En caída libre

Mudando un Corazón.

Canción del capítulo: 500 miles -The Proclaimers

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Sin duda alguna los meses que pasé completamente solo fueron duros, todas las tardes llegaba de la universidad, habría la puerta de mi departamento (el cual apenas podía pagar con mi salario de cajero) me sentaba en el sofá y tomaba una taza de café mientras  un profundo silencio carcomía mi mente, el cual solo era perturbado por los sonidos de los autobuses que pasaban por la calle cada cierto tiempo; harto de este sentimiento tomé una decisión bastante grande,  llevaba ya casi medio año saliendo con Julie y todo seguía de maravilla, aunque yo siempre sentí que la distancia no dejaba "madurar" a nuestra relación por lo que pensé en invitarla a vivir conmigo, después de todo el departamento era lo suficientemente grande para que dos personas pudiéramos vivir sin problema alguno ahí, así que un día en que ambos estábamos desocupados decidí ir a visitarla, llegué ahí en la noche con una maleta ligera y toqué su puerta, no pude contener una ligera risa cuando abrió  con una pijama de osos, una sudadera gris y un chongo que coronaba su cabeza dándole un aspecto un tanto desalineado pero que a su vez la hacía lucir hermosa; ella me dió un abrazo y al percatarse de mi reacción burlona se puso completamente roja, me dijo que entrara rápido y corrió hacia su cuarto -¿¡por qué no me avisaste que venías?!- grito desde el baño mientras oía la regadera liberando el flujo de agua -¿acaso no te gustan las sorpresas?- repliqué de forma burlona -sabes que si... Pero en fin tu solo espera- aproveché este momento para sacar de mi maleta unas cuantas velas y una botella de vino blanco (el cual me costó dos semanas de mi sueldo) tomé dos copas de donde Julie las guardaba y puse una cinta de música la cual consistía de una mezcla improvisada de baladas pop y rock ochentero, poco convencional la verdad.

Al salir ella vestía unos jeans y una blusa color verde,  su cabello aún se veía humedecido por el agua de la ducha y su cara lucía un maquillaje que para el poco tiempo que pasó, era más que decente. -¿qué es esto? - Dijo al ver todo lo que había colocado en la mesa, -¿esto? Ya sabes, un regalo- ella se sentó junto a mi y me abrazo diciendo -eres el m...- la interrumpí al robarle un beso para posteriormente darle una copa de aquel vino; -por nosotros- dije mientras levantaba la copa - por lo mucho que te amo y por lo feliz que soy al estar a tu lado- dije mientras chocaba el recipiente con el suyo, -sabes he pensando mucho últimamente - ella clavaba su mirada sobre mi mientas yo seguía hablando - llevamos un tiempo saliendo y la verdad es la primera vez que siento una especie de tranquilidad que hace mucho no lograba tener, la verdad es que los momentos que paso contigo son los mejores y no me gustaría que algo tan relativo como la distancia evite que pueda dedicar  todo el tiempo  posible a estar a tu lado, no sé como termine esto, no sé qué pasará mañana, solo se que aquí y ahora quiero estar cada segundo a tu lado; se que ya empiezas a adaptarte a tu vida aquí pero... Bueno lo que trato de decir...- tartamudeaba mientras ella me regalaba una sonrisa - ¿si quisieras vivir conmigo?- ahí su rostro cambio por un momento a uno de seriedad, hecho que casi hace que me diera un paro cardíaco, pero finalmente volvió a una sonrisa - ¿si?- pregunté mientras ella solo me asentia con la cabeza,  en ese momento yo simplemente no podía contener la emoción y la besé, creo que no podía elegir un mejor escenario, ambos sentados a la luz de las velas con copas de vino en las manos y escuchando 500 miles de The Proclaimers (irónicamente), la verdad es que escasean momentos como éstos en la vida y si a alguien le interesa la opinión de un hombre fracasado, disfrutenlos, vivanlos y no piensen nada más que en ese momento, porque estos son aquellos efímeros instantes que hacen que las personas sepamos el significado de amar y a su vez de vivir.