Capítulo Cuatro dedicado a:
Tres años antes...
Estoy torturándome, esto no está bien conmigo.–Es sólo que... –Yo nunca seré lo que esperas de mí –Creo que esto es tan... apabullante, ya sabes, empiezo dentro de un par de meses y...
–Mackenzie. No vamos a hablar de esto, de nuevo –Anunció con voz firme mirándome de una forma que era -o quería creer- comprensible –Está decidido.
Mi padre se dio media vuelta y salió de mi habitación aparentando ser esa figura inmutable de siempre.
Todo se podía ir a la mierda, o quizá ya se había ido. ¿Qué es lo que busca? ¿Qué no ve que no soy le jovencito inglés con aparente perfección que cree que soy? No tiene que importarme.
En enero entraré a mi primer semestre de la universidad más prestigiosa en toda la región; en enero entraré a mi primer semestre en la universidad más prestigiosa en toda la región, a estudiar la carrera que mi padre quiere que estudie, lo enfatizó: que MI PADRE quiere que estudie.
Pero lo repito, no debe importarme, después de todo, siempre hago lo que mi padre dice, es todo lo que podía hacer.
–Oh, hijo, se me olvidaba –Estaba tan sumido en mis pensamientos que no lo escuché volver a entrar –Quería darte esto.
Se acerca a mí con actitud solemne y deja una caja frente a mí.
– ¿Cómo te sientes con esto? –Pregunta y casi pude sentir como una seca carcajada brotaba de mi garganta al escuchar tal pregunta.
–Contento. Muy contento –Pronuncio casi de manera mecánica, no creyendo una sola puta sílaba de esa pequeña oración y mi padre sonrió como si acabará de escuchar exactamente lo que quería escuchar.
«¿Y cómo no? Si su perfecto hijo siempre decía lo que él quería oír».
Luego de eso, volvió a darse media vuelta y cerro nuevamente la puerta.
La tapa de la caja decía "ábrelo en tu primer día", tenía su firma. Tenía su firma en la "dedicatoria" eso no era una sugerencia, era una orden y eso conlleva a que por más que me pique el brazo por la curiosidad no podía abrirla.
No debía importante, quizá esa frase debería convertirse en mi nuevo mantra.
****
Salí de casa intentando despejar mi cabeza y de parte tal vez encontrar una buena distracción.
Mi mejor pasatiempo desde que tengo 16 años es romper corazones y viéndolo desde otra perspectiva empezó como algo sin importancia se convirtió en una forma de diversión personal, tenía un álbum en casa en donde cada página poseía una foto de cada chica de las que esperaron que les correspondiese su amor y les dolió mi desprecio, era como un álbum de estampitas, ninguna era igual a la otra.
«Todas me decían lo mismo, Encontrarás a alguien que se meta hasta el fondo de tus entrañas, te vas a enamorar de la manera más intensa, ella te hará conocer el cielo y luego la vida te la va a arrebatar, así conocerás tu propio infierno.
Pero no creo que sea así, el amor no existe y nadie nunca me hará cambiar de opinión.Entre en una cafetería y le pegue un vistazo a las personas que se encontraban en el lugar, en el fondo había una chica sentada sola bebiendo café mientras miraba su móvil, rubia de ojos marrones, buen cuerpo. Perfecto.
– ¿Te molesta si me siento? –Pregunto con actitud inocente –Veras, no quiero incomodarte, pero no me gusta sentarme sólo.
Le sonreí, mientras ella me miraba curiosa, se encogió de hombros y volvió a fijar su atención en el teléfono, se estaba haciendo la difícil, bien.
Me gustan los retos.
Le hice señas a una las chicas que trabajan en el local y le pedí que me prestara un bolígrafo, luego escribí en una servilleta mi orden para que mi acompañante no escuchara, la chica tomó la servilleta y se fue dándome un asentamiento de cabeza.
Esperé por unos minutos, mientras que sin rodeos la observaba sin buscar una forma de disimular, ella no me devuelve la mirada, pero puedo notar un ligero rubor en sus mejillas que me demostraba que estaba cumpliendo mi objetivo.
La chica volvió momentos luego con un cappuccino con un corazón decorando su centro y una crepa de Nutella y fresas, con chocolate en el plato se leía, "por favor, déjame saber tu nombre" la chica colocó el plato frente a la rubia y ella enrojecida no se atrevía a mirarme a los ojos.
–M-me... Mi nombre, es... Lana –Responde medio tartamudeando y bajando la mirad, pero la tomo del mentón para que me mire a los ojos.
–Lana... –Pronuncio en forma de suspiro y le sonrío dulcemente, esto no era un reto, era pan comido –Es para ti –Le indico después de largos segundos en donde no le permito bajar la mirada y ella me sonríe, puedo ver en sus ojos la emoción, ¿Cómo no? Era una dosis de Nutella y Mackenzie Ovens, el combo perfecto.
–Yo... No creo que pueda con todo eso.
– ¿Quieres que compartamos? –Le pregunto con fingida timidez y ella asintió algo dudosa.
La hice tomar confianza en menos de lo que esperaba, platicamos de todo un poco e hicimos bromas, le mancho su mejilla con Nutella y ella mi nariz, cuando términos de comer pago todo, incluso su café y salimos juntos del local, la invito a dar un paseo conmigo otro día y ella acepta de forma tímida.
Y así empieza, el día que fijamos la recojo en su casa y veo que se ha esmerado en su aspecto, eso me gusta.
La llevo hasta el parque y nos sentamos junto a un árbol, mientras está distraída la tomo de la mano y le doy un ligero apretón, en respuesta ella entrelaza nuestros dedos sin mirarme aún, se le nota abochornada y no era algo que me asombrase, había visto a chicas incluso más tímidas que ella.
La llave a varios lugares y nuestras manos permanecieron unidas toda la tarde, para finalizar la llevo a casa y me acerco de forma "tímida" dejando un beso suave en sus labios, era fácil enredar a una chica tan inocente como ella.
****
Media hora más tarde estaba en dirección a casa de Luca, quería pasar el rato con mi amigo.
Después de unos cuantos minutos de tocar la puerta decido llamarle, pero sonaba ocupado.
Mack:
Hermano, estoy en tu puerta, ¿Dónde carajo estás?
19:43
Luc:
Estoy en la sala de juegos, tenía los audífonos puestos. No te enfades, bebé, ahora te abro la puerta.
19:45
Ruedo los ojos con diversión, si no fuera mi mejor amigo...
💠💮💠Ángel_Infernal
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Pedazos
RomanceNo dejaba de decirme que tal vez podía intentarlo, y a la vez una gran parte de mi pedía huir, las preguntas constantes en mi cabeza, se preguntaba si alguien, incluso él ¿Sería capaz de amarme con lo rota que estaba? ¿Sería alguien capaz de amar...