s e p t e m

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7; a c o r d e s de una vida florecida.

"Estaré aquí, contigo, entre notas y pétalos, hasta el final de la línea".

B u c k y.

Soy el recuerdo constante de aquello que nunca dije.

Soy la tinta derramada del tatuaje que nunca me hice. Las letras sueltas de la historia que nunca acabé de escribir.

Soy el suelo húmedo tras la tormenta invisible. El escalofrío después del trueno. La tristeza de una despedida.

Soy el lomo deshilachado del libro que nunca leí. El eco interminable de mi voz interior.

Soy el caos dentro de un cuerpo. Soy un alma destruida que necesita escapar.

Soy la mente que busca estabilizarse.

Soy el papel quemado de las notas que él me deja. Los pétalos rotos que no llego a darle.

Soy un trébol sin suerte, la madera rota del barco que no zarpará.

Soy las agujas desordenadas del reloj de mi locura.

Y soy Bucky, la sombra del hombre que un día fui.

Y estoy enamorado. Y no duele.

Busco en el interior de mi mente un mínimo impulso a la ansiedad, un mínimo empujón ascendente del miedo por mi garganta.
Pero nada ocurre, y no puedo sentirme más extasiado.

Él me hace bien.

Steve.
Ay, Steve.

Le miro y me sorprendo pensando que sus ojos son el océano en el que quiero naufragar, y le siento tan dentro de mi mente que sólo quiero aprender a hacerle el retrato más hermoso con mi voz.

Sus caderas miden siete suspiros y siete latidos desenfrenados de mi corazón.
Y es gracioso, porque no le he tocado más allá de un simple roce de hombros, pero soy casi más consciente de su cuerpo que del mío.

—¿En qué piensas?—Steve rompe el hilo de mis pensamientos y parpadeo, intentando concentrarme para responder coherentemente.

—En que no me puedo creer que te haya traído a mí casa. Podrías aprovecharte de mí.—Bromeo.

Nunca antes me había sentido tan a gusto y confiado con alguien como para darme la oportunidad de jugar y reírme, así que no paro de repetirme mentalmente lo agradecido que estaré siempre con el destino, con Dios o quién sea que hiciera que pudiera conocer a este hombre tan maravilloso.

—Ambos sabemos que antes podía aprovecharme también. —Continúa mi broma y me guiña un ojo. Yo hago como si me abanicara y me desmayara y le hago reír.

—Qué descarado, hombre.

—Sabes qué, Buck.—Me dice, colgando la pregunta en el aire.

Adoro que me llame así, es como una muestra de confianza y cariño que me derrite.

Alzo una ceja, instándole a seguir hablando y me obligo a no marearme cuando me dice:

Creo que estoy enamorado de ti.

—Ste...

Everybody hurts ➳ stuckyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora