10. Miradas y sonrisas

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Capítulo Díez dedicado a: 
fgrocio

Escucho esa misma risa en mis sueños y a veces incluso cuando estoy despierta, veo los mismos ojos, al mismo niño con cabello alborotado que me toma la mano y me hace correr junto a él, y cuando lo hago ya no sé quién soy, pero sé que me siento más ligera, más libre, como si no tuviera nada contra lo cual luchar...

–Señorita Gales ¡Señorita Gales! –Doy un respingo al escuchar que la profesora me llama, haciéndome salir de mi estupor.

– ¡Presente! –Exclamo, levantándome de pronto con algo de torpeza, provocando las risas de la clase al golpearme y caerme al suelo en el proceso.

–Siéntese, señorita, y trate de poner atención de ahora en adelante –Pide con amabilidad, haciendo callar a mis compañeros, mientras me levanto, aunque se le nota en la voz que también quería reírse.

Qué pena ajena contigo, Terra.

¡¿Por qué dijiste presente!?

Me regaña mi subconsciente mientras me hundo en mi asiento viendo a Sami darme ánimos desde un par de asientos adelante –No fue para tanto –Me susurra al ver mi cara de mátenme.

Tengo que dejar de pensar en tonterías cuando estoy en clase o voy a reprobar, y así no tendré una carrera, ni un buen trabajo, ni un futuro, no podré tener casa, ni comprar comida y moriré sola y con hambre.

Doña drama te llaman.

Ya déjame hacerme la víctima en paz.

El resto de la clase pasa tranquila, trato de mantenerme atenta a la clase y no pensar en nada más, y para el final gracias al cielo, anuncian la salida y me quedo rezagada recogiendo mis libros con los últimos restos de mi reciente vergüenza.

– ¿En qué estabas pensando? –Me pregunta mi amiga llegando junto a mí, enganchando mi brazo con el suyo al salir del salón –Porque en química orgánica estoy segura de que no.

–No lo sé, Sam, recuerdas lo que te dije que sucedió hace un par de semanas con Mack ¿No? –Pregunto y ella asiente –Es que no dejo de soñar, e incluso pensar en lo que vi cuando estoy despierta.

Ella se queda callada por un momento antes de responder.

– ¿Por qué no vas al médico? Ese que es amigo de tu padre –Sugiere y arrugo las cejas en respuesta –No me veas así, sabes que debiste ir al día siguiente de que te desmayaste.

–No es para tanto, sólo fueron unos minutos –Intento restarle importancia, pero ella no desiste.

–De eso nada, te llevaré ya sea por la fuerza.

Suspiro con resignación y asiento, caminando fuera de la universidad.

–Hola, extraña –Susurra alguien a mi oído desde atrás haciéndome poner en guardia por inercia, casi golpeando a la persona detrás de mí –Ay, por favor ¿Ibas a golpearme otra vez?

–Deja de aparecer detrás de mí de la nada y tal vez me piense cambiarlo por un saludo normal –Me quejo al ver al irritante chico qu tengo enfrente.

–Un beso en la mejilla no estaría mal –Me sonríe y yo bufo exasperada, tomando del brazo a Sam para que sigamos caminando antes de que ella siquiera diga algo – ¡Espera!

– ¡No! No sé qué quieres, pero déjame en paz, Mackenzie –Me quejo, alejándome de él.

– ¿Entonces no quieres tu gorra de vuelta? –Me detengo en seco y me doy la vuelta, viendo que la alza, mostrándomela –No me importaría quedármela, me gusta.

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