— ¿Por qué, entonces, James no duerme en tu habitación y yo en la disponible?

—Porque Jamie no es lindo y sexy cómo tú, al menos no para mí y porque creo que en nuestros mensajes estableciste que querías divertirte y yo que no quería dormir.

Ahí me tiene atrapada. Quiero divertirme, quiero vivir toda esta loca cosa sucediendo con Jagger, solo que yo no sé cómo ser una de esas chicas seductoras.

—No haremos nada que yo no quiera, ¿verdad?

—Nunca haría algo que tú no quisieras, Dakota —Su semblante se torna serio mientras me observa fijamente—. ¿Alguien te ha obligado a hacer algo que no quieres?

—No.

Mi respuesta es rápida, pero es honesta. En mi primera vez, en ningún momento Drew me obligó o forzó, yo fui la tonta que solo temía de que él se alejara y lo dejé hacerlo. Fue consensuado, no tengo miedo de admitirlo y reconocer el error.

— ¿Segura?

—Totalmente segura.

—De acuerdo. Ven, te mostraré mi habitación.

Lo sigo y subo las escaleras detrás de él fijándome en los títulos y diplomas que descansan enmarcados en la pared. Algunos de ellos son de Jagger, certificados de algunos diplomados o participaciones en simposios, cursos y seminarios. Parece que su familia es muy unida al mundo de los negocios y que su abuelo, junto a su padre, cuentan con una gama alta de niveles de estudios. Es intimidante, ahora entiendo de dónde viene tanta disciplina y destreza para el estudio.

Cuando llegamos arriba, veo que a cada lado lo abarca un largo pasillo. En mi casa no hay problemas económicos, el trabajo de papá es genial y nos da mucho más de lo que necesitamos, pero esto es otro nivel de comodidad económica. Lo sigo al ala izquierda completamente en silencio absorbiendo todo mi entorno. Se detiene frente a una puerta de un verde muy claro, de la puerta de al frente sale una atractiva chica de piel trigueña y un poco más alta que yo; en sus manos lleva una pila de toallas. Le sonríe a Jagger y luego me observa ladeando su cabeza con curiosidad.

—De verdad no sufriste ningún accidente que te impidiera llegar —Suelta con una sonrisa que de alguna manera aligera la ofensa de sus palabras. Es raro.

—Dakota te presento a Mariana, y Mariana, ella es Dakota.

Estoy tentada a estirar mi mano para estrechar la suya, pero no veo ningún movimiento de su parte, por lo que bajo a tiempo mi mano. Ella le hace un puchero a Jagger.

Contradicciones (#1 El Negocio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora