Me tiene atrapada contra la puerta, bloqueando mi intento de apartarme de sus brazos, pero a decir verdad no lo intento mucho, caí en el hechizo de esos ojos verde miel y mi mente se perdió en el momento en que vi como se acercaban a mí sus labios, hasta sentir su aliento mentolado erizando mi piel, todo en él es electrizante, su tacto, su mirada, su sonrisa, su actitud desenfadada y... De pronto habla.
–Lo siento... –Su mirada se vuelve más intensa, sus ojos se clavan en los míos.
– ¿Qué? –Lo veo saliendo de mi momento de idiotez, dejando de pensar cosas que no debería y al ver mi rostro de confusión continua hablando.
–Por todo, Terra, por las idioteces, por lo dicho y hecho –Me mira y juró que no sé que decir, no entiendo y él parece notarlo –Eres una chica genial ¿Sí?
Lleva su mano a mi rostro y acaricia mi mejilla, manteniéndome en mi estado de no poder procesar lo que dice.
–No debí besarte hace rato, no debía hablarte de algo tan personal si apenas nos conocemos, lo siento si te puse incómoda y... –Hace una pausa y retira su mano, alejándose un poco, poniendo distancia entre los dos –Prometo que no volveré a invadir tu espacio, ni a hacer cosas impulsivas como las que he estado haciendo desde que te conocí.
–Mack, no tienes que disculpart...
–Quiero hacerlo, es... Necesario –Me interrumpe, y comprendo que es importante para él decirlo –Es evidente que nos estaremos viendo de ahora en más y es momento de poner las cosas en orden si vamos a hacer esto de ser amigos ¿De acuerdo?
Trato de ocultar mi sorpresa, de contener lo que causan sus palabras y sólo me queda tragar saliva intentando hablar y fingir serenidad asintiendo.
–De acuerdo.
***
– ¿Terra?
– ¿Mmmhm? –Volteo la mirada hacia Sam, apartando el recuerdo, volviendo al presente y a la clase a la que debería estar atendiendo.
– ¿Estás bien? –Susurra, cuidando de no llamar la atención del profesor –Te veo algo distraída.
–Estoy bien –Respondo, dándole una sonrisa para restarle importancia.
Ella me ve no muy convencida, pero no pregunta más y vuelve su atención al frente, e intento hacer lo mismo, pero en lugar de anotar lo que escucho empiezo a garabatear una hoja de mi cuaderno ¿De verdad estoy bien? Quizás es una verdad a medias, mi mente ha estado en otra parte la última semana.
¿Por qué no dejo de pensar en eso? ¿Por qué me jode tanto si yo admití que sería tonto querer otra cosa?
Sacudo la cabeza y empujo esos pensamientos a los más profundo de mi mente, tengo cosas que atender, no puedo pensar en cosas que sólo me hacen perder el tiempo, así que eso hago, atiendo el resto de mi clases y salgo corriendo con la excusa de ir al trabajo para no hablar con Sam sobre el tema, si no hablo de ello no debe tener importancia ¿Cierto?
– ¡Oye! –Me detengo de pronto, frente a una camioneta gris oscuro que estaba saliendo del estacionamiento del universidad, volteo a mirar al conductor, tragando saliva al ser consciente que casi hago que me atropellen y ni siquiera me había dado cuenta que ya estaba tan lejos por salir corriendo como loca.
–Lo... Lo siento –Tartamudeo en respuesta, el chico me hace un gesto para que me acerque y así lo hago, parándome en la puerta contraria al conductor, asomándome a la ventana que el baja presionando un botón.

ESTÁS LEYENDO
Pedazos
RomanceNo dejaba de decirme que tal vez podía intentarlo, y a la vez una gran parte de mi pedía huir, las preguntas constantes en mi cabeza, se preguntaba si alguien, incluso él ¿Sería capaz de amarme con lo rota que estaba? ¿Sería alguien capaz de amar...