Mi visión había comenzado a nublarse, el pálpito de mi corazón era irregular y mi cabeza no había cesado ni por un segundo del dolor. Sabía que eran los efectos de del BLK-14, sabía que en algún momento al igual que la naturaleza reclamaría lo que fuese suyo. Justamente, mi cuerpo estaba reclamando por alivio.
Me encontraba descansando en el suelo junto a la cama en un pequeño ovillo, con la frente contra mis rodillas y las manos acariciando y jalando de la base de mi cuero cabelludo. La ansiedad había comenzado a subir por mi garganta, formando un nudo doloroso. Quería controlarme, quería controlar el mareo que no me dejaba ser capaz de ponerme de pie, pero parecía ser casi imposible. La droga comenzaba a pasarme factura por el abuso.
Alcé la cabeza hacía la silla que se encontraba en una de las esquinas, donde Nathan descansaba con los brazos cruzados contra el pecho y una sonrisa en su rostro que pedía ser arrancada a gritos. El enojo incrementó y desee estar bien solo para darme el lujo de golpearlo. El maldito estaba disfrutando de mi dolor, lo cual solo me provocaba más molestia y dolor de cabeza al pensar que él nunca demostraba ninguna actitud.
Lo observé, irritada.
—¿Por qué demonios no quitas esa sonrisa y te largas de mi habitación? —le espeté.
Su sonrisa incrementó e inclinó la cabeza, analizándome como si fuese un cachorro abandonado.
—No lo sé, tal vez porque disfruto de tu situación.
Le sonreí de vuelta con mi mejor cara de pocker.
—Disfruta de esto, porque yo disfrutaré el doble cuando tengas que enfrentarte a Ashley.
La sonrisa de Nathan enseguida se vino abajo en un segundo, llenándome de satisfacción por la pequeña victoria. Soltó un suspiro para luego mirar a un punto indefinido, luego pasó su dedo índice por sus labios, pensativo.
—La diferencia entre tú y yo, Dekhan, es que cuando yo me enfrente a Ashley no sentiré nada al respecto. Yo dejé pasar esa historia, y se quedó en el pasado. Pero tú, dime, ¿qué harás cuando tengas que enfrentarte a Fletcher? ¿Te esconderás dentro de tu caparazón como una pequeña tortuga?
La humillación se hizo presente y no pude evitar morderme el interior de mi mejilla. ¿Por qué tenía que darle la vuelta a las cosas de ese modo? Otra punzada de dolor golpeó en mi cabeza y de inmediato se expandió enviando descargas de fastidio.
—Eras más divertido cuando mantenías la boca cerrada casi todo el tiempo —le espeté con todas las fuerzas que me quedaban.
Las comisuras de sus labios se torcieron hacia a un lado, recordándome claramente al gesto de Fletcher, lo cual por otra parte, me hacía enojar a un más al pensar que mi abuso por la droga me había hecho inmune, perdiendo sus efectos en mí como el olvido.
Desde que estuve de regresó, el dolor de cabeza y el cansancio comenzaron a asentarse en mi cuerpo. También era cierto que horas atrás me había reencontrado cara a cara con Fletcher, y no solo eso, sino que nuestras bocas también se encontraron en el camino. Sin embargo, en ese momento me encontraba tan drogada que no lo comprendía, que a pesar de haber sentido las corrientes eléctricas recorrer mi cuerpo, no era capaz de comprender lo que realmente estaba sucediendo en ese momento. Había pensado que Annabeth había salido a la superficie para regresar con Fletcher, pero eso era solo una mentira, porque a pesar de haber besado a Fletcher, el amor que Annabeth sintió alguna vez por él se transformó en manos del BLK-14 y del tiempo. Una vez más, era yo, Dekhan quien se mantenía en la superficie.
Nathan se alzó de la silla y caminó en dirección a la puerta del baño, activando todas las alarmas de lo que había hecho con anterioridad. De inmediato intenté ponerme de pie, pero el mareó y el dolor de cabeza se presentaron con más fuerza en mi cabeza.