Parte 1

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—No te preocupes —dijo Young saeng—. Es Hyun jong. Seguramente viene de ver una película o de la notaria.

Kim kyu jong miró hacia la calle. Un auto estacionaba enfrente del edificio. Un hombre joven avanzaba a grandes zancadas hacia el portal donde la pareja conversaba.

—Hola —saludó al llegar al portal.

—Hola —dijo Saeng, riendo—. Después pasaré a tu casa. Apuesto a que vienes de ver una película.

Kim Hyun joong no se detuvo. Miró a uno y a otro con la expresión inmóvil de sus ojos.

—Pues no —dijo sin detenerse—. Vengo de una conferencia.

El ascensor estaba allí y Hyun se perdió en él sin dar más explicaciones.

—Es seco tu primo —dijo Kyu jong, burlón.

Young saeng se alzó de hombros.

Vestía traje de nieve. Pantalón ajustado, chaqueta de un rojo vivo, el gorro aún puesto, las gafas retiradas hacia la frente y calzaba botas de descanso.

A su lado, apoyados contra la pared, estaban los esquís y las botas de esquiar, la bolsa y los bastones.

Kyu jong aún tenía las botas de esquiar puestas y los esquís al hombro.

—Bueno, mañana nos veremos en la cafetería de siempre, ¿no?

—Claro —dijo Saeng—. ¿Sabes? Me parece que no aprobaré el TOPIK KPT este año. Por la pinta, el profesor me tomó una rabia loca —se echó a reír con desenfado—. ¿Sabes, Kyu? Creo que un poco, un poquitín está enamorado de mí.

—Mira, eso no me lo trago. Llevo dos años intentando ingresar en química y no voy a decir que los profesores se enamoraron de mí para disculparme a mí mismo —bajó la voz. Era un chico alto, esbeltísimo, de cabellos negros y ojos miel—. ¿Sabes una cosa, Saengie? Si no ingreso este año, mi padre me manda al servicio militar voluntario y encima me exige que me haga enfermero.

—¡Qué horror!

—Como lo oyes. Así que me parece que este último trimestre nos vamos a ver menos. Es decir, los sábados y los domingos y para de contar.

—No será tanto. El año pasado, tu padre juró que te mandaba de marinero en un carguero si no aprobabas y te has pasado un verano de excelente con el suspenso a cuestas.

Kyu jong se echó a reír.

—No pensarás que voy a hacer como tu primo. Que fue bachiller de honor, hizo la carrera de Derecho en un santiamén y ahora el muy cretino hace tramites en una notaría.

Young saeng se puso serio.

—Mira una cosa. Le tienes rabia a Hyun. Yo no se la tengo. En primer lugar no es mi primo. Mi madre y la suya son primas segundas, pero se quisieron siempre como hermanas, que es muy distinto. En segundo lugar, Hyun es un hombre serio. Su madre no tiene dinero y si él pretendía ser algo, no podía pasarse la vida en las playas durante los veranos y en la nieve durante el invierno. Ya sé que es serio, que no tiene muchos amigos y que no anda con chicas o chicos. Todo eso lo sé. Pero es una persona excelente. Mamá siempre dice que el día que se case, hará muy feliz a la su pareja.

Kyu jong rió abiertamente.

—Dime la verdad. Saengie, la pura verdad. Tú que tienes diecisiete años, ¿te imaginas a tu primo haciendo el amor a un chico?

Saeng se quedó pensativo. Castaño, de ojos marrones, esbelto, lindo y moderno en verdad, no pudo por menos de sonreír un tanto sarcásticamente.

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