Everybody hurts ➳ stucky

q u i n q u e

5: a c o r d e s de una vida reconstruida.

"Que si puedo elegir, me quedo contigo. Porque mandar callar al mundo es mi respuesta si este dice que no nos pertenecemos.
Porque quiero vivir amándo(te) y que este inv(f)ierno con tantos contrastes de temperatura se mantenga estable para que podamos ser eternos".

Bucky.

Hace tiempo que me di cuenta de que preferiría mil veces mancharme las manos de tinta a empaparlas de sangre, y que cicatrizar las heridas con gotas de lluvia es más sano que con chispas de alcohol, pero en este instante, cuando entrelazo nuestras miradas y canto para él, me gusta pensar que si la vida cose las huellas que la muerte deja con balas, yo le protegeré con cada latido, aunque eso conlleve matar(me) y amarle.

Una sonrisa sincera, de esas que no acostumbro a usar, pide permiso para escapar, y siento las marcas que el sonrojo deja por todo mi cuerpo cuando él me guiña un ojo en respuesta.

Dios, no quiero parecer un adolescente hormonado, pero cada fibra de mi ser le responde al segundo.

El sol roza el horizonte y los rayos se reflejan en su rostro, dándole un aura de misterio por el contraste entre luz y sombras. Su pelo parece más claro, sus ojos azules brillan intensamente, y más por instinto que por otra cosa, cierro los míos con esa imagen en mente, deseando que el tiempo se congele en este preciso momento, cuando lo único que puedo ver es a él, abrazado por el atardecer, observándome como si yo de verdad valiera la pena.

Y quiero que se quede así, porque no recuerdo lo que es sentir una llama de calor en el pecho como la que estoy sintiendo ahora. Y no quiero perderla -la esperanza-.

Así que, ojalá perdure. Ojalá lo merezca. Ojalá.

Las agujas del reloj me susurran que ya es la hora de darle al pause, pero me rehúso, porque lo único que necesito ahora es rebobinar.

La oscuridad empieza a colarse entre nuestras almas, y los niños comienzan a levantarse para irse a casa.

Él, como siempre, se acerca a mí, y yo, como siempre, siento una especie de terremoto en mi interior que me destruye y me desestabilizada.

-¿Te apetece tomar un café?—Me pregunta, cuando nuestros cuerpos están prácticamente juntos.

Sólo soy capaz de asentir, porque me es complicado concentrarme para responder algo con sentido cuando le tengo tan cerca y huele tan bien.

Roza su mano con la mía y junta nuestros dedos unos segundos, los suficientes para dejar una nota en mi palma y seguir ayudándome a recoger.

Con cada punto sensible de mi cuerpo temblando, me la guardo en el bolsillo del pantalón y me cercioro de que el pétalo que elegí esta tarde sigue en el mismo sitio.

Nos encaminamos el uno muy cerca del otro hasta la cafetería de al lado  y nos sentamos en la terraza, con la vista de la playa, el mar y el horizonte como si de un cuadro se tratase, ante nuestros ojos.

Ninguno de los dos dice nada, y me sorprendo cuando el silencio que nos envuelve es todo menos incómodo.

Y agradezco tanto que él sea capaz de espantar a mis tormentos sin si quiera intentarlo, que estoy seguro que una parte de mi corazón siempre le pertenecerá.

-Steve. —Me dice, acomodándose en la silla y tocando su rodilla con la mía en el proceso—Steve Rogers.

Me da la impresión de que pasa un minuto como mínimo hasta que me doy cuenta de que se ha presentado.

--Bucky—Le respondo, tembloroso.

--Bucky. —Repite, acariciando cada letra, llevándose mi oxígeno—Me gusta.

Pide dos cafés solos y se cruza de brazos, apoyándose en el respaldo de la silla.

Su sudadera no impide ser consciente de sus músculos, y me obligo a apartar la vista para no hacer el ridículo.

Cojo el pétalo con mi brazo metálico, porque no quiero esconderme, quiero que él me conozca con todos mis defectos, y se lo extiendo.

Lo agarra con delicadeza, y se lo acerca para olerlo.

-Huele a ti.

Alzo una ceja, incapaz de entenderle, y me remuevo en mi sitio, intimidado por su mirada.

-Huele a primavera.

-Es de una flor, así que es normal—Le contesto, todavía confuso.

-Ah, pero no lo es, artista. Cada flor tiene una esencia, y eso no implica que todas tengan la misma simplemente por asociarse a la primavera.

-No te entiendo.

Steve se ríe, se ríe mucho, y como cierra los ojos, me dedico a memorizar cada parte de él, para poder recordarlo en mis noches de soledad, cuando ni la música es capaz de tranquilizarme.

-Soy un poco complicado, ya lo irás viendo. El caso es que, me gusta identificar a las personas por la esencia que considero que les queda mejor, que, a su vez, no es siempre la que ellos tienen. Puede que tu esencia sea la del rocío de las madrugadas, cuando todo está frío y podemos hacer dibujos en las ventanillas de los coches, pero para mí, tu esencia es la de la primavera. La de las flores, la de los pétalos, la de la música que nos hace sonreír, la de los días soleados.

No sé qué contestarle, así que me inclino hacia adelante y cuando él me imita y nuestros alientos se entrecruzan, me fijo más de la cuenta en sus labios y le digo:

-Inconfundiblemente, artista.

Sus ojos se entrecierran por su sonrisa, y entrelaza sus dedos con los de mi brazo metálico, colocándome un mechón de pelo tras la oreja.

-¿Podrías cantarme algo? —Me pregunta en susurros, creando un ambiente muy íntimo que me derrite por dentro.

Me aclaro la garganta y me echo hacia atrás, soltando nuestras manos.

Steve vuelve a cruzarse de brazos y se recoloca la gorra.

Rebusco entre mi mente una canción que identifique con él y repaso rápidamente la letra en mi mente antes de empezar.

When I am down, and, oh, my soul, so weary
When troubles come, and my heart burdened be
Then, I am still and wait here in the silence
Until you come and sit awhile with me

You raise me up, so I can stand on mountains
You raise me up to walk on stormy seas
I am strong when I am on your shoulders
You raise me up to more than I can be

No me detengo aun cuando noto la sorpresa en su mirada, porque no puedo mentir. Él debe saberlo.

Y es tan sorprendente el hecho de que no nos conozcamos, que empiezo a pensar que realmente el amor a primera vista existe.

Y sino, él y yo lo hemos creado.

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Canción en multimedia.
Que nadie me niegue lo importante que es ese fanart de Bucky.

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